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—¿Qué quieres saber?— rompe el silencio.
—¿Qué soy para cruel? ¿qué quieren de mí?— respondo.

—Bueno, cuando empezamos a hacerte pruebas descubrimos que no eras inmune, sino que— la interrumpo.
—Portaba el virus— termino por ella —Lo sé pero ¿Qué qué pretenden hacer conmigo? ¿Qué quieren de mí que les pueda dar la cura?— tengo mis sospechas, pero quiero escuchar lo que diga.
—Ciertamente no te quieren a ti, quieren la encima de alguien que porte el virus y la inmunidad a la vez, pero tú no eres inmune, no como tal— explica —No has sido infectada, tu sistema inmunológico no lucha contra el virus porque convive y se creo con él ¿entiendes?— asiento como respuesta —No se ha encontrado nadie como tú, nadie que naciera con el virus, cruel no conoce el motivo de que lo contengas, pero ha comprobado científicamente que si tus genes se mezclaran con los de un inmune, crearías una sangre con ambas cualidades. Una cura—

—Entonces, mi sangre puede infectar a alguien— abro lo ojos cuando realizo el peligro que soy.
—Tu sangre y cualquier fluido— añade —excepto a un inmune claro—
Seguimos caminando en silencio mientras asimilo todo lo que me acaba de contar.

—Si, si mantengo relaciones con alguien que no sea inmune— la miro y antes siquiera de elaborar la pregunta responde.
—sí, le infectarás— me mira apenada.

Volvemos al silencio y después de un rato lo rompo de nuevo.
—¿Les valdría con uno solo?— me mira extrañada —con un solo bebé—
—No lo sé, pero lo dudo, extraer una encima requiere mucho cuidado— explica.
—¿Morirá? ¿si acepto a reproducirme con un inmune el bebé, mi hijo, morirá?— la miro indecisa.

—Nala— niega con la cabeza —no hay forma de que ese niño viva, si la extracción de la encima es exitosa el niño morirá al instante y si se daña en el proceso también, él nacerá para morir y tú serás usada para traer un niño tras otro, serás una vaca en una granja, una cobaya en un laboratorio, sufrirás, y mucho, así que borra esa idea de tu cabeza, porque no solucionarás nada entregándote— habla seria —Los chicos seguirán siendo atrapados para conseguir esas dosis que ralentiza el virus, nada cambiará y tú pasarás un infierno— trago saliva asustada.

—¿Quién sabe lo que soy?— le pregunto preocupada —¿Quién sabe el valor que tengo para cruel?— mi corazón se acelera.
—Solo yo Nala, nadie sabe tu verdadera importancia excepto yo, aún así, ándate con cuidado— me advierte —porque esto es el apocalipsis, la desesperación abunda, y es peligrosa.

—Voy a hablar con los chicos— estoy a punto de irme cuando agarra mi mano.
—No se lo cuentes a nadie en quien no confíes plenamente— me aconseja.
Asiento y me marcho.

Subo hasta unas rocas desde las que se ve el campamento en las que encuentro a fritanga, Newt, Alan y Minho.
—Chicos— llego con la respiración entrecortada— tengo que contaros algo ¿Dónde está Thomas?— pregunto al no verle cerca.
—Allí— contesta Minho señalando lo alto de una de las montañas que cubren el campamento.

Desvío la mirada y veo su finura junto a la de una chica, quien supongo es Teresa.
—Vale, bueno, luego se lo contaré— trago saliva lista para empezar.

Todos me miran y las sonrisas de su rostro se esfuman al ver mi expresión.
—Ya sé qué quieren de mí— me siento junto a ellos para no llamar la atención de la gente que está abajo —He hablado con la doctora Mary— me trueno los dedos para disimular el temblor de mis manos —y la creo, porque todo lo que ha dicho encaja y tiene más sentido del que podría tener— mi pulso se acelera y de repente tengo un mal presentimiento —tengo que buscar a Thomas— me levanto de golpe.
—pero Nala— Minho agarra mi muñeca y me frena —¿Qué está pasando? no nos puedes dejar así.

—Ya sabéis que porto el virus, eso quiere decir que mi sangre y cualquier fluido mío puede infectar a cualquiera que no sea inmune— empiezo
Les cuento todo lo que me ha revelado la doctora lo más rápido que puedo.
—No me jodas Nala— Newt se levanta.
—No pueden atraparte— susurra Minho.
—Pero ya estamos a salvo— interviene fritanga.
—Ella nunca estará a salvo— habla Alan.
—Tengo que decírselo a Thomas— todos se levantan.
—Te acompañamos— dice Newt.
—Vale— me doy la vuelta para caminar hacia la cima de la montaña cuando lo veo.

El sol se pone por el oeste, el mismo lugar del que emanan helicópteros y naves de cruel a toda velocidad.
Un misil.
Dos.
Tres.
Gritos.
Fuego.
Disparos.

Vuelvo a girarme con el corazón a mil por hora, miro hacia la montaña y observo cómo Thomas llega gritando y sacudiendo los brazos.
Mis oídos dejan de escuchar, volteo la vista al campamento y cuando veo una cabaña arder mi mente viaja a Brenda.

Salgo corriendo hacia el campamento.
—¡Nala! ¡Nala!— escucho las llamadas de los chicos, pero pronto dejo de hacerlo por la distancia que no tarda en separarnos debido a la velocidad que llevo.
Mis piernas se mueven como nunca, apenas veo a la gente a mi alrededor, tengo la vista al frente y la ruta de mi destino en la mente.

La noche ya ha llegado y las estrellas contemplan la catástrofe.
Llego a la caseta y entro sin ningún reparo, Brenda está sentada en la camilla, parece mucho más recuperada y a la vez desconcertada por los ruidos.
—¿Cruel?— asiento como respuesta.
Agarro un rifle y se lo lanzo —Sube a las montañas y ayuda desde allí, tengo que hacer algo— me doy la vuelta para irme cundo la escucho llamarme.
—Nala— me paro sin girarme —gracias.
—Cuida de ellos— le pido antes de salir de la caseta.

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Siento no haber podido sacar capítulo doble ayer, por eso hoy lo subo pronto.
Y como soy así de malvada os vuelvo a dejar con la intriga jajaja.
Nos vemos!

<3

Roja (The Maze Runner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora