Parte 41|¿Te encuentras bien?

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Aquel chico de ojos verdes no pudo evitar sentirse traicionado, pues, a pesar de ser consciente de que aquello podría pasar, no lo esperaba en ese momento.

- Oh, ¿te rompí el corazón? Como lo siento -dijo sarcásticamente el híbrido de oso- era justo lo que quería.

Dicho esto, se abalanzo sobre aquel chico para colocarle un brazalete, y de pronto los ojos de aquel chico perdieron todo brillo...

- Lo tuviste todo, la persona que amaste, estuviste a punto de contraer matrimonio con quien por el pueblo se convertiría en su soberano, pudiste ser rey... y ese viejo tótem te lo esta quitando todo, lo tuvo todo y ahora quiere lo tuyo, que egoísta de su parte ¿no lo crees? En mi opinión, deberías adelantar esa boda y evitar que te lo quiten.

- Ten por seguro que lo haré -dijo el de ojos verdes con una inexpresiva mirada.

Narra Vegetta:

A la mañana siguiente Foolish y yo continuamos con la encomienda, llegamos a aquellas montañas nevadas, eran lindas, disfrutaba ese cambio de estación tan repentino.

- Bueno Vegetta, ¿por donde quieres empezar?

- ¿Qué te parecen aquella cueva de por allá?

- Buen inicio.

Nos adentramos un poco en aquella cueva y de repente escuchamos un.. ¿canto?

- ¿Escuchaste eso?

- Como no hacerlo, ¿Qué crees que sea?

- No lo sé Foolish, ¿quieres investigarlo?

- Bueno, quisiera, pero no sé qué tan peligroso sea.

- Hagamos esto, te doy este -le entregué a Foolish un radio mágico como el de todos los que íbamos a misiones- yo, te hablo por aquí en caso de alguna emergencia y tu te quedas a investigar aquí, ¿te parece?

- Bueno, pero si necesitas algo no dudes en llamarme ¿ok?

- OK Foolish.

Al adentrarme a aquella cueva, algo se sentía extrañamente familiar, el aura que ahí había me recordaba a algo, pero no estaba seguro a que. Estaba a punto de regresar a la entrada cuando vi algo brillar, y de repente apareció un zombi. Desenfundé mi espada y comencé a pelear, pero cada vez eran más y más, además de que también había arqueros, intente salir de la cueva, pero comenzaron a rodearme, sentía que ya no saldría de esa, y de pronto vi como por un costado comenzaban a irse hacia otro lado la horda, al despejarse un poco vi a Foolish, había entrado, ni siquiera tuve que llamarlo, comenzó a pelear con los zombis y arqueros, los destrozaba en verdad. Tanto me distraje viéndolo luchar que no me di cuenta de como una flecha venía en dirección mía.

- ¡Vegetta, cuidado!

Dicho esto, aquel tótem corrió hacia mí recibiendo aquel flechazo en uno de sus brazos para evitar que llegara a mí.

- ¡Foolish! OK esto es suficiente. No pensé que sería tan peligroso -puse un campo de fuerza alrededor de él para poder defenderlo- intenta no moverte de aquí.

- Pero todavía puedo luchar.

- No me arriesgaré a ello, no quiero perderte Foolish.

Ahora, con ayuda de mis poderes, comencé a despejar el camino hacia la salida y buscando el spawn de donde estaban saliendo aquellas ratas, lo encontré muy en el fondo de la cueva y lo destruí, al acabar con los restantes fui a ver como estaba Foolish.

- ¿Te encuentras bien?

- Bueno con uno de mis brazos perforado, pero no es nada -dijo de manera sarcástica.

- Es que eres tonto -reímos juntos para después levantarlo.

- Vegetta, sé que no te gusta usar tus poderes para cualquier cosa, pero hombre, que esta era una oportunidad perfecta.

- Lo sé, error mío.  En fin, creo ya destruimos aquello que causaba ese problema de infestación, ¿listo para volver? Necesitamos curarte esa herida, ¿te parece si usamos los teletransportes?

- Me parece bien, ¿a mi castillo?

- Te sigo.

Nos teletransportamos e inmediatamente le solicite material médico para curarlo, ya que, a pesar de creer que iba preparado había olvidado por completo pociones de curación, vaya despiste el mío.

- OK, Foolish, quédate quieto.

- ¡Ah! Me duele.

- Bueno, si te hubieras quedado fuera no estarías lastimado.

- Si me hubiera quedado fuera probablemente no estarías con vida.

Un silencio algo incomodo se formaba por primera vez entre ambos, era cierto que Foolish estaba lastimado por mi imprudencia, estaba siendo algo mal agradecido con él.

- Gracias... por salvar mi vida.

Sus ojos se abrieron y brillaron de manera tan bonita.

- De nada Vegetta... ¡Oye! Tu collar, no está...

- ¿Eh? Ah no te preocupes, me lo quité desde antes de la última misión a la que fui, no quería extraviarlo.

- ¿Antes de llevarme mi capucha?

- Así es, pero agradezco te preocuparas por su perdida.

¿Realmente me amas? | FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora