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-¿qué le ha pasado?- pregunta Thomas cuando nos quedamos solos.
-no lo sé- respondo.
-se llama el cambio- aparece Newt -es lo que pasa cuando pican a alguien- explica.

Todos nos quedamos en silencio por un par de segundos.
-escuchad- dice Newt serio -solo va a empeorar, la infección se extiende y es peligroso- afirma.
-¿pero qué le va a pasar?- pregunto preocupada.

Newt me mira fijamente y susurra -el laberinto- le miro sorprendida.
-pero, morirá- trago saliva.
-lo sé-

El día continua, todos hacen sus trabajos, incluso parece normal, pero algo es diferente, extraño, solo hablan lo necesario, como si estuvieran metidos en sus propios pensamientos.

La noche se acerca, el almuerzo fue hace unas horas y la tensión del ambiente no hace más que aumentar.
Estoy saliendo de la cocina, fritanga me ha pedido ayuda para fregar los platos y no he podido negarme, es tan amable conmigo.

-hey, Nala- me doy la vuelta cuando escucho que alguien me llama.
Es Minho, el guardián de los corredores.
-¿pasa algo?- digo cuando llego junto a él.
-voy a sacar a Ben- trago saliva -¿puedes sujetarme la puerta del hoyo mientras lo hago?- pregunta serio.
-claro- me agacho lentamente para abrir la cerradura.

-¡tú! ¡todo esto es culpa tuya!- pego un brinco cuando Ben me grita, tiene las mejillas y la barbilla manchadlas, como si hubiese llorado o vomitado sangre, pero no sangre normal, sangre muy oscura, casi negra.

-no te preocupes, le agarraré en cuanto la abras- me calma Minho.
-sí sí, claro- dejo de mirar los oscuros ojos de Ben -¿listo?- agarro los barrotes.

Minho asiente, se pone en posición y yo abro el hoyo.
Ben sale rápidamente y cae de rodillas, Minho le coge y comienza a caminar hacia el laberinto.

Voy tras ellos, pero cuando miro al muro y veo a todos los chicos alrededor de la entrada sosteniendo una especie de lanzas me paralizo.

Minho entra en el círculo y tira una bolsa dentro del laberinto.
-por favor Minho, Alby, no lo hagáis por favor- suplica cuando llego -no lo hagáis por favor- repite.

Una ráfaga de viento me revuelve el cabello.
-¡palos!- grita Alby.

Veo a Thomas junto a mí, le agarro la mano y él me devuelve el gesto como aquella primera vez.

Las puertas comienzan a cerrarse y todos empiezan a caminar obligándole a retroceder.
-escuchadme por favor, por favor, por favor dejadme- repite Ben desesperado.
-¡empujadle!- ordena Alby.
-¡no no no!- grita.

Ben entra en el laberinto y las puertas se cierran por completo.

Trago saliva con el corazón acelerado.
El silencio se hace, Alby me mira y tras ver mi expresión dice -ahora pertenece al laberinto-
La multitud se dispersa, levanto la mirada para ver a Thomas y le veo igual de angustiado que yo.

El sol se marcha, la noche llega, voy hacia las hamacas y me siento en una.

-¿crees que podrá sobrevivir?- le pregunta Thomas a Chuck.
-que va- responde -nadie sobrevive a una noche en el laberinto, hay que olvidarse de él- se da la vuelta y entiendo que no quiere hablar más.

Thomas también se tumba, y yo estoy subiendo las piernas para hacerlo cuando aparece Gally.
-¿qué quieres?- pregunto agotada.
-a la cabaña- dice serio.
-¿qué?- le miro confusa.
-tú duermes en la cabaña- la señala con la cabeza y antes de que pueda replicarle comienza a caminar.

Agarro la manta, la daga y voy hacia la cabaña.
Gally abre la puerta y pasa primero.
-duérmete- me ordena.

Le miro con el ceño fruncido y voy hasta la cama. Me tumbo y le doy la espalda, pero no le escucho irse.
-¿te vas a quedar ahí?- me doy la vuelta furiosa.

Me mira cabreado y sin decir nada sale por la puerta. Me acurruco de nuevo y duermo.

Me levanto sobresaltada, aún es de noche, respiro bruscamente con el corazón acelerado, no se qué narices he soñado, pero se sentía tan real. Tan doloroso.

Salgo de la cama y camino descalza hasta la puerta, la abro con el pelo revuelto y los ojos llorosos.

Estoy recorriendo el claro con la mirada cuando escucho un ruido, rápidamente me giro y busco el lugar del que procede.

Gally está sentado en el porche con la espalda apoyada en la cabaña mientras juega con un cuchillo.

-¿qué haces aquí?- pregunto suavemente, sorprendida pero no enfadada.

Me mira fijamente sin decir una sola palabra.
Trago saliva, sus ojos se posan en los míos, después en mi garganta, paran en mi pecho y terminan en mis pies descalzos.

Bajo la mirada, veo la reacción de mis pechos al frío y rápidamente entro en la cabaña.

Cierro la puerta tras de mí y vuelvo a la cama.
Trato de dormirme de nuevo, pero no paro de dar vueltas y vueltas ¿por qué está ahí? ¿Por qué no se va a dormir? ¿Tendrá frío?

Me levanto por segunda vez en la noche, agarro una manta y tragándome la vergüenza, abro la puerta para dejarla sobre el porche.

Vuelvo a la cama y esta vez logro dormirme.

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Nos vemos

<3

Roja (The Maze Runner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora