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Hoy vamos a asaltar un tren de cruel que transporta cientos de jóvenes, entre ellos Minho, es un plan arriesgado, pero confío en Thomas y si él cree que saldrá bien, yo también.
Iremos Vince, Thomas, Newt, Jorge, Brenda y yo. Los chicos se quedarán en el refugio con Alan y Harriet al mando, y Fritanga junto a unos cuantos más esperará en un punto específico por el bienestar del plan.

Coloco el auricular en mi oreja, me pongo el casco, los guantes y me subo a la moto.
-¿se escucha bien?- oigo la voz de Jorge por el auricular.
-sí, todo bien- respondo subiendo de 80 a 100 kilómetros hora.
-nosotros ya estamos llegando- habla Thomas.
-y nosotros- añade Jorge.
-me quedan 5 minutos- informo acelerando a 140 kilómetros hora.
Os estaréis preguntando en qué maldito momento he aprendido a montar en moto, pues bueno, en el poco que he tenido.
Un día, después del primer mes en el refugio, entre al garaje en busca de Brenda, y mientras esperaba a que terminase me puse a cotillear un poco, tras haber toqueteado prácticamente todo, me colé en una especie de sala aparte, parecía tener su propia puerta exterior de vehículos, pero todo estaba cerrado y oscuro, cuando encendí la tenue luz, al fondo de la habitación, en una esquina, vi una moto preciosa, negra con toques rojos. Estaba empolvada, pero se veía rápida, me acerqué a verla y en cuanto puse una mano sobre ella apareció Vince. Pegué un brinco de narices con el susto que me dio, pero cuando vi la sonrisa en sus labios supe lo que me iba a decir. "¿Quieres que te enseñe?" "Por favor" fue mi única respuesta, soltó una carcajada y a las tres semanas ya estaba sobre ella, no iba a más de 40 kilómetros hora, pero en cuanto empecé a coger un poco de confianza y soltura los números crecieron. De hecho incrementaron tanto que Vince se arrepintió de haberme ensañado, sus palabras textuales fueron "haz el favor de bajar la velocidad si no quieres que te confisque la moto" Vince me ha cogido cariño, lo sé, creo que mi forma de hacer amigos es algo así como amenazarles o retarles, extraña, pero eficaz. Bueno, el caso es que aunque sus palabras sonaran divertidas, el sentido de estas era serio, me advirtió y yo le hice caso.
Tengo una regla, piensa las cosas al menos por 5 segundos, suena raro, pero es que a veces soy demasiado impulsiva y a fin de cuentas solo necesito eso, necesito pararme un segundo a pensar en esa idea que acaba de cruzar mi mente en llamas y a toda velocidad.
Rodeo una montaña y veo el tren de transporte.
-ya estoy aquí- comunico.
-¡Brenda ponte el maldito auricular!- escucho el grito de Jorge y segundos después la voz de Vince.
-¿puedes cruzar los railes roja?- pregunta.
-Vince no me cambies los planes ahora- le advierto a modo de respuesta.
-¡puedes o no Nala!- interviene Thomas quien está en el mismo vehículo que él.
-agh joder- me inclino y giro la muñeca acelerando hasta estar junto ellos.
Van tras el tren, pegados a las vías, les paso por delante, me levanto ligeramente del asiento y salto las vías cayendo al otro lado.
Ahora vamos paralelos, yo en el lado izquierdo de los raíles y ellos en el derecho.
Se escucha la risa de Brenda -cuando volvamos te la vas a llevar Tomy- dice divertida.
-¿Ahora qué?- pregunto un tanto enfurecida.
-el plan es el mismo, pero tienes que deshacerte de los cuatro guardas que custodian la cabina- contesta Thomas.
-¿algo más?- digo irónica.
Oigo el suspiro de Vince.
-la moto- habla Thomas.
-¿qué pasa con la moto?- me preocupo.
-la tienes que dej- le corto
-¡ni de coña!- exclamo firme.
-tienes que acabar con cuatro guardas, cubrirnos mientras fundimos un cierre de acero y escapar cuando cruel llegue y estemos hasta el cuello ¿de veras crees que puedes hacerlo? Si es así adelante- aprieto el manillar furiosa y disgustada a la vez.
-podré- afirmo.
-vale-murmura lo suficientemente alto como para que le escuche.
El silencio se extiende por un par de segundos hasta que Thomas vuelve a hablar.
-Brenda, Jorge, en cuanto Nala acabe entráis vosotros- informa.
-entendido- contesta Brenda.

Acelero hasta estar casi en la cabina de mando, desenfundo la automática de mi muslo y levanto el brazo manteniendo el otro firme en el manillar.
Los dos primeros ni siquiera logran verme antes de caer del tren tras dispararles. Los dos siguientes se me complican un poco, me veo obligada a bajar la velocidad y retroceder.
-estamos a bordo- informa Thomas.
-¡Brenda Jorge entrad ya!- exclamo cuando comienzo a recibir disparos.
Con dificultad vuelvo a levantar el arma y le apunto sin dejar de acelerar, sé con certeza que me llevaré a uno, pero el problema es que en cuanto lo haga el otro me dará de lleno.
-¡Roja, sándwich!- escucho a Brenda -¡Tres, dos- al instante la entiendo y alzo el arma segura -uno!- ambos guardas me apuntan, aprieto el gatillo, uno de los guardas cae del tren y al segundo cae el guarda al que yo he dado.
Me pego al tren y veo el coche con Jorge al volante y Brenda asomada desde arriba.
Alzó mi mano y levantó el pulgar, la risa de Jorge se escucha levemente por el comunicador -no sé quién es peor influencia- dice burlón.
-¡venga venga venga, Nala ven aquí!- interviene Thomas.
-voy- ladeo la cabeza mirando a Brenda como despedida y bajo la velocidad para llegar a la unión de vagones en la que están Thomas y Vince.
Una nave aparece sobrevolando nuestras cabezas directa a por Jorge y Brenda.
-estáis solos- escucho a Brenda y veo cómo la nave se aleja siguiéndoles.
-Nala distancia- dos palabras son suficiente para que entienda a Thomas.
Me abro hacia el lateral contrario del tren y cuando ya me separan unos cuantos metros de este, Vince hace estallar la bomba.

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Holaaaaaa! Sé que he tardado un poco en subir el siguiente capítulo, pero es que tenía que estudiar y se me ha hecho imposible encontrar un hueco para escribir, espero que os haya gustado he intrigado para seguir aquí siguiendo la historia.
Nos vemos en el próximo!

<3

Roja (The Maze Runner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora