Capítulo 42: Pequeña reunión

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~ Este mini arco es para desarrollar mejor ciertas relaciones entre personajes y aliviar un poco del tono deprimente que tenía esta. Va a ser más algo de comedia esta parte hasta que se vuelva a la trama central ~.
~ Además, es necesario para desarrollar el SunBurn. Falta esencia romántica ~.

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Sunny sintió un peso recargado sobre su hombro. Ese hecho, y también el sol candente impactando directamente en el auto y calentando totalmente su interior, no era para nada bueno o cómodo. Abrió los ojos, descubriendo a cierta chica con el cabello rosa chicle, descansando tan tranquilamente y sin molestias en su hombro. Su corazón dió un vuelco y sintio sus orejas arder.

Se veía tan relajada…

… No quería despertarla, pero hacia mucho calor. Habían prioridades para ambos.

Con suavidad movió a Aubrey levemente, mientras la misma sólo se acurrucaba y aferraba más hacia él. Sunny ya no sabía cómo sentirse al respecto. Tener a una chica durmiendo contigo, en un auto, acurrucados el uno con el otro y que hiciera tanto calor… ¡Además, tenían una jodida manta, sábana o lo que fuera que sea lo que los tenía a ambos cubiertos!

Auby… —. Se tapó levemente la boca. ¿En serio la llamó por un apodo tan cursi y ridículo? Madura, Sunny. Se tragó su vergüenza y la movió levemente, esperando que abriera los ojos.

Funcionó. Al poco rato, la delincuente se despertó. Sus ojos se mantenían cerrados, aunque los abrió de repente al sentir como el auto de Hero era un maldito horno. ¡¿No pudo mover el auto o estacionarlo en un lugar donde hubiera sombra?!

— ¿Estamos en un sauna? —. Fue la única pregunta que hizo Aubrey.

— Cerca, pero no —. Sunny le sonrió con burla. Aubrey chasqueó la lengua, con cierta gracia. — … ¿Puedes dejar de abrazarme? Hace calor y quiero poder abrir la puerta —.

Aubrey lo miró a los ojos, con cierta incógnita. Luego entendió. No era buena idea estar prácticamente abrazándolo sin posibilidad de ser soltado. Su rostro hormigueó, mientras sentía que se moría de la vergüenza. Rápidamente lo dejó abrazar, y Sunny movió su cuerpo. Pudo jurar que su cuello estaba contracturado.

— Ngh, bien, veamos… —. Aunque sus manos sudaron un poco por el ambiente, pudo abrir la puerta. Aubrey pensó que estaban cerradas a la noche, pero aparentemente no. Tampoco quería comprobarlo por cuenta propia; tenía sueño. Rápidamente salió y el sol se puso peor que antes. — Odio ese maldito sol —. Irónico que alguien llamado "Sunny" esté maldiciendo al sol.

Detrás de él, Aubrey se bajó y sintió también lo mismo. El sol los observaba, inexpresiva, mandando su luz solar con la mayor fuerza que ellos hubieran visto y vívido en sus tontas y posiblemente amargadas vidas.

— … Entremos a la casa de Hero ahora. Quiero dejarle un diente caído por no despertarnos —. Aubrey hizo crujir sus nudillos.

— Usualmente no apoyo la violencia. Pero aquí está justificada. Que se joda —. Sunny apoyó moralmente.

Los dos tórtolos llegaron debajo del porche, sintiendo la sombra que se mantenía también con cierto grado de calor en el ambiente. Sin esperar más, Aubrey dejó presionado el timbre, haciendo que hubiera un sonido molesto, estridente y probablemente, el peor invento de la humanidad para cierto sectores que les hacían bromas.

¿Perdón? - OmoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora