Parte 2|Emprendiendo el Viaje

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Aquel castillo, abandonado por los años ocultaba entre sus muros un gran secreto, en una de sus salas se encontraba un sillón frente a un gran ventanal y en él, sentado admirando el paisaje, un "viejo" tótem de inmortalidad, contemplando aquello que hace años no disfrutaba.

Narra Foolish:
No me creo en verdad que haya estado tanto tiempo aquí encerrado, todos los días la misma rutina, levantarme comer lo que he cultivado en el huerto del castillo, ordenar un poco, salir a ver las mismas vistas de siempre y después, castigarme mirando ese estupido pozo que me deja ver la civilización. Quisiera tanto ir al pueblo, a mi reino... cada día me lamento más de las decisiones que tomé cuando joven, era un malcriado, ¿por qué no pude callarme la boca y dejarla entrar aquella noche?
Bueno, de nada sirve lamentarme ahora.

-Eh, ¿qué pasa? - un fuerte ruido me sacó de mis pensamientos - Aah eres tú Leo, ¿qué estás haciendo pequeña? ¿Tienes hambre? Ven vamos a conseguirte algo de comer. (Inglés)

Este lindo huevito de dragón me ha acompañado en todos estos años en mi encierro, me duele tanto que tuviera que quedar en medio de mi castigo, aún así agradezco tanto tenerla, sin ella ya me habría vuelto loco.

-¿Y bien? ¿Qué prefieres hoy?, en el menú tenemos... naranjas, manzanas, tomate, pasta... y eso es todo por el momento, oh vamos, es lo mejor que puedo ofrecerte ahora - dije debido al gesto de desagrado de parte del huevito, a pesar de que no puedo ver sus expresiones por obvias razones, es tan expresiva - oye ahora que lo pienso, ¿dónde anduviste metida toda la noche, eh? No me digas que volviste a salir del castillo. Ya te he explicado los riesgos Leo, fuera de aquí no puedo protegerte ¿lo olvidas? (Inglés)

El pequeño huevito tenía una forma de comunicarse con el tótem, tenía una pequeña libreta, en la cuál escribía los mensajes que quería hacer llegar a este.

-Veamos que tienes ahí "Solo quería encontrar algo de buena comida", ¡ey!, que mal agradecida eh, sé que no es lo mejor del mundo pero yo lo cultivé para ti. ¿Te gusta mucho salir, no? - asintió el pequeño huevito - ok, hagamos esto, prométeme por tu madre dragona, que te cuidarás demasiado ahí afuera, y si ves a algún extraño volverás de inmediato, ¿ok? Vale, tomaré ese saltito como un si, no sé que haría sin ti Leo, ándate con cuidado por favor. (Inglés)

Nunca me había puesto a pensar en ello, esa pequeña se ha convertido en mi compañía día y noche durante décadas, supongo que por ello la considero como mi hija, a pesar de que obviamente no lo es.

Narra Vegetta:
Al llegar a la corte real me recibió Maximus.

-Hombre Vegetta, ¿qué tal?

-Todo bien tío ¿y tú? -dije mientras le saludaba con un medio abrazo.

-Pues ya verás, todo un lío que se armó ayer por la noche.

-¿A que se debe tanta formalidad en la carta eh? ¿Otra vez mapaches?

-Esta vez no tío, es algo más.

-¿Que tal Vegetta?

-Cellbit, hombre, cuánto tiempo.

-Y que lo digas, que dolor de cabeza tener que verte en situaciones así.

-Bueno, bueno Vegettita.

-Roieer, cuánto tiempo chico.

-Que reunión más emotiva eh chicos - interrumpió Maximus - pero a lo que venimos por favor.

-Cierto, ¿para qué me citaron aquí?

-Bueno pues te cuento Vegetta, el día de ayer Cellbit y yo -habló Roier - recibimos varios reportes de que los habitantes del reino habían visto a una pequeña criatura rondar por los alrededores de la falda de la montaña.

-¿La montaña del viejo castillo?

-Exactamente - interrumpió Cellbit - estuve preguntando a gente de los alrededores y dicen haber visto a una pequeña cosa redonda.

-Y quieren que yo vaya a investigar a la montaña, ¿cierto?

-En realidad, necesitamos que entres al castillo, tememos a una posible invasión del territorio. Y eres el único apto para entrar en él poderoso mago - dijo Maximus en tono serio pero sarcásticamente a la vez.

-Venga ya, saben que nadie ha entrado a ese lugar en cientos de años, tiene un campo de fuerza alrededor de él, me parece imposible que alguien lo atravesara.

-Ese campo de fuerza solo detiene la salida de algo, o mejor dicho, alguien.

-Vamos Roier, ¿tú también crees en cuentos de niños?

-Si no es real la leyenda explícame, ¿Para qué el campo de fuerza mágico?

-No lo sé, quizás para evitar que profanen los restos de lo que fue un gran imperio.

-Me convence un poco...

-Esta bien, iré a investigarlo, pero no prometo poder entrar en él, además, si descubro mapaches nuevamente, todos pagaran mis comidas de un año por hacerme ir hasta la cima de la montaña.

-Okaay maguito - dijeron todos al unísono.

-¿Sabeis que? Me coméis un huevo todos.

Era hora de emprender el viaje, tomé lo necesario de mi torre, pociones, un mapa aunque no era muy necesario ya que conocía el reino mejor que nadie, y por supuesto mi capa para no pasar fríos.

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¿Realmente me amas? | FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora