¿Realmente me amas? | Fooligetta

Parte 3 | Tú eres...

Y ahí estaba el poderoso mago en camino hacia aquella montaña, quizás debió haber empacado algo de comida, pero que mas da, era un viaje de 3 horas hasta la cima gracias a sus poderes.

Narra Vegetta:
Creo que debí comer algo antes de salir, mi estomago hace ruidos todo el rato.

-Que fue... ¡Hey! ¿Quién anda ahí? - saqué inmediatamente mi espada ya que había visto algo entre los arbustos - ¡venga, sal ahora! ¡Hey, ven acá!

Algo corrió colina arriba por lo que decidí seguirlo.

-Pero que... ¿acaba de atravesar el campo de fuerza? No puede ser...

Narrador omnisciente:
Aquel mago corrió lo que le quedaba de camino al castillo y haciendo algunos movimientos con sus manos hizo un agujero en aquel campo de fuerza por el cual pudo pasar.
Aquel castillo abandonado, no lo parecía en lo absoluto, estaba bastante bien cuidado... ¿cómo era posible eso? Se preguntó el de ojos violetas.
Mientras tanto el pequeño huevito llegaba con el tótem a contarle lo que había pasado.

Narra Foolish:
Estaba sentado viendo aquel estupido tótem, cuando vi entrar corriendo a Leo.

-Hey Leo, ¿que pasa?, oh ya tienes algo escrito... ¿qué? ¿Un intruso? ¿Cómo es posible eso? Ya habíamos hablado de esto hace unas horas Leoo.

Tomé mi espada y caminé lentamente intentando no hacer ruido para no alertar al intruso.
Ala este despejada, el intruso no se ha adentrado lo suficiente al parecer, Leo venía siguiéndome detrás mío con gran sigilo, no quiso quedarse en el refugio por más que se lo ordené.
Llegamos al ala oeste y justo al centro mirando hacia el patio y comiendo uno de mis últimos panecillos se encontraba un chico.

Narra Vegetta:
Al entrar seguí hasta lo que parecía el ala oeste, en el centro de una de las salas había una gran mesa con panecillos, al mirar por la ventana pude ver un hermoso jardín perfectamente cuidado, y en el centro una gran fuente de dragon que sobrepasaba los límites de lo que había visto antes, de pronto todas las luces y velas se apagaron.
En medio de la oscuridad vi dos luces de color verde esmeralda, tan hipnotizantes...

-¿Quién eres? (Inglés) -dijo una voz algo ronca, al parecer algo amenazante.

-¿Quién lo pregunta? (Inglés) - agradecí tanto en ese momento todos los idiomas que me hizo aprender mi madre.

-Creo que aquí el intruso es quien debe responder. (Inglés)

-Buen punto, pero aún así, aquí el que esta entre la oscuridad sin dejar ver su identidad eres tú, no yo.

-¿Hablas español? - vaya que lindo acento tiene, me dije a mi mismo.

-Pues claro, ¿tú eres angloparlante o algo así?

-Bueno, yo, amm, hablo el idioma que mi pueblo solía hablar hace tiempo.

-Espera, ¿de dónde eres?

Al decir esto el desconocido salió de la oscuridad, dejando así al descubierto su identidad...

-No puede ser, tú eres...

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