Luiza
—Por que no me contaste nada? —le pregunte a Valentina.
Tuvo un incidente en la universidad con sus padres.
—No es algo de importancia —se encogió de hombros— Y además tú tienes los problemas de Nilo.
Ay no, que no me lo recuerde.
—Flashback—
—Lo va a matar, tu padre lo va a matar —fue lo único que dijo mi madre, me tome la cabeza en el sofá.
—Que mierda ocurre contigo? —me levanté del sofá para confrontarlo.
—Y tú para que te metes? Es mamá quien tiene que decirme algo —miré a mi madre.
—Esto ya se salió de mis manos —ella no se iba hacer cargo.
—Y que harás a partir de ahora de tu vida? —pregunté— Mamá, este idiota tenía mucha droga en la secundaria, crees que no van a investigar eso?
Era más que evidente que vendrían a casa, un adolescente no podía tener tanta droga en su mochila.
Según él es para SU USO pero esa mierda no me la creo absolutamente nada.
La han confiscado dinero que traía con él y la droga.
La directora llamó a las autoridades correspondientes y por ahora iban abrir una carpeta a nombre de Nilo, no estaba demasiado implicado por ser menor de edad.
—Han perdido por completo la autoridad con él —lo empuje contra la pared— vas acabar tan mal por tu ego y tu ambición, ese dinero viene de mala manera y de mala manera se va —finalice.
—Tu papá va a llegar y yo te digo que te prepares... —se lo advirtió— No se en que momento estuviste con la gente del bajo —suspiro— cocaína, tenías cocaína Nilo.
—Marihuana y pedra —agregué cruzada de brazos, tenía ganas de azotar la cabeza de mi hermano por toda la sala de star.
—Fin Flashback—
—De todas maneras podías contarme —tomé sus manos— soy tu novia —recostó su cabeza sobre mis piernas.
—No te preocupes —sonrió— no fue algo grande, me retiré de la oficina antes que pudieran decir algo.
—Está bien —no quería hostigarla con eso, acaricie su mejilla— Mira —le mostré mi brazo y su cara de sorpresa.
—Amor como no atiendes —se reincorporó y paso sus dedos alrededor de mi brazo— te duele?
—No, pero no quiero que quede una cicatriz —dije apenada o lo otro era que sobre la misma herida caiga más agua caliente.
Estaba en la semana de exámenes, todo era rápido y competitivo.
Ella se levantó de la cama, tomó el necessaire que tenía en su bolso y de este saco una crema.
—No es cicatrizante pero va a humectar bien —se sentó frente a mi— Primero voy a lavar mis manos —se puso de pie y fue al baño, escuche el grifo y finalmente vino de nuevo junto a mi, tomó mi brazo y la crema que por cierto estaba un poco frío cayó sobre mi piel— Duele? —cuestionó y negué.
Puso sus dedos sobre la crema y la extendió sobre mi herida, ahora si dolía un poco pero aún aguantaba el dolor.
Ella levantó la vista y le hice una media sonrisa para que sepa que estaba bien.
