Capítulo 7: Reintegrando

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La escuela era una cárcel. Sí, no era un buen lugar en el cuál Sunny quisiera asistir todos los días, pero sería mejor hacerlo para conseguir una oportunidad de trabajo, agarrar ese pedazo de madera conocido coloquialmente como "Pala", encajar en la sociedad y aportar. Trabajar era algo complicado y Sunny lo sabía perfectamente, pero ir a la escuela lo era de igual manera un reto para alguien como él; sus notas nunca fueron la gran cosa, solo puro 7 o 6 raspado a punto de desaprobar la materia. Aún recordaba como incluso Kel le sacó un punto en las calificaciones finales y se burló de él por toda una semana, hasta que tuvo que ganarle en ese juego, eh, ¿Petrocks...? Bueno, el nombre no era importante por ahora. En resumidas cuentas, Sunny pensaba que las escuelas eran una especie de cárcel donde habían cometido el mayor crímen de la humanidad: aprender y crecer. La mayoría de profesores odiaban serlo, entonces ¿por qué decidieron ser profesores en primer lugar? La situación económica en Estados Unidos no es tan mala, ni que fuese Venezuela o Argentina como para tener mala economía.

Sunny abrió la puerta principal de su casa, mientras los rayos del sol se filtraba por la ventana dando por iniciado un nuevo día. Desde que contó la verdad y Kel lo sacó de su casa en Farawaytown, tuvo la necesidad de salir más seguido por alguna razón, es como si un impulso de emoción se hubiese apoderado de él o una cosa así. Culpa de Kel, quizás.

Al salir de su casa, se dirigió directamente a el piso donde vivía Rowan. Se llevaba bastante bien con él y quería conocerlo más a profundidad porque, eh, bueno, era su vecino y amigo nuevo, quizás esa era la razón..., también era probable que el guión así lo ameritase, pero no era nadie para juzgar las exigencias raras de Dios o quien quisiese que estuviera escribiendo su trayecto en la vida.

- "333" -. Mencionó Sunny en voz baja, mientras miraba la puerta, llamando a Sunny entre inexistente reitero para que tocase el timbre. Sin rechistar lo más mínimo, se alzó con la punta de sus zapatos logrando alcanzar un poco más de altura y tocar el dispositivo.

En el interior del departamento no se escuchaba nada más que sonidos de Crash Bandicoot de fondo por algún extraño motivo. Bueno, fanático de Crash no insulta a fanático de Crash porque les gustaba la misma cosa, así que podía entender el buen gusto de su colega, o de su hermana la ladrona que golpea más fuerte que padre borracho en víspera de navidad. Fuera lo que fuera, Sunny estaba más que desesperado conque Rowan abriese la puerta, quería contarle sobre lo que le dijo su madre sobre reintegrarse a la escuela y/o la sociedad. Sí, eso último sonará raro, pero así funciona la sociedad para Sunny y para un grupo de personas que usan Twitter o Tumblr todo el día y todos los días.

Unas pisadas se iban oyendo y, luego de unos agónicos 20 segundos esperando afuera, el rectángulo de madera se abrió, dejando ver un poco del interior. Pudo divisar a Rowan, quién lo saludó moviendo su mano con una leve e inquebrantable sonrisa. Cerró la puerta, para prepararse o eso suponía Sunny. A unos segundos más de espera, Rowan salió de su apartamento y se reunió con Sunny.

- SunnyBoy, ¿cómo te encuentras? -. Un apodo bastante raro y anticuado si le preguntabas a cualquier persona. Es más, pareciera como si fuese su hermano mayor cuando medían casi lo mismo..., claro, quitando el hecho de que Rowan le sacaba unos 4 centímetros.

- ¿SunnyBoy? Ese apodo es como se usaban en la era de los 80 o 70, ¿quien te piensas que eres, la Reina Isabel? -. Preguntó, totalmente confuso con la forma en que su compañero lo había llamado segundos atrás.

¿Perdón? - OmoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora