Capítulo Veintisiete

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Globos, letreros, un pastel y un omega en estado muy cansado.
Hoy era un día especial puesto que no todos los días cumples un año de noviazgo con tu alfa, y a pesar de que nuestra relación había escalado mucho más rápido que lo que el tiempo nos lo permitió, estaba muy feliz por poder celebrar.
Tras haber decorado toda la casa con pequeños globos de colores que yo mismo había inflado, poner un letrero en la entrada de la cocina; que quedaba justo enfrente de la entrada, decía feliz aniversario y haber hecho un pequeño desastre en la cocina tras intentar preparar un pastel, estaba sentado en el sillón, esperando a que Yoongi abriera la puerta, anunciado que su cansada jornada laboral había terminado.
Mi mano acariciaba con suavidad la pequeña pancita abultada que un cachorrito de tres meses me había generado, y a pesar de que fuera realmente pequeño aún, me pesaba lo suficiente como para mantenerme sentado por media hora.

El timbre sonó, y con bastante pereza me levanté para abrir la puerta.
Tae se acercó a mi y al abrazarme se me hizo raro que fuera tan cercano el abrazo.
Detrás de él entró Jungkook, quien también me dio un abrazo, pero al pasar mis manos por su espalda, pude sentir un pequeño bultito.
Jeon EunJi, un mes de vida, se encontraba en un porta bebés que su papi llevaba en la espalda.
Su carita era una sutil combinación entre sus dos padres, la nariz y cejas como la forma de Tae, pero sus tiernos ojitos y delgados labios como los de Jungkook. Era preciosa.

–Pasen, adelante, ya no debe tardar Yoongi
–Gracias, ¿Hay algo en lo que te podamos ayudar?
–Pues creo que no, ya tengo todo casi listo, ¿Cómo han estado?
–Pues... La verdad ha sido difícil, nadie nos había dicho lo complicado que era mantener con vida a un ser humano
–Más que nada porque ahora no conocemos la palabra dormir

Me quede un ratito serio, para después hacer una cara de un poco de desagrado, por lo que la pareja soltó una carcajada mientras acomodaban a EunJi en el sillón, en medio de ambos, con una pequeña barrera construida con los cojines del sillón.

–No lo decimos para asustarte, solo te contamos como nos va

Tras un poquito más de plática, se escuchó como las llaves de Yoongi abrían la puerta, dejando ver su alto y delgado cuerpo vestido con un pantalón de vestir negro, camisa blanca y la corbata del mismo color que el pantalón. En cuanto entró, me puse de pie para correr hasta él y abrazarlo, quien me recibió con la misma euforia al sentirme, como si no nos hubiéramos visto hace años.

–Te extrañe ¿Que tal te fue en el trabajo?
–Bien ¿Huele dulce?
–Uh

Me separé un poco de él para que ambos saliéramos de nuestra burbuja y de tal manera pudiera ver el cartel que estaba colgado a la entrada de la cocina, así como a la pareja sentada en el sillón, cosa que lo hizo sonreír, dándome otro abrazo más.

–Pensé que habías olvidado que era hoy
–Jamás me olvidaría de una fecha tan importante
–Tu regalo está en el auto

Salió de la casa y me ofreció la ayuda de su mano, la cual tomé para bajar los pequeños tres escalones que habían a la salida de la casa hasta caminar al auto que su padre nos había prestado hasta que tuviéramos uno propio. Ahí, pude ver en el asiento trasero un oso gigante de peluche, era justo el que me regaló el primer día de nuestro cortejo, y a su lado, otra corona de flores, que aunque no tenía las mismas flores, el detalle era muy lindo.

–Se que cuando saliste de tu casa no te pudiste traer estas cosas importantes y... Chae me ayudo a sacarlas de allá para ti el día de hoy
–Ay mi amor... Es hermoso, realmente pensé que nunca volvería a ver a este oso

Abrí la puerta y saqué al oso, abrazándolo, recordando lo que sentí justo el día en el que abrí la caja y ahí estaba.
Al entrar a la casa, las cosas pasaron realmente rápido. El pastel que había preparado había sido todo un éxito, por lo que casi no quedó de éste al final de la reunión.

Herederos Por Obligación {Yoonmin// Omegaverse} (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora