Capítulo 29: Una vieja quemadura

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Aunque fuera sorprendente, Sunny no tardó más de una semana en despertar completamente de su estado casi comatoso y vegetal. Un gran color blanco invadió de gran manera su iris, obligando al tuerto en cerrar su único ojo disponible y con el que veía en ese momento. ¿Era el cielo acaso?, todo tenía una tonalidad tan blanquecina rondando a la angelical, sintiendo que quizás, y solo quizás estaba en el cielo. No merecía estar allí, él mató a su queridísima hermana y, si bien entendió la gravedad de los hechos al final y asumió gran parte de la culpa, no era suficiente para que Dios lo perdonara y llevara al cielo de una forma tan poco digna.

Parpadeó un poco y notó que no se encontraba muerto, para su grata y divertida desgracia. Notó las máquinas pero no escuchaba mucho a su alrededor los pitidos, solo lo escuchaba como si algo o interfiriera en su canal auditivo. Algo así cuando te entra agua estando en una piscina y no sale por semanas. Era una sensación horrible no escuchar de manera ni decente a tu alrededor ni mucho menos.

Se sentó con dificultad en la cama, para notar las vendas que tenía por todo su cuerpo. Esto le recordaba al inicio de su montaña rusa personal que llamaba vida. Solo, en un cuarto de un hospital probablemente, herido y confundido. No perdió alguna parte importante de su cuerpo, o al menos eso podía apreciar mirando todo su vendado cuerpo.

- ¿Qué... ocurrió? -. Preguntó a nadie en específico, mientras una voz iluminaba su consciencia.

- ¿No lo recuerda, Soñador? -. Preguntó el desaparecido Omori. Bastante tiempo hacía que no aparecía en tanto tiempo. - Tuvo..., bueno, una cierta riña con alguien -.

- ¿Con alguien...? -. Su cabeza dió un ligero dolor, mientras trataba de recordar qué ocurrió realmente.

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Recordaba poco de ese día en específico antes de que los fuegos artificiales inundaran el cielo con sus coloridos colores.
Tantos colores hermosos, llenos de vida en un lienzo totalmente negro azabache hacia preciosa la noche en ese momento.

No recordaba la razón, pero estaba en el suelo, tirado y sin fuerza para poder reponerse.
Sentía que tenía peso en su pecho, pero no veía a nadie.

Luego algo lo golpeó una, y otra, y otra, y otra, y otra...
Su mirada se tiñó de rojo.

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- A-Agh... -. Se tomó la cabeza con dolor. El único hecho de que intentara recordar la situación antes de que llegase allí al hospital le daba una especie de dolor de cabeza. - Omori, ¿qué ocurrió? -.

- No puedo decirle que ocurrió si no puede recordarlo primero, Soñador. No me creería si se lo dijera -. Respondió el ente anteriormente malvado.

¿Perdón? - OmoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora