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Se me hace un nudo en la garganta, el latido de mi corazón se desboca por completo y la humedad inunda mis ojos.
-¿qué?- se me quiebra la voz.
-compartimos madre preciosa- alza una mano y la acerca a mi rostro, cierro los ojos creyendo que va a golpearme y entonces lo siento, desliza su dedo por mi mejilla y recibe la lágrima que descendía por ella -cuando tenía cuatro años la puta de nuestra madre abandonó a mi padre para acostarse con el vagabundo de tu padre, a los nueve meses te tuvieron a ti y cuatro años después al criadero de larvas- al escuchar cómo se refiere a Chuck exploto.
Le pego un puñetazo y le estampo contra la pared, le meto un rodillazo en el abdomen y vuelvo a golpearle el rostro con violencia.
Casey tarda en devolverme los golpes, pero en cuanto lo hace no paramos, escucho lo que supongo es otra pelea entre Janson, Thomas y Teresa, pero no por mucho, porque entre golpe y golpe Casey y yo nos alejamos de ellos.
Hay un fuego que arde dentro de mí, una ira que me llena, una hoguera a la que acaban de echar pura yesca.
Suelto un grito de rabia y me lanzo sobre él tumbándole, aporreo su rostro y desenfundo un cuchillo. A duras penas le hago un corte en el cuello antes de que me desarme.
Parece que se estaba controlando, porque en el momento exacto que ambos nos levantamos y se pasa el dorso de la mano por la boca para al instante ver la sangre que lo mancha, se desata.
Corre a por mí y me agarra para levantarme y después lanzarme contra un cristal, el cual rompo antes de caer al interior de la sala contigua.
Trato de levantarme con la mirada borrosa, pero antes siquiera de que termine de incorporarme, me pega una patada en el estómago y después se agacha para asentarme un puñetazo en la cara. Se arrodilla junto a mí, me agarra del cuello de la camisa y me acerca a su rostro.
-¿quieres seguir peleando o vas a dejar que te baje las bragas ya?- sonríe.
Agarro un matraz del suelo y se lo rompo en la cabeza, logro ponerme de pie antes que él y le piso las costillas haciéndole gritar de dolor. Coge mi pierna y me tira al suelo con él, rodamos y forcejeamos para intentan superponernos al otro, pero por la diferencia de tamaño termina siendo él quien me inmoviliza.
Me rompe la camiseta, pero no por suerte y mucho menos por casualidad llevo una camiseta interior, suelta una pequeña risa y escupe la sangre que se le ha acumulado en la boca, baja la mirada hasta mi pantalón y la vuelve a subir hasta mis ojos. Me retuerzo bajo él y trato de impedir que me lo quite, pero de nada sirve.
Me rajo parte del muslo con un cristal y pierdo el último cuchillo cuando me arrastra por el suelo tirando de mis pies descalzos para acercarme a él ya sin pantalones.
-Oh hermanita- estruja mis muslos haciéndome gemir de dolor -que piernas tan bonitas tienes- las abre -pero no tanto como lo que se esconde entre ellas- mi cuerpo entero grita que me inmovilice, pero reúno toda mi fuerza de voluntad y logro ignorarlo.
Libera una mano para bajarme las bragas y en ese momento aprovecho para patearle la entrepierna con todas mis fuerzas. Suelta un gruñido y antes de que reaccione le aserto un fuerte gancho en la mandíbula que le deja aturdido.
Me levanto a toda prisa y salgo corriendo de la sala, descalza, en ropa interior, con el pulso acelerado y el rostro amoratado y sangriento.
Corro escuchado sus pesados pisotones tras de mí y no miro atrás hasta que llego a una sala con montones de ordenadores, entro, cierro la puerta y muevo una mesa para impedir el acceso.
-¡abre la puta puerta!- grita aporreando la misma -¡vas a gritar y llorar tanto cuando te atrape que hasta el gordo de tu hermano te va a oír desde la tumba!- me amenaza enfurecido hasta tal punto que roza la cólera.
Miro a mi alrededor en busca de una salida o una forma de pedir ayuda, corro hasta el ventanal rezando para que dé a la fuente, pero hoy la suerte no está de mi lado. Contemplo el cemento sintiendo el verdadero terror, dejando que las lágrimas de miedo y dolor broten sin impedimento por mi rostro, escuchando los gritos con los que Casey acompaña las embestidas a la puerta.
Trato de respirar hondo y aún con el temblor en las manos, piernas e incluso cabeza, busco una alternativa. Presiono cada teclado en busca de que algún ordenador se encienda, pero no hay resultados.
Me tiro en el suelo y pego las rodillas a mi pecho, trato de bloquear la voz de Casey pero no puedo -¡voy a reventar esta maldita puerta y después te voy a reventar a ti!- un pitido hace que por un instante la esperanza me llene, busco el lugar del que proviene y entonces lo veo, un pequeño portátil con un micrófono enfrente, me acerco a él y en cuanto toco el teclado la pantalla se ilumina, no alcanzo a leer mucho, pero en cuestión de segundos entiendo la función que tiene, sé que va a ser humillante e incluso puede que no consiga ayuda de todas formas, pero no pienso rendirme, no cuando he dejado tanto atrás para estar aquí.
Enciendo la cámara y después el micrófono, le doy a reproducir en directo y carraspeo antes de hablar.
-Jasper no tengo a dónde huir- el miedo se percibe en mi voz y las lágrimas que ruedan por mi rostro lo confirman -Gally no puedo, no puedo matarle- tartamudeo -no puedo hacerlo- dejo de oír disparos y bombas y en cuanto el silencio se hace, me doy cuenta de que la ciudad entera me está viendo y escuchado -por favor venid a buscarme, tengo miedo y no sé qué más hacer- la puerta se abre de golpe y me doy la vuelta aterrada.

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Ya me diréis qué creéis que va a pasar y qué opináis del giro de esta historia.
Nos vemos en el próximo capítulo!

<3

Roja (The Maze Runner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora