Mi nombre es Lim Choi Joseok, hijo menor de la familia Lim Choi, aliados de la poderosa familia Kimjeon quienes controlan el poder regente de la organización Kkangpae, la temida mafia coreana, mi familia nunca ha sido de las más poderosas en la organización, somos aliados porque nuestro fuerte es la infiltración, sobre todo en los poderes estatales de organización social y una parte del comercio, pero nuestra suerte se oscureció cuando a mi hermano se le ocurrió enamorarse de la única hija del jefe de los Kkangpae, pero ella solo lo vio como un amigo, casi como un hermano, y mi hermano termino muriendo por culpa de ese amor.
Mi hermano era todo para mí, él era fuerte, valiente, astuto, pero como todos no era perfecto, su mayor defecto y debilidad fue el amor que sentía por Ara, desde que recuerdo mí hermano la seguía, la protegía, la ayudaba, hacía todo para y por ella, yo solo era un chico de 14 años , cuando mi hermano fue acribillado en un enfrentamiento con la mafia Rusa, mi hermano murió protegiendo a Ara y a sus malditos hijos pero no hubo ningún homenaje, ni un tributo como se acostumbraba en la organización, solo un ramo de flores y de la maldita de Ara no volví ha saber, eso hasta que el jefe de Kkangpae enfermo de gravedad, 3 años después, cuando su maldita hija con toda su familia regresaron a Corea.
Muchas veces reclame a mi padre por su poca fuerza, por su estúpida y miedosa postura ante la familia Kimjeon de los Kkangpae, no exigió respuestas, ni tampoco un funeral adecuado al rango de un hijo mayor de la organización, pero yo, yo tomaría venganza por este acto de ofensa a nuestra familia, a mi hermano.
Sí bien era joven había sido entrenado, como cualquier otro hijo de nuestra organización de alto rango, a mis 17 años tenía mis habilidades bien desarrolladas, y sabía lo que había que hacer ante un enemigo.
Logre hacerme de un pequeño ejército de sublevados de la triada, aliados eternos de los Kkangpae pero que estaban disconformes con las consideraciones que tenían los Kimjeon ante algunos aliados de la organización, según ellos su alianza con los italianos los había debilitados, suavizado, mientras ellos discursaban que su forma era mucho más educada formal y discreta.
Sin darme cuenta, reuní este pequeño ejercito, dispuse para los hombres armas, y estrategias que todos estudiamos a fondo, estudie la casa, el sector, las entradas y salidas de turno de la guardia de seguridad, estudie todo cada paso que daban, mis tres años posteriores a la muerte de mí hermano fueron evocados a estudiar todo en relación a esa familia, conocía todo de ello, absolutamente todo, por lo que atacarlos era solo cuestión de tiempo.
Extrañamente había algo dentro de mí que hacía que cuestionara mí plan, quizás los niños, quizás las enseñanzas de mi padre, sobre la benevolencia hacia la familia Kimjeon, o quizás simplemente mí propia conciencia por los hijos de Ara, después de todo ellos eran seres inocentes, extrañamente me enternecían sobre todo los más pequeños, pero ese sentimiento, esa emoción, desaparecía de solo recordar a mí hermano, y la poca relevancia que tuvo su muerte en la organización, por lo que apresure mí ataque.**
La noche nos acompañaba, la oscuridad era espesa, una noche sin luna fue nuestra cómplice perfecta, rodeamos la casa por diversos francos de ataque, dada mí señal todo nuestro equipo comenzaría el ataque, mi objetivo era apoderarme de todo lo que tenían los Kimjeon, y por sobre todo matar a la maldita de Ara...
Basto con esperar el destello de la luz azul que indicaba el cambio de turno en los guardias para comenzar nuestra infiltración, era el momento preciso para adentrarnos en la mansión Kimjeon, acabar con todo y todos a nuestro paso, fue de esta manera que nuestra lluvia de balas inundo todos los espacios de la mansión, mis hombre no dieron tregua, subí hasta la planta alta, sabia que encontraría a Ara en aquel lugar, busque en cada habitación hasta que la encontré, estaba con su hijo más pequeño, le dispare justo al pecho, pero cuando quise disparar al pequeño engendro sus ojos negros gigantes me hipnotizaron, ese niño me miro con tanto temor, que no pude moverme, me paralice por completo, su bellos destellos no me permitieron acabar con su vida, fue la primera vez que un niño me hacia sentir de esa manera, solo reacciones cuando escuche los disparos muy cerca de mi, mire a un costado me di cuenta que no eran mis hombres, asi que baje rápidamente las escaleras, pero con la sensación de la mirada de ese niño en mi pecho.
Cuando llegue al despacho de Kimjeon el ya estaba muerto, pero al darme cuenta el pequeño niño estaba justo detrás de mi, escondido bajo una mesa, retrocedí, pero me di cuenta que otro niño estaba acercándote en medio del humo, no quizá me quise delatar, por lo que le ordene a unos de mis hombres que los trajeran hacía la camioneta, serian nuestros rehenes por si alguien de la familia quería reclamar el poder en la organización, yo tendría con que negociar.
Al salir de esa mansión, solo podía ver humo y fuego, a lo lejos escuchaba las sirenas de policía, a medida que nos alejábamos solo podía pensar en el niño que traíamos en la otra camioneta, la sensación de triunfo que esperaba simplemente no apareció en mí, no era lo que había esperado, tenía una sensación de miedo por lo que ese niño podía pensar de mí.
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Amor En Mafia.
FanfictionJimin y Jungkook, ambos de 16 años se verán enfrentados al odio y los celos de un psicópata que desea a Jungkook. Dos familias ligadas de distintas formas a la mafia. Los Brambilla Kimjeon una familia ítalo-coreana, poderosos, manejan los hilos del...