Capítulo 50: SunBurn ( 2/2)

67 11 11
                                    

.

.

.

El corazón es la parte más fundamental de cuerpo, eso lo sabemos todos. Podemos sentir como el corazón bombea la sangre, o incluso se pone a latir por situaciones en las que nos sentimos nerviosos, presionados o en una situación ciertamente similar. Sin embargo, cuando nos enamoramos... Simplemente late. Principalmente ocurre cuando el cerebro pide al corazón que libere sustancias tales como la adrenalina o noreprinefina, lo que puede causar la temblorina provocando que sintamos los pálpitos de nuestro corazón casi saliendo del pecho.

Científicos dirías que las relaciones y enamoramientos son solamente "cosas químicas".

Pero Aubrey no lo creía. Una cosa es lo que digan, y otra cosa es sentirlo en primera persona.

No sólo su corazón palpitaba rápidamente. Se sentía enamorada de Sunny desde hace un tiempo atrás.

Eso no era algo "químico". Los verdaderos sentimientos son puramente nuestros.

Puramente suyos...

.

.

.

Su corazón dió un vuelco ante las palabras que Sunny dejó salir en ese momento de pura presión y nerviosismo. Ahora el chico, hecho un manojo de nervios constantes y con una tonalidad rojiza en su rostro, evitó todo contacto visual con Aubrey. La mencionada se quedó mirando hacia abajo, ojeando sus zapatos rosados.

¿Sunny... sentía lo mismo que ella por él?

Bueno, sí, duh, ¡acababa de confesarse de manera accidental!

Sus ojos vagaron por el cuerpo de Sunny, tratando de encontrar su rostro que ahora estaba siendo oculto tras una almohada, probablemente ocultando y ahogando su vergüenza por igual.

Entendía que Sunny no quería que ella lo viera. A fin de cuentas, habían partes de su personalidad que seguían vigentes a pesar de los años que pasaron. Su vergüenza era una notable que perduraba hasta el día de hoy.

Ella tampoco estaba mucho mejor que él. Su corazón por poco y no salía disparada de su pecho cual bala. Latía fuertemente, sintiendo cada latido en su pecho. También tembló ligeramente ante la sola idea de que le gustaba a Sunny. Ciertamente no sabía desde hace cuando, aunque ahora que lo pensaba bien... QUIZÁS cuando tenían doce años él era un poco, eh, ¿cómo decirlo? Un tanto obvio al verlo en retrospectiva.

Aunque ella también lo era.

Su rostro estaba ardiendo casi como una estufa. Si alguien la viera se preocuparía, ya que parecía una esfera navideña en su máximo esplendor.

- ¿Q-Qué? -. Preguntó la chica, sonando ciertamente curiosa. Sunny se encogió más con la almohada en su cara, tapando su enrojecimiento excesivo.

- ... N-Nada -. Las mejillas aumentaron su tamaño, dando un leve puchero aún con un sonrojo totalmente notable.

- ¡E-Eso no es "nada"! -. Se cruzó de brazos, mientras le daba un ligero pellizco en su camisa.

¿Perdón? - OmoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora