Sin alma. (Cap.51)

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POV Jimin...

Caminábamos juntos por el parque como cada día después de la escuela, bailaríamos un rato en la plazoleta, lo habíamos acordado, el reía junto a mí de alguna locura, su sonrisa, hacia su bello rostro resplandecer, las hermosas arrugas por su risa alrededor de sus negros ojos lo hacían lucir tan guapo, tomo mi rostro entre sus manos, me dio un pequeño y suave beso.

Él se sentó frente a mí al llegar a la plazoleta, como cada día desde que nos hicimos novios, nunca me dejo, nunca soltó mi mano... tenía tantos recuerdos en mi cabeza, me atormentaba su bella sonrisa, esa misma que fue el último gesto en su rostro antes... antes de...

--Ahora debemos caminar Jimin, debemos seguir la procesión, hermano vamos-- hablo Tae a mi oído, afirmé y seguí tras ellos.

Prometí a mis hermanos, estar presente en las ceremonias finales, prometí estar... mi cuerpo funcionaba en automático, caminaba, comía, respiraba, respondía en monosílabos, porque eso era lo que todos me pedían, no porque yo quisiera.

Al llegar al lugar dónde Jungkook descansaría, veía personas desconocidas pasar por mi lado, unos nos daban la mano, respondía, otros nos veían con tristeza, los veía, otros nos daban palabras de aliento, las agradecía, pero nada de eso podía importarme.

Veía a los hermanos y al padre de Kook, lloraban de vez en cuando, no distinguía sus rostros, solo miraba, solo observaba, sentía caer las lágrimas de mis ojos, no había control en mí, me había negado a ver o siquiera a acercarme al ataúd de Jungkook, no había cruzado el umbral del lugar donde se exhibía esa cosa para que quienes eran cercanos a la familia le rindieran respeto.

Mi pecho dolía, de pensar en el momento en que esa cosa bajaría hacia la tierra, y no pudiera verlo más, no quería estar en eso, Jungkook no podía estar en esa caja, él estaba esperándome en otro lugar yo lo sabía, lo sentía en mi corazón.

Mi mundo se detuvo y mi corazón se saltó 4 latidos, cuando él señor Brambilla, no pudo continuar con su discurso de despedida... Vincent abrazo a su padre, sus hermanos se acercaron también nos llevaron con ellos más cerca del maldito ataúd, entonces dio el permiso para que bajaran a Jungkook al oscuro lugar, mis piernas no resistieron, se doblaron, caía sobre ellas, mi cabeza sabía que él estaba ahí, lo estaba despidiendo, pero no podía decir una palabra, ni gritos, salían de mi boca, ver bajar esa caja era despedirme de Jungkook para siempre, era morir con él... no lo soportaba, no lo creía, no era posible que esa sería la última vez... mis piernas se movieron impulsivamente, llegue al cajón sin opositores ante mí, abrí el ala de la caja aún a mi alcance, se frenó su descenso, debía verlo, verlo por última vez, debía estar seguro que era él...

Jung...Kook... Jung...Kook... ¿eres tú? ...ví su rostro puse mis manos temblorosas en el frio vidrio que lo cubría, vi las marcas de los golpes que Joseok le había dado en el rostro, sus marcadas ojeras un poco oscuras bajo los ojos, el pequeño corte en su labio inferior, y la miserable marca de la bala que había cruzado su cabeza...  era su rostro, sus labios, su nariz, sus largas pestañas, de... ¿de verdad eres tú mi amor?, era todo lo que tenía en mi cabeza, era todo lo que podía hacer, mi voz simplemente se había ido, sentí las manos de Jin en mis hombros, tratando de sacarme de ahí, no podía, no podía alejarme, aún sentía el calor del cuerpo de Jungkook cuando cayó sobre mí, no podía dejarlo ir... entonces escuché la voz del señor Brambilla, quien sostuvo mi mano.

--Jimin, hijo es hora, por favor es el momento... Jimin... dejémoslo ir, eso que quedo ahí es solo su cuerpo, -- eso hizo un clic en mi cabeza, me giré a mirarlo, él fijo sus ojos en los míos, note las lágrimas caer mientras hablaba,-- hay tanto que quiero saber de él, y tú...tú muchacho eres él único que puede contarme, tú lo conociste mejor que nadie, en el tiempo que estuvieron juntos mi hijo te entrego su alma y su corazón, -- puso su mano en mi pecho-- él vive en ti ahora, tú tienes su alma, su corazón, sus sueños, todo te lo dejo a ti, y tú los guardaste, eres su guardián,  es por eso que quiero pedirte por favor los compartas conmigo cuando estes listo y  puedas hablar, yo te estaré esperando... así que hijo, dejemos que ese cuerpo vacío se vaya, ahora dediquémonos a  cuidar del corazón y del alma de mi hijo que están contigo, que te pertenecen.

Amor En Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora