019 parte 2

1K 79 5
                                    

Me paso el viaje entero llorando, el hombre finalmente me suelta, pero no me deja alejarme más de diez centímetros, es como si creyera que soy una amenaza.

La noche llega y en poco tiempo ya estamos en nuestro destino.

-ya hemos llegado- dice un hombre castaño que parece tener un cargo alto.
Las puertas del helicóptero se abren y soy la primera en bajar, ya que lo hago sin permiso.

En cuanto piso el suelo, un hombre fuera de sí me tira al suelo y cuando veo su rostro con las venas oscuras y la sangre negra corriendo por la comisura de su boca me doy cuenta de lo que es.

No sé cómo, pero le doy la vuelta y me monto sobre él. Sin pensármelo dos veces desenfundo mi daga y le apuñalo en el pecho. Al ver que no surge efecto, saco la daga y al instante le disparan en la cabeza, levanto la mirada y el hombre que me sujetaba y vigilaba se coloca el arma a la espalda para seguido agarrar mi cintura y cargarme sobre su hombro.

-¡a ti qué coño te pasa!- levanto el tono de voz por el ruido de las aspas.
No me contesta y sigue corriendo hasta que entramos en las instalaciones.
-que te jodan- le empujo cuando me baja.
Se da la vuelta sin responder ni reaccionar y se marcha.

Primero nos llevan a una sala donde nos dan de comer y al rato entran para llevarnos a las duchas.

No sé por qué motivo en medio del baño rompo a llorar, intento contenerlo, pero los sollozos viene uno tras otro sin cesar.
-¿estás bien Nala?- escucho a Alan en la ducha de al lado.

-sí- susurro para que no se note el temblor de mi voz.
-¿quieres que- escucho que apaga el grifo y le interrumpo.
-Ni se te ocurra- le advierto antes de que se plantee venir a consolarme o lo que sea.
-Bien- dice apenado antes de encender el grifo de nuevo.

Cuando salimos de las duchas nos guían a unos vestuarios. Yo cojo mi ropa y entro en un compartimento. Una camiseta azul marino de manga larga con un pequeño escote redondo y unos pantalones de chándal grises dos tallas más grandes de la que suelo usar.

Salgo y todos me miran.
-¿qué?- frunzo el ceño.
-Nala- murmura Thomas con pena -tenemos que hablar-
-¿de qué?- pregunto sin moverme del sitio.

El silencio se hace por un segundo.
-Nala- susurra disgustado rompiendo el silencio -es mejor que- le interrumpo.
-¡qué! ¿qué es tan importante para que me lo tengas que decir ahora?- le miro enfadada.

-será mejor que lo hablemos más tarde- intenta frenar la discusión.
-habla, por favor- trato de calmarme.
-Es sobre Chuck- hace una pausa y solo con escuchar su nombre noto los ojos llorosos.

-continúa, por favor- le pido con la voz temblorosa.
-recuerdas eso que intentaba decirte antes de- se queda callado.
-de morir- termino por él mientras una lágrima rueda por mi mejilla.

-sí- agacha la cabeza y cuando al fin la levanta me mira fijamente para continuar -al inyectarme el veneno recordé algo más que no te conté. Cuando te fuiste, antes de que habláramos, les conté todo a los demás, lo mismo que te conté a ti, excepto- se levanta y se acerca a mí -que Chuck y tú sois hermanos- Abro los ojos sorprendida mientras dejo de contener las lágrimas.

-¿por qué no me lo dijiste?- me quedo sin voz.
-porque Chuck me pidió que no lo hiciera, te admiraba y quería, y sabía que darías tu vida por él aún sin saber que erais familia- trago saliva a punto de romperme -no podía imaginarse lo que serías capaz de hacer si supieras que era tu hermano- termina y al instante me abraza.

Al principio trato de separarle, pero no afloja el agarre y finalmente dejo de luchar para llorar.

-lo siento Nala- susurra Thomas y solo por el leve temblor de su voz sé que también está llorando -de veras, los siento- añade estrujándome entre sus brazos.
-Oh Chuck- sollozo aún abrazándole.

Tras unos segundos nos separamos y Thomas extiende su mano para limpiar mi mejilla mojada, agarra mi brazo y deja una figurita de madera sobre mi palma.
-Chuck quería que la tuvieras- asiento sin poder decir nada y rodeo la figurita con mis dedos para seguido guardarla en mi bolsillo.

Los guardas no tardan en entrar para llevarnos al laboratorio. Como ya es costumbre a mí me escolta ese estúpido guardia.
-¿se puede saber qué te pasa conmigo?- le pregunto cuando posa su mano en mi espalda para empujarme y que ande más rápido -¿eres mudo?- frunzo el ceño al ver que sigue sin responderme.

Nos separan a cada uno.
A Minho le ponen a correr, a Thomas se lo llevan fuera del laboratorio, a Newt y fritanga les empiezan a hacer analíticas, a Alan le colocan una especie de sensores en la cabeza para algo de actividad cerebral, a Teresa la dejan con una mujer que parece dirigir el lugar y a mí me meten en una sala y me sientan en una camilla con el ya conocido guarda mudo.

-¿para qué son todas estas pruebas?- intento hablar con él de nuevo -¿por qué no te quitas eso de la cara?- señalo el gorro, la braga y las gafas con las que esconde su rostro -¿es para esconderte? ¿te avergüenza tu trabajo?- le reto con la mirada aún sin saber si me la devuelve -¿te enorgullece hacerte el duro y sobrepasar el espacio personal de los demás?- entre cierro los ojos -¿te gusta? ¿disfrutas imponiéndote sobre el resto?- insinúo.

-cállate- escucho su grave voz por primera vez.
-¿o qué?- sonrío al ver que le he llevado a su límite cuando da un paso al frente, pero en ese preciso instante una doctora rubia con el pelo recogido en una coleta entra.

-buenos días Nala- me dedica una dulce sonrisa.
-soy la doctora Debra- se acerca y deja un maletín con instrumentos médicos -voy a hacerte un par de preguntas y luego veremos cómo estás físicamente ¿vale?-
-vale- susurro un poco nerviosa.

----------}{----------

Hola!
Ya se sabe que Chuck era el hermano de Nala, y eso hace su muerte más triste de lo que es.
Este es el primer capítulo de la segunda parte, que quiere decir que es sobre la segunda película.
No sabremos qué pasará ni quién es ese guarda o por qué no deja en paz a Nala hasta el siguiente capítulo, así que ahí os espero.

<3

Roja (The Maze Runner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora