Roja (The Maze Runner)

028

-Creo que debí acostarme con él o tener una relación- fritanga me escucha sin saber cómo actuar -Puede- nuestras miradas se cruzan y entiende lo que voy a decir -Puede que ya abusara de mí antes del laberinto- veo cómo aguanta la respiración y rápidamente añado -no quiero que lo sepan, por favor, pero si me pasa algo y es necesario quiero que se lo cuentes-
Fritanga se toma unos segundos para reflexionar y tras asentir como respuesta, da un paso al frente y me estruja entre sus brazos.
El gesto hace que mi corazón se derrita, rodeo su torso y agradezco que no me haya juzgado o presionado para hablar más.
-gracias- murmuro sin soltarle.
-no me las des roja- contesta -no me las des nunca- pide.
Nos separamos y volvemos con el resto.

No tardamos mucho en volver a ponernos en marcha. Cruzamos gran parte del desierto y cuando la noche llega acampamos junto a unos contenedores de carga metálicos. Encendemos una hoguera y nos sentamos alrededor.
Hay risas, pero son flojas, todos estamos agotado y apenas tenemos fuerzas para hablar.
Nos acostamos cuanto antes y nos vamos a dormir para mañana seguir caminando al alba.

Las montañas ya están cerca, pero llevamos horas caminando y aún nos quedan muchas más para llegar a ellas. Ya no tenemos agua y la última comida fue hace seis horas, me tiemblan las piernas y me duelen las mejillas quemadas por el sol.
Llevamos todo el día caminando, pero estamos tan cansados que decidimos parar cuando la luz se va para tumbarnos a la intemperie sin preocuparnos de nada más.

Me despiertan los gritos de Thomas otra vez, abro los ojos y veo que todavía es de noche.
-veis eso- apunta al horizonte -son luces- señala una especie de base a lo lejos.
-lo hemos conseguido- asegura Newt justo antes de que un rayo caiga a pocos metros de nosotros.
Me doy la vuelta y otro rayo cae, esta vez más cerca, los truenos comienzan a sonar y cuando Alan agarra mi brazo para que empiece a correr, me doy cuenta de la tormenta eléctrica que se avecina.
Mis piernas tiemblan, pero no dejan de moverse a toda velocidad, la adrenalina me impulsa a continuar, corro porque mi vida depende de ello. Todos van unos 10 metros por delante y eso me calma, pero el retumbar de los rayos cayendo tras de mí hace que me encoja de terror. Empiezo a controlar la respiración, suelto la mochila y me quito el pañuelo sin frenar, doblo los codos y muevo los brazos al ritmo de las piernas para crear inercia, dejo la mente en blanco y para cuando quiero darme cuenta, soy yo quien les saca 10 metros o más a ellos.
Me doy la vuelta con la respiración entre cortada y justo en ese momento, cuando estoy completamente parada frente a ellos, veo un rayo caer encima de Minho.
-¡Minho!- mi grito hace que todos volteen sin dejar de correr.
No me lo pienso dos veces y voy a por él, Thomas también está herido o desubicado, pero Minho no se mueve e incluso parece no respirar.
Newt y Aris ayudan a Thomas, Alan, fritanga y yo cargamos a Minho y Teresa sujeta la puerta para que todos entremos.
-vamos Minho, responde Minho, no me hagas esto, responde- agarro su rostro con mis manos.
Tarda tanto en responder que se me corta la respiración. Suelta un gemido y cuando abre los ojos le recibo con una sonrisa. Agacho la cabeza y beso su mejilla.
-¿qué ha pasado?- pregunta desconcertado.
-te ha caído un rayo- respondo alegre de ver que está bien.
Le ayudamos a incorporarse.
-he estado a punto de morir ¿verdad?- sonríe con los pelos de punta -si Nala me ha dado un beso es que ha sido grave- todos sueltan una carcajada y yo no puedo evitar sonreír, pero esa sonrisa dura poco.
Teresa enciende la linterna y un infectado aparece de repente, todos soltamos un grito e iluminamos nuestro alrededor, más infectados salen, pero cuando veo que no se acercan me doy cuenta de que están atados.
-¡chicos! ¡Chicos!- exclamo entre el murmullo -¡están atados!- el silencio se hace, saco el cuchillo de mi abdomen y las luces se encienden.
-¿qué os parecen nuestros perros guardianes?- aparece una chica blanca con el cabello castaño casi rapado al fondo de la sala -estáis hechos un asco- dice divertida cuando llega hasta nosotros tras atravesar un pasillo de infectados -vamos seguidme- se da la vuelta y como ve que no la seguimos gira la cabeza y añade -a menos que queráis quedaros con ellos-
Nos guía por el edificio, llegamos a una sala en la que hay mucha gente viviendo, a medida que la cruzamos varios hombres se van uniendo tras nosotros.
Minho, Newt y yo vamos los últimos.
-¿a alguien más le empieza a dar mal rollo este sitio?- pregunta Newt.
-no me fío de esa chica- susurro mirando su espalda fijamente.
-ya están aquí Jorge- informa la chica cuando llegamos hasta la última planta.
El hombre negro con canas y barba se levanta de la silla y deja la radio con la que trasteaba.
-¿nunca sentís que el mundo está en vuestra contra?- dice a modo de saludo colocándose ambas manos en las caderas -tres preguntas- camina hasta una mesa en la que tiene una botella de licor y unos vasos de cristal -¿de dónde venís? ¿a dónde vais? ¿cuál es mi beneficio?- se sirve una trago -no contestéis todos a la vez- añade ante nuestro silencio.
-vamos a las montañas, a buscar al brazo derecho- habla Thomas.
-a buscar fantasmas- sonríe y se lo bebe -pregunta número dos- camina hacia nosotros -¿de dónde venís?- se pone serio.
-eso es cosa nuestra- interviene Minho.
Jorge encoge los hombros y mis sospechas se hacen realidad, busco a la chica con la mirada y la veo coger algo, me zafo del agarre de un hombre que intenta sujetarme y antes de que llegue a Thomas le arreo un puñetazo en toda la cara. Desenfundo el cuchillo de mi abdomen y se lo coloco en el cuello.
-¡soltadles!- ordeno firme.

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Jajajaja Nala está en modo madre protectora, desde que salió de las instalaciones de cruel no ha dejado de sorprendernos y no se ha acobardado en ningún momento, en el próximo capítulo veremos cómo gestiona la situación, porque está rodeada, acaba de pegarle un buen puñetazo a quien parece la hija del jefe y luego le ha puesto un cuchillo en el cuello jajajaja.

<3