Capítulo 28: No hay perdón

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Era un nuevo día, y Sunny terminaba de redactar el último trabajo que le quedaba pendiente de la materia tan asquerosa que estaba dando. Odiaba la historia, debido a su poca capacidad de almacenamiento y su poca retención de atención a las clases del aburrido del profesor que enseñaba dichosa materia. Abby y Rowan eran un caso igual al cien por cien, a nadie le gustaba casi recordar en qué año ocurrió tal suceso que no iba a recordar dentro de cuatro años y, que tampoco, le iba a servir lo que iba a estudiar a futuro. Era muy bueno hablando y escuchando, así que ser un Psicólogo era una buena idea a la larga.

Abby no sabía que iba a ser cuando terminaran su estadía en la escuela, siendo lo más cercano, que termine siendo alguna trabajadora de comida rápida o dentista. La primera se oía mejor que la segunda, según su opinión.

¿Y Rowan? Bueno, era simple, aún no sabía que iba a hacer o con qué se iba a abastecer a la hora de conseguir el dinero. Le gustaban los deportes y videojuegos, pero vamos, nadie va a aceptar a un tipo que juega videojuegos como un trabajo real. ¿Soñado? Sí, pero no era reconocido como un trabajo. ¿Jugar al Béisbol? Aburrido. ¿Fútbol Americano? Igual. ¿Football? Pagaban bien, pero no era lo suyo. Era una decisión complicada, ya que iba a ser fundamental para el futuro de cualquiera.

Si bien había entregado el último trabajo de esa semana, eso no quería decir que aprobase la materia o algo parecido. Todavía quedaban algunos meses para terminar de evaluar y sacar una nota acorde al desempeño individual de cada estudiante.

Por simple lógica y para sorpresa de nadie, Sunny era el más inteligente y aplicado de su grupo, Abby era la segunda y Rowan, sin sorpresa, fue el tercero en ello. Era una lista fácil de hacer sabiendo como era el trío de estudiantes.

- ¿Cómo te fue, pirata? -. Preguntó Abby, sin esperar algún fracaso de Sunny.

- Bien, bruja, ya lo terminé y entregué. A la próxima me ayudan -.

- No gracias, tú querías hacerlo sólo -. Rowan se defendió.

- Error, ustedes me obligaron al haber perdido una apuesta estúpida y sin sentido. Perdí mí libertad una semana y doscientos dólares -. Comentó Sunny, apenado por la pérdida de su capital monetario.

- No es mí culpa que hayas dicho a ese tipo que no podía lamerse el codo -. Abby contraatacó, mientras Rowan asentía estando de acuerdo con ella.

- Hey, lamer el codo a otra persona va contra las reglas. Tiene que ser tu propio codo -. Respondió indignado el tuerto.

- Sí claro, eres mal perdedor, el paso a ser mejor persona es admitirlo -. Abby sonrió ampliamente.

Antes de que Sunny pudiera protestar ante lo dicho por la menor, el timbre sonó indicando la hora del receso. Sunny suspiró, mientras que sacaba su almuerzo y se iba a la azotea, seguido de Rowan y Abby.

- ¿No traen su almuerzo? -. Preguntó con cierta molestia el chico.

- No, la mía se la comió Abby -. Comentó Rowan, a la vez que se rascaba una parte del cuello levemente.

¿Perdón? - OmoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora