— ¿Cuáles portales? —preguntó Thelma.
— Es mejor que nos apuremos con el plan —dijo Dante, interrumpiendo la respuesta que Simón estaba listo para dar.
— Ah, claro —contestó con el pequeño listo para partir.
— Mira Thelma, venimos hasta aquí para poder hablar con tu hermana y como no está debemos irnos ya.
— Pero aún no me dicen cómo llegaron aquí.
— Y seguirá siendo un secreto —Dante le hizo señal a los chicos y se dirigieron a las escaleras.
Los chicos comenzaron a bajar las escaleras, tratando de ver cada detalle de una casa del otro mundo para poder comentarles a sus conocidos de Condere, sin olvidar que habían hablado con dos humanos del otro mundo y no murieron en el intento.
— ¡Esperen! —exclamó Thelma.
— Fue un gusto conocerla señorita Thelma —Simón hizo una pequeña reverencia para despedirse de la chica.
— ¡Les diré dónde está Siena si me dicen cómo llegaron a este mundo!
En el momento en que los cuatro escucharon eso se detuvieron y voltearon a ver a Thelma, Dante caminó de manera apresurada hacia ella, la tomó por los hombros consiguiendo elevar el cuerpo de la chica un par de centímetros del suelo y siguió caminando, arrastrando el cuerpo de la pequeña con él, hasta que la espalda de la mujer chocó con una pared. Dante junto su frente contra ella, provocando que diera un ligero brinco de susto ante la actitud del chico y al fin pudieron detenerse a observar los ojos del otro, en particular Thelma notó que todos los dibujos que hasta la fecha había hecho sobre él no podrían compararse con su rostro, por un segundo pensó que era guapo, sobre todo por sus ojos claros, eran entre un color gris y azul, algo que nunca había visto, pero descartó de inmediato la idea.
— Dijiste que no habías visto a Siena —habló Dante con un tono serio.
— Da-Dante, porque no nos calmamos y tomamos asiento en estas sillas con cojines —dijo Simón tratando de calmar a su amigo.
— No me voy a sentar. Y aún no me respondes, humana.
— Me llamó Thelma y dije parte de la verdad, no se han ganado mi confianza como para que les de ese tipo de información.
— ¿Qué dijiste?
— Lo escuchaste.
— Es mejor que empieces a hablar enana.
— ¿Enana?
— Lo escuchaste.
— Les dije que sí me decían cómo llegaron aquí les diría dónde está mi hermana. Esa es mi oferta.
Simón dijo que era momento de una reunión, pero Dante no se pensaba separarse de la chica, aún la tenía contra la pared, ambos con una mirada asesina, los demás pensaron que en cualquier momento empezaría la pelea. Los 3 sabían que Dante era el mejor del reino peleando, nunca había perdido una batalla cuerpo a cuerpo, pero al ver a Thelma golpeando al guardián supieron que era la primera persona y chica que había derrotado al chico con un simple golpe, así que pensaron que la pelea sería digna de observar.
— Bueno, ya que aquí mi amigo no piensa venir a la reunión, hemos decidido aceptar tu propuesta, señorita Thelma —respondió Simón.
— No —dijo Dante mirando a su compañero.
— Parece que el líder ya habló gigantón.
— Simón no podemos contarle —al fin se separó de la "humana" y ahora iba con Simón.
ESTÁS LEYENDO
El portal que nos unió
FantasyElla siempre vivió tras la sombra de su hermana, por más que se esforzara siempre era ignorada u olvidada y por eso la odiaba, pero eso cambió con la llegada de un par de chicos que no eran de su mundo. Eran de un mundo que conocía por relatos de su...