Culpas (cap. 25)

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Vi alejarse a Jimin hacia las escaleras, con muchas lágrimas en sus ojos, quería ir tras él, pero entendía que quería estar solo y procesar toda la información que había recibido, dude en evitar que el hermano de Nam lo siguiera, pero simplemente me levante del sillón y salí al patio trasero, hace mucho que no fumaba un cigarrillo, pero mantenía una cajetilla siempre en el masetero de la escala, me senté en esa escalera como muchas veces lo hacía con cigarro en mi manos dudando si ponerlo en mi boca, mi cerebro no para de pasar imágenes del pasado, tanto de las buenas como de las malas, definitivamente debía encender mi cigarrillo, busque entre mis bolsillos, no tenía mi encendedor, pero alguien puso uno con el fuego listo para encenderlo, mire de donde venia tal amabilidad, Nam simplemente estaba a mi lado mirándome con el encendedor listo para mi cigarrillo.

- ¿lo encenderás o seguirás jugando con él? - señalo mi mano- de verdad su historia ha sido una tormentosa lluvia, cara bonita, solo conozco una historia tan terrible como la de ustedes. - dijo esto mirando hacia el frente sin darme la cara, podía ver su mandíbula y su manzana de Adán como subía y bajaba tal vez tragando saliva, tratando de evitar decir algo más- Ustedes han tenido una vida muy difícil por lo que escuche-

-Si, ha sido difícil, pero lo hemos llevado lo mejor que podemos- le respondí mirando también hacia adelante, sin darle la cara- ¡Ja, ja, ja!!, debes pensar que soy un llorón, no puedo detener mis lágrimas, pero ha sido liberador, todo lo de hoy, incluso la pelea, escapar corriendo por la ciudad contigo, incluso eso ha sido reconfortante- le dije poniendo mis manos tapando mi rostro.

-La verdad es que sí ha sido una maldita diversión, tu cara de enojo es muy chistosa-, me dijo tratando de imitar mis caras y postura de peleas- al correr también lo haces de forma muy divertida. -

- ¿Te estas riendo de mí? - pregunte haciéndome el ofendido- acaso no recuerdas tu cara de gorila espalda plateada gritando en cada golpe, tú si eras chistoso- reímos imitando nuestros movimientos en la pelea, y de cómo escapamos con la ayuda del Toro, de pronto un silencio se asomó entre nosotros, entonces el giro su cabeza e hizo una pregunta, una pregunta que no me había hecho hace tiempo-

- Jin perdón que te interrumpa, pero puedo preguntar que paso con tu mamá, sabes qué fue de ella- no lo había pensado desde que papá llego un día con un ánfora que tenía su nombre.

-Mi madre, nunca volvió, desde el tercer mes que se había ido donde la abuela Jik ... al principio pensé que no nos llamaba por qué no tenía cómo, papá había robado nuestros teléfonos, el mío y el Hope, ella se comunicaba con papá pero no volvió a pedir hablar con nosotros, después simplemente papá nos decía que ella no llamaba hace tiempo, simplemente comencé a reconocer que nos había olvidado, que nos había dejado atrás, pero un día papá volvió con una caja de cartón, dijo que eso era de mamá, me la dio casi lanzándomela, cuando la abrí había un ánfora, con su nombre, llore no lo niego, pero en el fondo no podía hacer el duelo, - reí melancólicamente- es una cosa más que mis hermanos tienen para reprocharme, el ánfora de mi madre sigue en esa caja, con las cosas que le entregaron a mi padre ese día, él no me permitió decirle a mis hermanos simplemente el tomo la caja y la puso sobre el ropero, prohibiéndome sacarla de ahí-. Nam me miro con los ojos llorosos entrecerrados, su mirada reflejaba una gran tristeza, quizás tanto como la que yo sentía, ¿tanto le conmovía mi historia? -

- ¿Nunca te atreviste a ver que había en la caja? - preguntó, con la voz entrecortada como tragando una gran tristeza, yo simplemente negué con la cabeza- ¿por qué no? - pregunto evitando mi mirada-

-De hecho una vez lo intente, quise hacerlo, de verdad quería ver el ánfora de mi madre, mi papá no estaba en casa, así que fui, cerré la puerta, mi error no ponerle seguro a esa puerta, cuando estaba bajando la caja del ropero mi padre entro a la habitación, estaba borracho fue uno días antes de que vinieran por los mellizos,  me arrebato la silla bajo mis pies de una patada, caí de bruces al suelo, por suerte alcance a poner mi manos para no golpear mi rostro, pero no pude levantarme, me pateo en el suelo, hasta que se cansó,- reí irónicamente- mis hematomas dibujaban infinitas galaxias por mi abdomen y espalda, de no ser por JHope, yo creo que esa noche me mataba, él decía que yo era quien más se parecía a mi madre, quizás por eso descargo su rabia y quizás hasta su pena en mí.- Nam al  fin me miro a la cara una luz oscura parecía salir de sus ojos, volvió a tragar saliva y nuevamente esquivo mi mirada- 

-Jin, después de tanto tiempo, ¿no la has revisado?, ¿No tienes curiosidad? - la verdad, no lo había hecho, me daba miedo, debía reconocerlo, pero solo negué con mi cabeza-

-Oye cara bonita, ¿puedo pedirte un favor? - lo mire extrañado, pero afirme secando mis lagrimas-, cuando tengas la valentía de abrir esa caja, puedo estar contigo, me gustaría acompañarte en eso, ¿crees que puedas permitirme hacer eso? -, no entendía por qué me lo pedía, pero extendí mi mano y el me respondió-.

-Es un trato, cuando lo haga tu estarás junto a mí-.

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Mientras tomaba la mano de Jin, recordaba lo sucedido en la pastelería de la Abuela Jik, la última vez que las vimos, como volver a escuchar su nombre y descubriendo que los hijos que tanto deseaba ver eran estos cuatro chicos que prácticamente habían sido abandonados, no sabía cómo hablar sobre esto con Jin y sus hermanos, como decirles que ella trato de protegernos y por eso ella nunca volvió.

-Estas muy callado ahora que sucede, ¿Te espantaste con nuestra historia? - me dijo Jin con un tono melancólico e irónico- esto debe ser una historia muy triste para ti, pero tranquilo estos pobres chicos no necesitan que nadie sienta lastima por ellos- ¿acaso estaba poniendo una barrera para que no sintiéramos lastima por ellos?, ¿acaso iba a alejarnos solo porque está suponiendo algo?, eso no lo permitiré, cara bonita, si de historias tristes se trata la nuestra gana el oro- Nam si lo deseas mis hermanos dejaran de buscar al tuyo, entiendo  que tus padres, después de este día nos consideren un peligro- su risa fue tristemente irónica, tome su mano, el me miro sorprendido-.

-Jin, después de hoy lo que me preocupa es que ustedes no quieran volver a vernos, por mis padres... - dudé un poco, pero lo dije- no deberías preocuparte... no tenemos- Jin me miro sorprendido- por tu cara puedo ver que no lo esperabas, Jin tú tienes la suerte que has podido mantener a tus hermanos a pesar de todo a tu lado, yo solo he podido seguir con Jungkook, de mis otros hermanos...-lo pensé bien no le diría que creía que habían muerto- no sé nada... ustedes pueden vivir en esta casa con mucho olor y sentido de hogar, nosotros vivimos en un hogar donde por suerte podemos  compartir el mismo cuarto... - no pude seguir hablando trababa de pasar saliva por mi garganta, pero las lágrimas eran inevitables, Jin y Yo nos quedamos acompañándonos en silencio hasta que escuchamos gritos desde adentro, un fuerte portazo, estábamos levantándonos para entrar cuando Tae salió por la puerta agitado y preocupado-.

-Chicos, algo paso con Jimin y Jungkook... Jimin se encerró en baño, y Jungkook salió corriendo de la casa iba llorando Nam, apresúrate y alcánzalo- Mire Jin -

-Bueno al parecer tuvieron su primera discusión de enamorados- Jin solo me dio una mínima mueca de sonrisa-

-Nam tienes mi número, llámame cuando hables con tu hermano, creo debe estar herido, de seguro Jimin descargo sus frustraciones con él, suele ser hiriente cuando eso pasa- Jin entro y subió las escaleras rápidamente-

Salí corriendo de la casa tratando de alcanzar a mi hermano, debíamos llegar juntos a la casa hogar si Joseok lo veía con el parche en la cabeza y los golpes en la cara no tendríamos una buena noche-.

Amor En Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora