Capítulo 6: ¿Escuela?

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Sunny estaba solo, acostado en el sillón mientras su madre seguía en el trabajo aún desgastando su sanidad mental y estresandose más seguramente. Sí, no sabía cuál era su trabajo, pero debía de ser uno muy exigente y tardado si la mantenía ocupada todas las horas del día. A veces, Sunny respetaba a su madre en eso, él no podría hacer eso ni aunque le pagaran... haber, fué una reflexión tonta porque si trabajas es para una paga; sin embargo, Sunny no había pensado bien en lo que dijo, solo pensó y lo soltó sin más. Así era la vida, a fin de cuentas, soltar y seguir, como un tira y afloja.

Conocer a Rowan estuvo bastante bien y era entretenido hablar con él. Si bien se parecía a Basil y eso le hacía una confusión existencial y mental, de carácter era como comprar una Coca-Cola pero que su interior fuese el de una Pepsi. Por fuera se ve a el mismo producto que has probado miles de veces lo cuál te provoca una diabetes total por todo el cuerpo debido a todos los azúcares que consumes, pero el sabor era algo completamente diferente. "No juzgues un libro por su portada", pensó

... Excepto One Piece, que se joda One Piece.

Sunny siempre se preguntó personalmente que sería en la vida antes de ser un asesino de hermanas. Si pintor, músico, dibujante..., bueno, eso ahora no iba al caso, el tema es que no sabe que hacer con su vida. Siempre fué un pensamiento en el cuál tuvo en cuenta toda su vida antes de hacerse un "Hikikomori" y crear un mundo imaginario dónde era un niño de 12 años aún con su grupo de amigos y Mari. La razón de crecer le aterraba y era una excusa para quedarse atrapado en aquellos tiempos dónde todo brillaba aún más, cuando ella no se había ido y él no cometió una estupidez atroz como el matar a su maldita hermana... Irónico, ¿no?

El pestillo de la puerta de casa se giró para el lado izquierdo de la casa y el rectángulo de madera pulido y encerado se deslizó para adentro, dejando a el individuo ingresar a la pequeña vivienda como lo era una habitación pequeña de un hotel. Sunny asomó su pequeña cabeza desarreglada por la cabeza del sofá, dejando ver a su madre, con una expresión de suficiencia, como si hubiese logrado un logro más importante como lo hubiese sido, no sé, conseguir la paz mundial y hacer que Rusia no esté en el borde de una guerra constantemente.

- Estoy en casa -. Anunció con notable emoción desplegada en su habla y voz.

- Enterado -. Continuó el pequeño y único hijo Suzuki.

- Veo que hiciste la compra, grácias hijo -. Agradeció, mientras dejaba el bolso y portafolios en la mesa de la sala de estar, para luego, sentarse junto a Sunny. - Usualmente no tardo tanto, quise hacer algo antes de venir que, por suerte, pudieron aprobar -.

- ¿Y qué es? -. Cuestionó, impacientando su curiosidad infinita, como si se tratase de un felino.

- Pues verás, Sunny, ¿quieres volver a la escuela? -. Soltó, sin importar la situación tan poco convincente y creada tan artificialmente, como si alguien se hubiese quedado sin ideas.

...

Sunny se quedó estático, mientras "Algo" parecía sonreír con el ojo, cerrandolo en una curvatura de... bah, detalles matemáticos que no vienen a cuenta, solo sonrió con el ojo. Parecería tierno, pero es un trauma de su hermana muerta, así que no lo era. Sunny miró a su madre con una mueca inentendible en su totalidad, sintiéndose decepcionado, curioso, inseguro y sorprendido.

Estaba decepcionado porque, bueno, era molesto tener que abandonar sus actividades y rutinas diarias de ir a la cama, comer, dormir y repetir ciclo para despertarse a la mañana e irse a una escuela secundaria a la cuál está atrasado en todo.

¿Perdón? - OmoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora