— Necesito que traigas al tipo a la sala principal.
Dante solo pudo mirar por un segundo a su mejor amigo antes de que abandonara la habitación, no sabía con certeza el plan del príncipe, solo sabía que tenía que seguir todas sus órdenes y confiaba plenamente en sus decisiones, de ahí que llevaran tantos años juntos.
El mayor tomó del cuello de su camisa al hombre que seguía inconsciente, calculó el peso aproximado del hombre y comenzó a arrastrarlo por el suelo, siguiendo los pasos de Emmanuel, llegando hasta la habitación principal. Una mirada por parte del castaño le dio a entender que tenía que llevar al hombre al centro de la sala, la cual estaba repleta por todos los hombres que desde un inicio de la noche yacían dentro de sus cuatro paredes.
Todos ellos quedaron impactados al ver al hombre lleno de golpes e inconsciente, los murmullos se apoderaron de la sala, siendo la perfecta señal para que el príncipe hablara.
— Buenas noches a todos ustedes, —dijo Emmanuel mientras se coloca encima de una mesa— como podrán ver, aquel hombre, por no decir una palabra que describa a la perfección lo que es, fue detenido a tiempo de abusar de una mujer, para ser más específico de una chica de 21 años que no tiene nada que ver con las funciones que este lugar otorga, de ahí que se haya tenido que usar la fuerza bruta para detenerlo. Ahora, tengo que admitir que la razón por la que estoy aquí no es nada relacionada con lo que ustedes vinieron en esta noche, pero parece que era necesario que alguien externo a esto viniera y notara las deplorables condiciones en las que las chicas se encuentran.
— Emmanuel —susurró Dante, esperando saber sobre su plan.
— Las mujeres tienen la libertad de elegir la labor o la tarea a la que se quieran dedicar, yo no estoy en contra de ello, pero algo que no puedo tolerar o pasar por alto son los malos tratos que los hombres les dan a estas damiselas. Es imposible que sigan trabajando bajo estas condiciones, por lo que exijo una reunión con el encargado de este lugar.
— ¡Es él! —exclamó un hombre entre la multitud, señalando al hombre que se encontraba detrás de la barra.
— Así que desde el principio conocimos al encargado del lugar —dijo Emmanuel dirigiendo sus pasos hacía él.
— ¡Todos váyanse ahora! —gritó Dante provocando miedo entre todos.
— Yo no hice nada —dijo el encargado temeroso.
— No creo eso, ahora necesito hablar con usted —la voz seria del joven Lederman provocó que el hombre no replicara ante la petición y dirigió a los dos chicos hacia una habitación que era una oficina.
Del otro lado de la casa, en una habitación se encontraban Simón y Eleanor, cuidando la puerta mientras que Alexander iba en busca de las cosas de todos los miembros del grupo.
— Pude notar por la manera en la que todos reaccionan que Thelma es importante para todos.
— No voy a negar eso, a pesar de que llevamos poco tiempo de conocernos.
— ¿No son familia?
— No.
— ¿Y tampoco es la esposa de alguno?
— Ja, no, nada de eso.
— ¿Y por qué la cuidan tanto?
— No lo sé, pero todos a este punto del camino haríamos cualquier cosa por ella y ya fuiste testigo de ello.
— Bien, ya tengo su mochila —dijo Alexander agitado.
— Perfecto —Simón tomó la mochila y tocó la puerta llamando a Thelma.
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El portal que nos unió
FantasyElla siempre vivió tras la sombra de su hermana, por más que se esforzara siempre era ignorada u olvidada y por eso la odiaba, pero eso cambió con la llegada de un par de chicos que no eran de su mundo. Eran de un mundo que conocía por relatos de su...