Parte 37|Volveré por ti.

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- Oh sorry, sorry Vegetta...

Dijo el de ojos esmeralda apartándose de aquel abrazo que hizo que el de ojos violetas sonriera cálidamente, y ya hacía bastante tiempo no lo hacía. Foolish había notado en él un cambio, ya no parecía nervioso y desorientado como cuando llegó, ahora parecía... ¿feliz? ¿Por verlo?

- Don't worries my bfriend.

Hacía bastante tiempo no lo llamaba así, eso había hecho que una enorme sonrisa se dibujara en el rostro de Foolish.

- Vegetta, si tienes tiempo, ¿crees que podría mostrarte algo?

- Oh yo no... claro porque no.

Entraron juntos a aquel castillo y antes de llegar a la enorme puerta que separaba el patio con el interior habló el de ojos esmeralda.

- Ok, debo advertirte que quizás te sea un tanto extraño, quizás te asombre, quizás cause muchas emociones en ti menos la que espero, pero en verdad quiero mostrártela y si no te gusta lo entiendo y... si, bueno, he pasado como dos días haciendo esto... y espero te guste.

Al abrir aquella puerta aquel mago pudo ver una estatua de... si mismo. ¿Por qué el príncipe haría una estatua suya? Además, era enorme, casi tan alta como los muros de aquel imponente castillo, por ello no pudo verla desde fuera.

- Foolish esto es... increíble...

- Really? Bueno, no esperaba esa reacción realmente.

- Es mucho más de lo que jamás han hecho por mí... gracias, o sea sé que es tuya, pero, que me plasmaras en ella, significa mucho para mí.

Vegetta estaba teniendo un vuelco de emociones en su interior, no entendía porque estaba sintiéndose así, para él ahora su corazón era de Willy, pero en ese momento al parecer lo reclamaba su verdadero dueño.

- Bueno, tenía bastante tiempo libre sabes, y quise hacer algo que... me inspirara, y bueno tu fuiste quien me libero de aquel encierro y me ayudo a volver a encajar en la sociedad.

- Muchas gracias Foolish, oye...

- Dime.

Vegetta iba a invitar a Foolish a su boda, la cual se celebraría en un mes, ¿una decisión precipitada? Tal vez, pero el de ojos violetas creía que estaba "enamorado" de Willy, aunque ahora estando delante de Foolish se daba cuenta de que no estaba más lejos de la realidad, aunque por supuesto no se lo diría por como estaban las cosas.

- ¿Vegetta?

Hablo el tótem con aquel acento ingles que tanto derretía a Vegetta a pesar de intentar ocultarlo y evitarlo a lo largo de los meses.

- Oh, quería decirte que me gustaría que volviéramos a pasar tiempo de vez en cuando, tu sabes, incluso ir de exploración -estas palabras hicieron que se iluminaran los ojos del tótem.

- Me encantaría, llevamos bastante distanciados.

- Bueno, la siguiente semana tendré varias misiones rumbo las montañas, y creo que tú las conoces mejor que nadie.

- En eso no te equivocas, será un gusto acompañarte.

- Bien, vendré por ti entonces. Oh, por cierto, mañana te traeré a Leo, quiere verte nuestra niña.

- Aquí los espero entonces, ¿ya tienes que irte?

- Sí, prometí pasar a ver a Maximus a mi llegada.

- ¿Tú llegada?

- Estaba en una exploración, tú sabes, por aquí por allá, el más capacitado tiene que ir -dijo Vegetta con una sonrisa.

- Entonces no entiendo porque no me enviaron.

- Muy gracioso Foolish -rieron juntos para después quedarse en silencio mirándose- bueno, tengo que irme, en verdad agradezco mucho el gesto de plasmarme en la estatua, la amé -Foolish pudo sentir sus mejillas arder al escuchar aquello.

- No es nada... me alegra que te gustara, nos vemos Vegetta.

El de ojos violeta dejó aquel castillo con la promesa de volver al día con su hija pero en el fondo sabía que lo que más deseaba era ver a aquel tótem nuevamente.

¿Realmente me amas? | FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora