Parte 48|Yo... te amo

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La bruja aprovechó el momento para levantar y recoger su cetro y decir.

- Sabes, todavía recuerdo al joven príncipe antes de la maldición -este comentario hizo girar a Vegetta- era fuerte de pies a cabeza, era magnifico, perfecto, se decía que incluso un susurro de él era capaz de derribar naciones. Tan amado como odiado por su pueblo, tal y como su padre. Aquel primer amor que tuve, que me destrozo... fue tu padre Foolish, no era tan amable después de todo, hice de todo para volver a él, y cuando al fin lo logré, él ya estaba casado y con hijos, no dudes en que te haga lo mismo... hijo, es idéntico a él -dijo mirando a Foolish.

- ¿Desde cuándo a la bruja le importa el hijo que solo tuvo para no sentirse sola?

- ¿Qué dices?

- No quiero escucharte.

Dicho esto, Vegetta se giró para correr en auxilio del príncipe el cual ya estaba bastante mal, pero la bruja concentro su furia y lanzó con ayuda de su cetro una esfera de poder en dirección al mago, la cual fue detenida por aquel chico herido, con esto el cayó al suelo muy mal herido, aun peor que antes.

- ¡Foolish!... ¡Es que no te cansas de arruinarme la vida, madre!

Al decir esto el mago dejó salir un aro de energía el cual le quitó la corona a la bruja haciendo que volviese en sí.

- ¿Qué paso?... Hijo...

La hechicera solo pudo ver a su hijo en el suelo con aquel chico que amaba en brazos y con un llanto inconsolable.

- No, no, no, Foolish, estarás bien, tranquilo...

- Vegetta... gracias, por darme los mejores momentos... me enseñaste lo que era amar de verdad...

- No Foolish, resiste, todo estará bien.

- Realmente lo ama ¿Verdad Rubius? -dijo la madre de Vegetta a su lacayo.

- Ujum, bueno, como yo siempre lo he dicho señora, el amor no puede fingirse...

- ¿Tú siempre has dicho eso?

- Bueno, después de mi gran cambio por supuesto.

- Ay, creo que solo hay un problema...

- ¿Y cual es ese mi señora?

- El de lo ocupado que estará con su verdadero amor.

- ¿Qué dice?

Al decir esto la madre del de ojos violetas hizo aparecer aquel pequeño muñequito que le había entregado a Foolish años atrás, aquel que iba junto con su maldición, y posteriormente lo hizo llegar a sus manos.

- Oh, justo lo que... necesitaba -dijo entre gestos de dolor el tótem- Vegetta...

- No te esfuerces Foolish... respira, estamos juntos ahora, nada podrá separarnos... ya verás.

- Al menos deja... que te entregue esto... se supone que debía dárselo a quien amara y me amara... bueno, la persona a la que amo eres tú Vegetta... y no me importa si tú no lo haces... yo te amo... y estoy feliz de que... al menos pude verte... una ultima vez.

Dijo el príncipe dando una caricia en el rostro de aquel mago que, en ese tiempo no muy corto, le había robado por completo el corazón, para después desvanecerse en cuanto el mago tomo en sus manos el pequeño muñequito de tela.

- No, no... por favor, por favor, no me abandones... yo... te amo.

¿Realmente me amas? | FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora