Parte 26|Tenemos que salvarlo

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Narra Foolish:

A lo largo de mi vida he tomado malas decisiones, pero el haberme alejado de todos por este tipo que estaba más que confirmado que si me viera en mi estado actual jamás habría estado conmigo, ha sido la peor de todas.

Narra Vegetta:

Después de la platica tan intensa con Willy llegamos al bosque.

- Bueno, ¿por dónde quieres empezar? - le dije, ya que yo ya había revisado varias veces el perímetro.

- No siempre debe haber un orden ¿no crees? Ven.

Nos adentramos más y más y en medio de aquella oscuridad provocada por los arboles, pudimos observar una dungeon.

- ¿Qué? pero si esto no estaba aquí.

- Te dije que era bueno revisar dos veces.

- Siempre salvando el día eh, ¡a luchar Willy, como en los viejos tiempos!

- ¡Claro que sí compañero!

Despejamos piso por piso de la dungeon, como en los viejos tiempos... de repente en el penúltimo piso escuchamos una voz:

"Tic, tac, se les acaba el tiempo heroesitos"

- ¿El tiempo?

- Esto no suena nada bien Vegetta, hay que apurarnos.

Luchamos más y más, logramos llegar al último piso, y ahí estaba, Cellbit, atado y dentro de un tanque que poco a poco se iba llenando, si no lo sacábamos de ahí moriría.

- Se va a ahogar.

- No en mi presencia.

Corrí hasta el tanque y lo escale como pude, saqué mi espada y di un golpe certero con ella creando una abertura pequeña en el vidrio, pero no era suficiente, seguí golpeando una y otra y otra vez, pero era bastante duro, la esperanza se estaba escapando poco a poco, mientras tanto Willy buscaba la forma de cerrar los ductos que estaban llenando el tanque. Una risa se escuchó en el aire, me sonaba extrañamente conocida, pero quien era... no era el estúpido oso, era alguien más.

- ¡Vegetta! ¿que haces? No te quedes ahí empanado, sigue golpeando.

Me distraje y el agua ya estaba a la altura del cuelo de Cellbit, entonces lo recordé, el hechizo de impacto, un hechizo capaz de lanzar un rayo localizado y afectar solo zonas que el mago desee, pero jamás había podido hacerlo del todo bien, este no era un momento para dudar, bajé del tanque y me posicioné delante de él.

- ¡Willy, aparta! -este me hizo caso y se colocó detrás mío.

- Por favor que funcione, por favor que funcione -susurré.

Comencé a recitar el hechizo, y gracias a los dioses está vez me salió bien, se creó un gran boquete en la parte delantera del tanque justo a tiempo ya que el agua ya había cubierto por completo al pobre de Cellbit.

- Muchacho, que sustos nos das.

- Vegetta... muchas gracias... te debo la vida.

- Descuida, hay que sacarte de aquí... por cierto, él es Willy, Willy Cellbit, el damiselo en apuros.

- JA-JA muy gracioso Vegetta.

- No pude evitarlo, eres muy guapo para no burlarme de ti.

- Entiendo, entiendo.

Salimos con Cellbit de aquella dungeon tuvimos que ayudarlo en el camino ya que estaba bastante débil y con marcas de torturas en algunas extremidades. Se estaba haciendo de noche y tuvimos que acampar en el bosque ya que no quisimos arriesgarnos a lastimar más a Cellbit por no poder ver nada, ya que teníamos que ir todo el camino andando ya que por lo visto el bosque estaba inhibiendo toda magia, por algo le llaman el bosque encantado supongo, en ocasiones está de tu lado y en ocasiones es todo lo contrario.

¿Realmente me amas? | FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora