Herederos Por Obligación {Yoonmin// Omegaverse} (En Edición)

Capítulo Cuarenta y Tres

Los preparativos de la boda habían empezado cuando SeungChul recién había cumplido 2 meses, cuando la herida de mi cesárea había dañado lo suficiente y yo me sentía con ánimos de comenzar a organizar todo eso, ya que yo era tan quisquilloso y quería que todo saliera tal como yo lo tenía planeado.
Quería una boda grande, lujosa, pero con gente cercana que realmente nos quisiera, y sin duda debía llevar 100% mis gustos, debía sentirme lo más cómodo posible en MI boda.
La lista de invitados era lo primordial, así sabríamos con cuanta gente debíamos de ir planeando las cosas.

–Mi amor, ¿Que le pasó a HoSeok?
–¿Eh? ¿Cómo que qué le pasó?
–Si, ¿Por qué ya no has hablado con él?
–Ahhhh... La verdad no se, recién que salimos de la escuela no volvimos a vernos, a veces hablamos para saber cómo estamos o hacer planes de salidas falsas, pero nunca hacemos nada

Me quede un rato en silencio tras escuchar lo que me había dicho, no podía ignorar el hecho de que él junto con YoonGi me habían rescatado de aquella vez que casi me abusan, así que sin mencionarle a mi prometido lo añadí a la lista, sería un lindo regalo que lo viera de nuevo en un día tan importante.
Me sentía un poco estresado por todo lo que debía de buscar; el salón, la comida, las mesas de dulces, las decoraciones, las flores, las invitaciones, los trajes, el pastel, y más aparte todo lo que debía de llevar la luna de miel, pero si YoonGi me ofrecía ayuda, me salía lo independiente y le decía que yo podía con todo, tonto.

Habían demasiadas opciones como salón, solo sabía que quería que en el día pudiéramos estar en un hermoso jardín, pero en cuanto diera la noche poder meternos al salón para no pasar tanto frío, pero también debía ver un lugar que tuviera área de juegos para todos los pequeños que había en la familia. Algo que me tranquilizaba era que no hubiera un límite de precio.

–Amo que mi esposo sea millonario– no me había dado cuenta que había dicho eso en voz alta hasta que escuche una risita de parte de mi alfa.
–Yo también te amo cariño

Los días pasaban y yo cada vez tenía más cosas listas entre la lista de pendientes.
El salón ya estaba, loa adornos, banquete y mesa de dulces ya estaba, solo hacía falta ver realmente que íbamos a comer esa noche.
Las muestras de pasteles nos iban a llegar la próxima semana de todos los sabores que habíamos escogido y la prueba de vestuario era Justo esta noche.
Para mi había escogido un traje de color totalmente blanco con una tela tan fina y hermosa, lisa y brillosa que fácilmente parecía ser seda pura. El de YoonGi era de un tono negro tan firme que no se le notaba ninguna imperfección, simplemente se veía negro y suave, uniforme.
A pesar de que moría de ganas por ver a mi prometido con su traje, me abstenía de la mejor manera que podía, realmente no era prejuicioso, solo me gustaba seguir algunas tradiciones simples como que no podíamos vernos.

Había ocupado estos dos meses de una manera muy útil, a parte de haber tenido que extender mi maternidad en el trabajo para ocuparme de SeungChul y SeungGi, también me había encargado de hacer que mi cuerpo volviera a la figura que tenía antes, y lo pude notar cuando me puse el traje, que había pedido de la talla que supuestamente era, pero para mi sorpresa, de la cintura me quedaba demasiado grande, nada que no se pudiera solucionar con costura, claro, pero algo dentro de mi hizo que me sintiera orgulloso por el cuerpo que tenía.
De ahí en fuera, de los hombros y lo largo de la pierna me había quedado perfecto, esperaba que con YoonGi tampoco hubieran problemas.
Tuve que regresar a casa casi corriendo puesto que las muestras de pasteles habían llegado. Cargue a mi pequeño bebé con cuidado y entramos a la casa, últimamente había notado lo útiles que eran los canguros, ya que traía a todos lados a mi bebé y podía hacer las cosas que debía.

–Oh Dios, son tantos sabores...

Pude ver como la chica que nos ayudaba en el quehacer de lacada había puesto todas las muestras en la mesa, abarcando la gran mesa para 12 personas con pequeños pedazos de pastel.
Le agradecí a la chica y me senté para empezar a comer un poco de cada pastel, haciendo gestos de satisfacción por lo deliciosos que eran algunos. Comencé a arrullar a mi bebé al notar que era la hora de su siesta, viendo como sus tiernos ojitos comenzaban a pesar cada vez más, eso hasta que YoonGi y SeungGi llegaron como un remolino de la escuela, provocando que SeungChul se asustara y comenzara a llorar.