¿Perdón? - Omori

Capítulo 43: Kelsey

~ Este capítulo es más un punto de vista de la vida y el sentirse menos por parte del ser amado universalmente: Kel ~.
~ En el próximo sigue la comedia involuntaria ~.

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Kel sintió como su cuerpo se sentía empapado por su propio sudor. El balón se le escapó de los dedos ante tal liquidez que habían entre sus dedos. Sus extremidades parecían una resbaladilla por como el balón de le escapaba de las manos. Llamenlo loco, pero no podía no hacer sus ejercicios diarios, ni aunque Hero se lo impidiera.

Aunque tenía mucho calor, eso era cierto. Mataría por tomar algún refresco. Iría a su casa, pero recordó que estaba Aubrey probablemente allí. Frunció el ceño bastante en conflicto. Era su amiga al igual que todo el grupo, sí, pero ella lo había menospreciado tanto desde que Mari murió...

Será tonto, despistado, asqueroso en el sentido higiénico, raro, pero siempre ha sido alguien de buen corazón y que velaba por siempre hacer lo que le pareciera correcto al final del día. Si bien era cuestión de perspectivas, si en sus libros estaba correcto ayudar en alguna injusticia, lo haría sin dudarlo.

Claro, teniendo en cuenta que no tuvieran algún arma. En ese caso, que Dios se apiade de esa pequeña alma.

Con fuerza y presión tomó el balón entre sus manos. Pudo sentir la textura rozar con las yemas de sus dedos. Se posicionó para lanzar el esférico y el mismo se escapó de entre sus manos. El mismo giraba a cámara lenta a la vista de Kel.

... Y empezó a recordar cosas.

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Kelsey nació en unos suburbios de su país natal junto a Hero bastante malo, lleno de robo y delincuencia. Se crío en un entorno ciertamente peligroso junto a su hermano Henry, pero mientras se tuvieran el uno al otro iban a estar bien con eso.

Además, tener raíces mexicanas no siempre le era una buena razón para poder ser amigos. La gente tenía bastante xenofobia por ese entonces. No tenía nada más de Mexicano que el apellido y poco más.

A pesar de eso, se las arreglaba para poder llevar bien su vida, y ahí fue cuando descubrió su amor hacia el baloncesto. Lanzar el balón y embocarla en una aro le hacía sentir tal satisfacción... El Básquetbol era su manera de relajarse en todo sentido, aunque a veces la usaba para ser una especie de burbuja en la cuál encerrarse.

"¡Míralo, tan enano y cree que puede ser basquetbolista!". Una niña muy mayor se burló.

"¿Un mexicano cree poder ser un negro digno? Ja, no". Un compañero de clase lo subestimó.

"¡¿Acaso eres idiota?! ¡¿Cómo pudieron haberte aceptado en esta escuela?!". Una profesora lo había denigrado.

"¡Eres tan idiota, no sirves para nada!". Lo rebajaron cada que tenían la oportunidad.

Sin embargo, y a pesar de los malos comentarios que escuchaba, Hero siempre lo hacía sentirse mejor y empezó a demostrar lo contrario. ¡Era alguien el cual valía la pena!