Odiar juntos

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En otra cueva escondida en la profundidad de la tierra, Alex y Thelma escucharon con atención las indicaciones de Dante comenzando a caminar hacia el lugar de donde provenía el ruido del agua, con la esperanza de encontrar a todos sus amigos.

La chica caminaba un poco asustada por sus amigos, preocupada de que su camino no fuera fácil y tuvieran que enfrentarse a algo malo como un animal salvaje, en especial pensaba en Simón ya que al ser el más pequeño del grupo y no tener ninguna experiencia fuera de los libros dificulta su supervivencia.

Un sin fin de pensamientos intrusivos se apoderaron de la mente de la chica, pensó que era mejor conversar con Alex para así calmar su ansiedad, al girar su rostro hacia la derecha no vio a su amigo, giró hacia el otro lado y nada, hasta que dio una vuelta y vio a Alex detrás de ella, alerta como el guardián que era.

— Alex.

— ¿Si?

— ¿Por qué caminas detrás de mí?

— Es por tu seguridad.

— No hay nadie aquí.

— Eso no quiere decir que no sea peligroso.

— Necesito conversar con alguien antes de que quiera pierda la cabeza pensando en los demás.

El chico miró a la pelinegra y supo por la expresión del rostro que hablaba en serio.

— Lo haré cuando estemos más cerca de una salida, hasta entonces seguiré detrás de ti y podemos conversar.

— Bien, si quieres jugar.

— ¿Jugar?

Alex no pudo seguir la conversación pues solo pudo ver cómo el cuerpo de la chica salía corriendo frente a ella y escuchaba como Thelma le decía que no la podía alcanzar, su instinto fue salir corriendo detrás de ella de inmediato. Tras unos pocos segundos Alex logró estar a la misma distancia que Thelma, ella lo miró y comenzó a reírse, lo que hizo que ambos se detuvieran.

— ¿Qué pretendías?

— Quería que caminaras a mi lado y lo logré, aunque termine con el corazón en la garganta.

— ¿Cuál es tu insistencia en que camine a tu lado?

— Eres mi amigo y los amigos caminan juntos.

— ¿Somos amigos?

— Claro que lo somos, pensé que ya era obvio. Digo, llevamos un montón de días juntos, hemos comido, dormido y hasta peleado juntos, no hago eso con cualquier persona.

— Es la primera vez que tengo una amiga.

— ¿No tenías amigos antes?

— No, solo era mi familia y ni siquiera con mis hermanos me llevaba bien.

— No eres el único, yo tampoco tenía amigos en mi mundo, bueno, solo tenía uno.

— ¿Tenías?

— Sí, pero ya no lo es.

— ¿Por qué?

— En pocas palabras se acostó con mi hermana por varios meses y nunca me dijo nada, hasta que un día los encontré a los dos juntos.

— Lo siento.

— Está bien, tal vez fue mi culpa. Desde que llegué aquí y comenzamos la misión, todas esas horas caminando en el bosque me han permitido pensar en tantas cosas y en especial de Elliot, él era mi único amigo, mi mejor amigo. Siempre me sentí segura con él y siempre escuchaba mis quejas sobre Siena, él sabía que la odiaba, pensé que pensaba lo mismo que yo, pero nunca me detuve a pensar que él la miraba de otra forma y debió dolerle mucho cuando se enteró que para ella era simple diversión. Yo no estuve para él como él lo estaba para mi.

El portal que nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora