Capitulo Treinta y Cinco

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El camino de regreso a casa fue en silencio, ninguno de los dos nos atrevíamos a decir nada y me alegraba que SeungGi ahora estuviera en casa de mis padres.
Debíamos de arreglar esto de manera urgente si queríamos que el pequeño que venía en camino naciera en un ambiente donde sus padres se amaban incondicionalmente, no en uno donde casi por el simple hecho de respirar ya nos estuviéramos casi matando.

–Si lo que te molestaba era el tiempo que dedicaba a la escuela y el tiempo que no podía darte a tu y a SeungGi, bueno, ya termine la escuela– dije mientras veía por la ventana como cada vez estábamos más cerca de la casa.
–No era eso lo que me molestaba– dijo de la manera más seca posible.
–¿Entonces que era?
–Lo distanciados que estamos

Ninguno de los dos dijo nada después de eso, al parecer los dos nos habíamos percatado de lo que había pasado con nuestra relación en este último año.
Al llegar a casa, entramos y como si estuviéramos conectados, ambos nos sentamos en el sillón, esperando a que alguno de los dos detonara la bomba que bien podía contener arcoíris, nubes, flores y animalitos, o bien podía ser una bomba atómica que destruyera todo.

–¿Tienes algo que decir?– dijo en un volumen bajito, yo voltee a verlo y suspiré levemente, solo asintiendo, acercándome un poco más a él para poder tomas una de sus manos.
–No se ni porque empiezan la mayoría de nuestras discusiones
–Ni yo...
–Tal vez, ambos estábamos estresados, yo con mis finales y tú con tu trabajo y el cuidar de SeungGi, perdón, no debí dejarte toda la responsabilidad del bebé– por fin volteó a verme, y por primera vez en meses pude notar una mirada tranquila en su rostro, ya no tenía el ceño fruncido ni me veía con desaprobación.
–Intenté dar mi mejor esfuerzo, pero no podía soportar la idea de que mientras yo me partía la espalda, tú estabas todo el día aquí sentado en la computadora

Me quede un rato en silencio, intentando dejar que el pequeño coraje que habían creado sus palabras en mí desapareciera.
No era que estuviera solo sentado en la computadora, estaba con proyectos finales, trabajos, consiguiendo entrevistas y empresas las cuales estuvieran interesados en mi proyecto.
La tesis, la limpieza de la casa, la comida, mantenerme sano y limpio.
No era solo estar sentado frente a la computadora.

Ninguno de los dos dijimos nada más, porque no hizo falta, solo tomó con delicadeza mi rostro y acercó sus labios a los míos, juntándonos en un muy tierno beso, casi apenas tocándonos, pero cuando me acerqué un poco más, nuestro beso se profundizó, ambos abriendo un poquito nuestra boca para poder ocupar nuestras lenguas, jugando con nuestras ganas de estar juntos, de por fin hacer el amor y no solo tener sexo.

Las manos quemaban por lo desesperadas que estaban de tocar la piel del otro, por lo que poco a poco la ropa comenzó a desaparecer, sin importarnos en donde terminaba o si estábamos justo en la sala.
Su cuerpo estaba encima del mío, para ser más exactos, en medio de mis piernas, rozando con suavidad su miembro que se estaba poniendo erecto sobre el mío, que de igual manera comenzaba a despertar, pero lo más importante. Mi entrada comenzaba a prepararse para recibir a su alfa, mojándose como si estuviera en celo. Mi omega estaba deseoso por sentir a su alfa nuevamente en su interior, sentirlo nuevamente tan suyo.
YoonGi puso una almohada debajo de mi cadera, de esta manera pudiendo levantar mi cadera y poder rozar esta vez su pene contra mi trasero, la única tela que nos separaba era la ropa interior, que ya estaba empapada por mi culpa, sin embargo a él no parecía importarle, al contrario, parecía encantarle verme tan mojado por él.
Se acercó a mi cuello para poder besarlo, pasando con suavidad sus dientes sobre mi piel, siendo cuidadoso de no dejar ninguna marca que nos delatara. Sus manos recorrieron desde mis rodillas por todo mi muslo hasta que llegó a mi cadera, en donde de un fuerte jalón que dio hacia abajo, pudo quitar mi bóxer.
Se quedó viéndome hacia esa zona tan embelesado, como si estuviera viendo el más lindo paisaje del mundo, eso aunque ni siquiera me había preparado para este encuentro. Me estaba viendo tal cual era yo, y aún así le parecía hermoso.

Herederos Por Obligación {Yoonmin// Omegaverse} (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora