Audaz

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Luiza

Desde el momento en que me pare frente a su ventanilla supe que esto iba a ir mal pero estaba tan segura de lo que estaba haciendo que después de esto no tendría que arrepentirme de nada.

Las últimas horas la había pasado demasiado bien, Valentina era tan mimada que me divertía enseñarle algunas cosas, ella era mayor pero en la cocina no parecía ser así.

Preguntó por Priscila y aunque sabía que no necesitaba ninguna explicación yo me sentía bien contándole acerca de la chica rubia.

—Celosa? —cuestioné y rio, la miré y notaba como poco a poco sus mejillas tomaban un color rosa.

—Y que cambiaría si lo estoy? —cuestionó, quería reír pero me contuve.

—No lo sé —dije y me encogí de hombros— Dime en que podría cambiar eso? —cuestioné y me senté en la cama, coloque una almohada sobre mis piernas.

Quería verla pero iba a terminar estallando de la risa por este jugueteo que empezó por sus celos.

Yo estaba mirando la tv pero estaba muy atenta a sus movimientos, se subió a la cama y se quedó muy cerca, mi corazón estaba latiendo a mil y no por hora, ni minutos sino por segundos.

—En muchas cosas —susurró muy cerca y me giré fije mi vista en ella, no iba a dejar que ella gane en esto, es lo que estaba buscando, tomar el control de la situación.

—Dime una —exigí y sonrió, se acercó bastante, le estaba cediendo el control, el siguiente paso que ella haga iba a definir esto.

Quería que me bese? Esa era la pregunta y aunque me cueste admitirlo la respuesta era sí.

—Supongo que ya no me sentaré en la misma mesa que ustedes en la cafetería —se retiró y volvió a su lugar, suspiré

Por qué no me besaste? Maldita sea Valentina, renegué.

Quien era esta Luiza? Esto era una prueba de tentación y yo casi nunca cometo errores pero este en lo absoluto me iba a molestar.

Ya arruine mi vida estudiando algo que no me gusta, que más podría pasar a parte de eso?

—No va hacer falta que lo hagas... —susurre y  giró a verme, sus mejillas estaban sonrosadas y sus pupilas completamente dilatadas.

Si ella no lo hacía, lo iba hacer yo.

—Qué? —cuestionó y negué con la cabeza, empujé las almohadas y me senté a horcajadas.

Puse mis manos sobre sus mejillas y la miré directo a los ojos, cerré los ojos y me acerqué a sus labios con mucho cuidado llevo sus manos a mi cintura.

El beso era lento, tibio y preciso, probablemente sea el mejor beso que recibí en los dieciocho años que llevo viviendo, su toque era delicado y no con desespero, supongo que ella también estaba disfrutando de esto.

Sus labios eran carnosos con un toque dulce, estaba disfrutando bastante.

Me separé un poco y reí, estaba muy nerviosa.

—Ya conocí el cielo —susurró y pegué mi frente a la suya, cerré los ojos porque yo también lo hice.

Volví a darle un corto beso y sonrió.

—Ahora voy a poder dormir con más tranquilidad —dije aún sobre ella y rio.

Me baje e iba acomodar la almohada pero sus brazos rodearon mi cintura y su mentón reposo sobre mi hombro.

—Buenas noches Luiza —susurró y volvió a su lugar, sonreí y me recosté en la cama.

Ella apagó las luces y cerré los ojos, claro que era una buena noche.

Lover Of Mine |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora