Jimin y Jungkook, ambos de 16 años se verán enfrentados al odio y los celos de un psicópata que desea a Jungkook.
Dos familias ligadas de distintas formas a la mafia. Los Brambilla Kimjeon una familia ítalo-coreana, poderosos, manejan los hilos del...
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Estaba muy tranquilo, sentado a la orilla de la ventana pensando en Jimin, recordando todo de lo que pude retener en mi mente sobre él, pero también recordando las palabras del matón, ¿de verdad me verán como un bicho raro?, estaba en eso cuando mi hermano entro a la habitación-.
- ¿qué estás haciendo en la ventana hermano?, vamos baja de ahí- me pidió mi hermano-.
- Nam, por favor, respóndeme ¿somos unos Bichos raros?... ¿Yo soy un bicho raro? -.
- ¿Por qué dices eso? - me preguntó mi hermano riendo-
- Hoy unos chicos en la escuela me abordaron y dijeron esas cosas... como que era rarito algo así como enfermo, ¿de verdad soy así? - me daba pena esto había estado feliz por mi cercanía con Jimin, pero a la vez me daba pena pensar en que el también pensara que soy un rarito, más pena me daba si pensaba eso después de haberlo atrapado entre mis brazos como lo hice-.
- Hermano ni tú, ni yo somos raros, ni mucho menos enfermos, simplemente nuestra vida es diferente, lo sabes tenemos que protegernos ocultarnos por una razón, aún nos buscan, estamos en un momento de pasividad, pero no sabemos cuánto va a durar, lo entiendes, ¿no?
- Lo sé, es solo que...- dudaba de contarle a mi hermano-.
- Es solo que, vamos a ir al comedor, y cenaremos a gusto como todos los días, luego si quieres podemos hablar un poco más ¿vale? - así que durante la cena lo pensé en lo que haría tenía que confiar en alguien para esto y esa persona era mi hermano, así que al regresar de la cena lo enfrente-.
- Hermano, necesito contarte algo que me estaba pasando, necesito nuestro minuto de confianza- le dije mirando al piso, me avergonzaba decirle a mi hermano lo que me estaba pasando, y la ventaja del minuto de confianza era la más indicada, la única regla "sin reproches", debía contarle lo que me paso desde el primer momento que vi a mi hermoso bailarín entendí lo que me pasaba, pero era algo mío no sabía cómo él lo tomaría, éramos parte de un clan de machos o algo así era lo que entendía-
-Vamos pequeño, ¿qué pasa? puedes decirme lo que quieras, sabes que estoy siempre para ti-. me dijo mi hermano para entrar en confianza-.
- Hermano, yo... - dude, pero respire profundo y lo dije- a mí, me gusta un chico de la escuela- cerré los ojos esperando, un golpe un grito, algo furioso de parte de mi hermano, pero eso no llego, abrí los ojos, él estaba parado frente a mí, con las manos en la cintura y con una risa que dejaba ver sus hoyuelos-.
- Hey, hey ¿qué te ocurre, por qué cerraste los ojos así? - dijo mi hermano-.
- ¿estaba esperando un golpe o un grito? -. le dije respondí mirando el suelo-
- ¿De verdad, esperabas algo así?, ¿sabes de lo que estás hablando? ¿estás seguro? - me contra pregunto mi hermano levantando mi rostro para mirarme a los ojos-
