Parte 12|La Profecía

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Pasaron los días, tanto Leo como Foolish se habían hecho mas unidos con Vegetta. Pasaban días increíbles ayudando en el pueblo, explorando y construyendo cosas increíbles, rápidamente se habían convertido en una de las familias mas queridas.
Vegetta llevaba días buscando en sus antiguos escritos alguna forma de revertir el hechizo que su ahora compañero tenía, pero desgraciadamente no había tenido éxito.

- ¿Otra vez con eso pa? -dijo la pequeña entrando a la habitación dónde se encontraba Vegetta.

- Ya sabes Leo, necesito ayudar a tu padre, no me gusta que se tenga que esconder tras un hechizo de ilusiones.

- Sé que encontrarás la forma, tú puedes con todo pa.

- Gracias mi niña, por cierto, ¿y Foolish?

- Ah está en el salón leyendo.

- Ilustre el muchacho.

Ambos rieron y siguieron conversando.

Narra Foolish:
Llevaba varios días viendo que Vegetta buscaba y buscaba en sus libros una forma de regresarme a mi vida tranquila sin un hechizo de por medio.
Se le veía frustrado así que decidí ayudar en su búsqueda pero la mayoría de cosas que leía en su biblioteca no lograba entenderlas del todo.
Pero, entre todos esos libros encontré uno, "Antiguos escritos, antes de la guerra", vaya nombrecito eh, pensé, aunque en realidad era el mas normal que había leído hasta entonces.
Me llamó la atención un capítulo, "la bruja escarlata", ¿no es esa la madre de Vegetta? El capítulo decía...

"La bruja escarlata, es un ser de magia inconmensurable, reescribe la realidad a su gusto, se profetiza que ella o alguien de su descendencia van a gobernar... o aniquilar el cosmos. La bruja escarlata no nace, es forjada, no requiere siquiera hacer conjuros, su poder excede aquel de todo mago y hechiceros conocidos. Tal es su poder que solo su mente se adueñará de todo un pueblo, si consigue el poder de algún mago de su linaje, podría esclavizar a todo el universo".

¿Un mago de su linaje? Vegetta, ¿su madre le hará daño? No lo creo, por lo que me cuenta ella lo ama, no se si debería decírselo...

- ¡Hey Foolish! ¿Qué haces muchacho?

Cerré y coloqué el libro en donde estaba inmediatamente.

- Hey Vegetta, solo leía un poco.

-Ya veo, ¿te gustaría dar un paseo con Leo y conmigo?

- Por supuesto, voy por mi capucha.

Fui feliz por mi capucha de tiburón, pero sin dejar de pensar en aquella profecía...
Caminamos por el bosque, llegando a un pequeño valle, muy bonito con flores azules, moradas y rojas, al final había un pequeño lago, era hermoso sin dudas.

- ¿y que te parece?

- Me encanta Vegetta.

- ¿y a ti Leo?

- Me encantaaa, ¿puedo ir a explorar?

- Solo no te vayas lejos Leo, llévate tu teletransporte para evitar accidentes.

- Si papá.

Ambos miramos a Leo ir a jugar en lo largo del valle, brincaba de un lado a otro y correteaba pequeñas mariposas.

- Entonces, ¿que tal te está pareciendo la vida en Karmaland?

- Pues en realidad, a pesar de ser muy distinta a todo lo que conocía, me gusta, es agradable para mí, además tú me has ayudado demasiado.

- Hombre, no es nada, me alegro que te sientas bien.

- Oye Vegetta, ¿tú crees en las profecías?

- Joder, ¿estuviste leyendo mucho verdad?

- Bueno, un poco.

- Pues te explico, creo en una parte de ellas, porque al final estas se pueden cambiar o modificar al gusto del protagonista realmente.

- ¿en verdad?

- Claro, es como un hechizos o maldiciones, si buscas los puntos ciegos, puede cambiar drásticamente todo.

- Cierto...

Escuchamos un grito a lo lejos... no... Leo

¿Realmente me amas? | FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora