Capítulo 33: Pronta recuperación

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Apesar de el tiempo aproximado que el doctor le había diagnosticado a Sunny, siendo un total de tres semanas, sorpresivamente se recuperaba mejor de lo esperado. Era la segunda semana, y recién empezaba a sentirse más como era él antes. Seguía necesitando de la ayuda de Aubrey y la enfermera, claro, pero si seguía a ese ritmo no necesitaría mucha ayuda para caminar o usar la silla de ruedas.

- Estás teniendo una buena recuperación por lo que ha estado revisando el doctor, Sunny -. Dijo Aubrey con una ligera sonrisa. Ambos iban por los pasillos, siendo que Sunny estaba sentado aún en aquella silla de ruedas y la chica lo llevaba por los blanquecinos pasillos.

- Sí, ya quiero irme de este lugar -. Comentó Sunny con una ligera sonrisa. - A todo esto, ¿tengo que pagarlo o no? -. Preguntó con un tono ciertamente divertido.

- Sí, duh, no es grátis. Bueno, técnicamente no lo es. Ellos te dan una especie de préstamo para cubrir todo pero luego tienes que devolverles el dinero que gastaron por ti de tu propia billetera. Creo que era algo así, pero no estoy del todo segura -. Se encogió de hombros la chica, mientras lo llevaba con tranquilidad hacia su cuarto.

- Ya veo. Es bueno saber eso -. Sunny sonrió de manera ligera, disfrutando del pequeño paseo que tenían por el hospital.

Parecían una especie de pareja bastante unida. Aubrey y Sunny sonreían de manera leve y se reían con las tonterías que los dos se decían. Quizás no lo sabían, pero era muy probable que esta pequeña relación de "cuidadora" y "paciente" trascendiera, aunque sea, un poco más.

Los dos sabían casi todo uno del otro, entendían sus problemas y reacciones, quizás, desmedidas, y sabían que temas tocar y con que hablar en cada momento. Una buena amistad que empezaba a avivarse, luego de años de inactividad.

Era como si se pudiera formar algo con las cenizas que dejó una fogata.

- Aún recuerdo que nunca he preguntado esto pero, ¿por qué tanta insistencia en querer cuidarme?, quiero decir, entiendo la razón que quieres ayudarme a mejorarme y todo..., ¿pero qué pasó con los Hooligans, tu casa, tu conejito y lo demás?, ¿extrañas Farawaytown? -. Preguntó Sunny. Desde hace un tiempo que esa pregunta rondaba por su mente, pero jamás tuvo el valor para hacer dicha pregunta. Principalmente, porque aún estaban recuperando la confianza de a pocos.

Aubrey simplemente miró al frente, entendiendo la pregunta. Entendía la razón de aquella misma, pero no podía no responder a cierta incógnita. Principalmente, porque Sunny era su compañero más que nada actualmente.

- Me gusta ayudar a gente -. Sunny giró su cabeza con una sonrisa divertida y levantó una ceja. Aubrey le dió un ligero golpe en la cabeza. - Irónico, pero es verdad, me gusta ayudar con todo lo que pueda ser posible -.

- ¿Con un bat de béisbol con clavos en él? -. Preguntó con cierta duda. Aubrey sólo se rió ligeramente.

- Cállate, tuerto. Mira Bun-Bun, por ejemplo, ese conejo apareció un día en mí patio con la patita rota por algún accidente tonto seguramente. Así que, lo agarré y lo llevé a mí casa. No me importaba la opinión de esa tipa borracha porque su opinión cuenta menos que la normal, así que lo llevé y lo cuidé hasta que estuviera mejor. Pero él no me quería dejar para nada porque era, bueno, bastante buena con él. Salía afuera un par de veces, pero le gustaba quedarse dentro de casa. Desde ese momento me sentía bien conmigo misma. Ayudar a alguien y sentir que lo que hiciste valió de algo..., no sé, me llenó de una necesidad de ayudar a la gente, animal, a quién fuera realmente -.

¿Perdón? - OmoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora