Eximir

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Valentina

Encendí la máquina de café y esperé a que se llene las dos tazas, Luiza se encontraba conmigo.

En la madrugada cuando la vi en la sala de star casi me quedo sin respiración, pensé que definitivamente no iba a volver a buscarme.

—Eric te dejo pasar? —cuestioné colocando las tostadas en la mesa.

—Mhm —asintió y abrió la mermelada, tenía apetito eso era algo bueno— No te dirán nada en el trabajo por faltar?

—Estuve los últimos días hasta las veintiún horas, no tienen nada que reclamar —me encogí de hombros.

—Por qué? —cuestionó y negué.

—Adelantando cosas... —tomé la primera taza y la puse frente a ella.

La realidad es que prefería trabajar y mantener mi mente ocupada.

En la facultad estaba yendo a lo sumo tres veces a la semana, sabía en que clases faltar, los chicos firmaban por mi los días que no iba, no iba a tener problema con eso.

También me quedaba estudiando en la madrugada para no atrasarme en las clases y así llegar bien a los finales.

Me senté a su lado con mi taza y fue total silencio, miré de nuevo su mano el cual seguía envuelto en un pañuelo.

—Y eso? —pregunté viendo su mano y sonrió.

—Gajes del oficio —lo desenvolvió, una enorme ampolla abarcaba casi toda la palma de su mano y mi cara de impresión era algo que retratar.

—Tienes que ir a un hospital a ver eso —apunté— lo haremos después del desayuno —negó y yo asentí.

—Se va disolver solo —miró su mano y negué con la cabeza.

—Luiza... —iba a llamarle la atención, parecía una niña chiquita.

—Bueno, voy a ir  —le dio un mordisco a su tostada— puedes quedarte conmigo hoy? —cuestionó, la mire durante unos segundos.

—Tenemos una charla pendiente  —bebí mi café y ella asintió.

—Van a tardar en atenderme? —miró la pantalla y su nombre seguía en lista de espera.

—Tranquila, ya entro la persona que estaba antes —ella balanceaba sus pies, puse mi mano sobre su muslo derecho para que deje de moverlo un rato.

—Luiza Campos —se escucho su nombre en el partalante, me miró y ladee con la cabeza para que vaya.

—Puedes venir conmigo? —cuestionó y me puse de pie, caminé con ella.

Entramos al consultorio y un médico estaba sentado detrás del escritorio, traía lentes y un estetoscopio en el cuello.

—Buen día —saludo.

—Buenos días —devolví el saludo.

—Quien es la paciente? —nos miró a las dos y apunté a Luiza.

—Hola —saludo ella y puse mis manos sobre su hombro para que se relaje un poco.

—A ver Luiza cuéntame para que soy bueno o en que puedo ayudarte —ella desenvolvió su mano y el se puso de pie.

—Mmm vamos a la camilla —Luiza se subió a la camilla y yo me crucé de brazos.

El médico se terminó de lavar las manos y se puso unos guantes para poder revisarla.

—Que paso? —cuestionó el médico.

—Me queme cocinando, no me fije que la sartén estaba caliente —el asintió.

Lover Of Mine |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora