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Luiza

No conocí formalmente a los padres de Valentina pero tenía que hacerlo con sus abuelos, por la manera en la que ella relata son dos personas muy tratables.

Tenía miedo, no tenía ganas de hacerlo pero Valentina estaba muy ilusionada, desde que salimos de la casa de sus abuelos no dejó de hablar de eso.

Decidí ir para que ella pueda disfrutar de ese momento, algo que no tuvo con sus padres, lo va tener con sus abuelos y quiero ser participe de ello.

—Puedes llevar esto —me entrego un top y negué rápidamente.

—Algo más cerrado —pedí y asintió, estaba buscando la ropa con dificultad porque no podía usar mi mano derecha.

—Este —sacó un vestido y lo miré, me sonrió y asentí— lo dejaré aquí —lo dejó sobre la silla.

—Y tú? —cuestione.

—Lo tengo en el bolso —apuntó lo que trajo el día anterior, tuvo que pasar a casa de Emilio para recoger algunas cosas.

Valentina era un nómada, estaba en todas partes.

Salió de la habitación y me quedé sola, suspiré porque a veces era estresante intentar socializar.

Lo bueno era que su padre no iba a estar en la merienda.

—Flashback—

Estaba mirando el cojín que estaba en el enorme sofá de la casa, este lugar parecía un museo, las paredes tenían pinturas romanaa, los muebles eran rústicos y los cojines tenían un bordado peculiar.

Valentina entro a la oficina de su abuelo en cuanto este llegó.

Pase mis dedos por las costuras, parecían estar hechas a mano.

El tapiz del sofá era casi igual al de los cojines.

La puerta se abrió y vi al padre de Valentina entrar por esta, parece venir con mucha prisa, se detuvo cuando me vio.

Suspiró, negó con la cabeza y entró por la puerta.

Él dinero no hace los modales, eso era evidente.

A cada minuto sentia que las paredes se hacían más extensas a mi alrededor, me ahogaba en esa casa.

Abracé el pequeño cojín esperando a que Valentina salga pronto.

—Fin flashback—

De vez en cuando me sentía cabizbaja y Valentina lo ve, es ella quien más esta atenta a todo lo que sucede conmigo, mi miedo es que se canse de que yo esté así y se vaya.

—Mira —entró sonriendo e instintivamente hice lo mismo, siempre digo que ella es alguien que puede transmitirte paz y felicidad con su sonrisa.

Tenía un ramo de flores en la mano y era muy bonito.

—Te los preparó Andreia? —cuestione y asintió.

—Lo iba preparar yo, antes la ayudaba a preparar los ramos y digamos que aprendí algo —lo tomé entre mis manos para observar mejor— quiero llevárselos a mi abuela para que decore su comedor en los días que van a estar aquí —asentí.

—A tu abuela le gustan las flores? —pregunté.

—Cuando tengamos vacaciones —tomó el ramo y lo colocó sobre la mesa de luz— iremos a casa de mis abuelos y te voy a enseñar el jardín que tiene, lo cuida solo y exclusivamente ella —se sentó a mi lado— a excepción de días como hoy en el que por arte de magia viene con mi abuelo y lo deja a cargo de otras personas —si tengo otra cosa con la cual relacionar a Valentina es su estrecha afinidad con las plantas y las rosas— te estoy aburriendo, verdad?

Lover Of Mine |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora