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-Thomas, Nala, acompañadme por favor- pide la doctora Mary.

Entramos en una caseta, Jorge deja a Brenda en una camilla mientras Mary le extrae sangre a Thomas.
-¿Puedes curarla?- le pregunto sentada en una silla al lado de la camilla en la que está Brenda.
-Sí, una encima que producen los cerebros de los inmunes separada del torrente sanguíneo puede servir para ralentizar la propagación del virus- responde.

-Entonces, si ya tenéis una cura ¿Por qué nos siguen buscando?- digo extrañada.
-Porque la encima no se puede fabricar- noto la decepción en su rostro -Solo se extrae de los inmunes, de los jóvenes- mezcla la sangre de Thomas con algo y lo introduce en una jeringuilla -Claro que eso no es impedimento para cruel, si fuera por ellos sacrificarían a una generación entera, y todo- contempla el líquido azulado que contiene la jeringuilla -por esto, un regalo de la biología, de la evolución- desvía su mirada a nosotros -Pero no al alcance de todo el mundo- camina hasta Brenda y se lo inyecta en el brazo.

-¿Cuánto tiempo le dará?- pregunta Thomas.
-Puede que un mes, tal vez dos, pero ese es el dilema ¿verdad? siempre necesitará más- se levanta -bueno, vamos a fuera, necesitará descansar- Jorge y yo nos incorporamos y salimos de la caseta.

-¿Por qué la has defendido?- me pregunta Jorge nada más salir -No se supone que no éramos un equipo- añade con un poco de resquemor.
-Te debía una por ayudarnos a escapar de cruel, tú mismo lo dijiste ¿recuerdas?- contesto segura.

Me mira a los ojos durante un para de segundos en completo silencio.
-Mientes- afirma.

-No lo hago- aseguro calmada -Además, tampoco ha sido para tanto y si lo fuera, no es de tu incumbencia- encojo los hombros.
-¿Que no ha sido para tanto?- levanta la voz -Ibas a dejar que te mataran por ella- entre cierra los ojos desconfiado -Dime de una puñetera vez la razón por la que la has defendido ¿Te debe algo? Yo te lo pagaré, pásame su deuda a mí- pide decidido.

-Jorge- respiro hondo y fijo mis ojos en los suyos -Cuando vi a Thomas en ese tugurio supe que no había llegado solo, supe que alguien le había guiado, que alguien le había salvado -explico -Ahora él le debe la vida a ella y el resto te la debemos a ti, yo he dado el primer paso porque confío en vosotros, dalo tú y entonces seremos un equipo.

Vuelve a mirarme fijamente y esta vez asiente para seguido tenderme la mano -Confío en ti- agarro su mano aceptando el apretón y sin querer desvío la atención cuando la doctora sale de la caseta.
-Voy a dar una vuelta- se despide Jorge para dejarme hablar con ella.

-¡Doctora!- la llamo.
-Oh Nala, puedes llamarme Mary- sonríe.
-Mary ¿puedo hacerte un par de preguntas?- me muerdo la lengua impaciente.
-Claro, pero antes quiero que hagamos una cosa, sígueme- comienza a caminar y tras pensarlo relativamente poco decido acompañarla.

Atravesamos el campamento hasta llegar a cuatro casetas ligeramente apartadas.
-Esas son el baño y el vestuario de los hombres- señala las de la izquierda -y esas las de las mujeres- apunta las de la derecha.
-¿A qué viene esto?- pregunto extrañada.
-Quiero que entres te bajes los pantalones y veas tú misma la cicatriz de once puntos que tienes en el lateral externo del muslo izquierdo- abro los ojos sorprendida.
-Que esa cicatriz esté ahí no probará nada, podría habérmela hecho de cualquier otra forma- argumento.
-También hay una ducha- alzo las cejas intentando contener la sonrisa -Tienes quince minutos- añade sabiendo que lo estoy deseando.
-Bien- acepto -Pero cuando salga me responderás a todo- digo como condición.
-Trato hecho- asiente y me doy la vuelta para entrar en la caseta.

Lo primero que veo al encender la luz fría es un espejo con un lavabo debajo.
Camino lentamente hasta estar frente a él y contemplo mi rostro por primera vez desde que salí de las instalaciones de cruel.

No he cambiado mucho, tengo el cabello enredado, los hombros quemados y, y el rostro lleno de pecas.

El recuerdo de Alby me golpea "en cuanto te dé un poco el sol seguro que te vuelves tan pecosa como Gally"
Gally, su recuerdo me arrolla y destroza a la vez.

Deslizo los dedos por los puntitos marrones de mis mejillas y por un instante veo a ese chico de ojos azules en el reflejo, riéndose porque me acaba de sonar el estómago, un segundo después, la sangre negra brota de su boca y su mano se alza para apuntarme con un arma "debí matarle y dejar que hicieran contigo lo que quisiera" pestañeo para frenar la humedad de mis ojos "Nala, Nala, eres, eres mi" esos mofletes sonrojados y esos rizos castaños cruzan mi mente y ya no puedo contenerme más.

Sollozo y rompo a llorar, derramo lágrima sin cesar mientras me quito los zapatos, cuelgo la chaqueta, deslizó la camiseta, bajo el pantalón y entonces, el llanto frena cuando observo la larga cicatriz que tengo en la cara externa del muslo izquierdo.

No necesito contar los puntos para saber que son once, abro el grifo y el agua caliente cae. Suelto un gemido de placer cuando mis músculos empiezan a relajarse y mi cabello a mojarse.

-Estás radiante- dice Mary en cuanto abro la puerta de la caseta y salgo.
-Es enorme- suelta una carcajada al escucharme -y horrible- añado refiriéndome a la cicatriz de la que no me había fijado hasta ahora.
-Caminemos, recuerdo mejor cuando lo hago- propone.

Comenzamos la marcha alrededor del campamento, lejos del ruido y la gente.

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Los recuerdos son bonitos y tristes a la vez, al menos Nala ya confía en Jorge y Brenda ¿lo hará con Vince y Mary en un futuro? Ya se verá.
Hasta pronto!

<3

Roja (The Maze Runner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora