— ¡Maude!
— Nunca voy a aceptar eso.
— ¡Maude regresa ahora mismo!
— No, nunca voy a comprometerme con él.
— Si no lo haces condenas a toda tu familia.
Transcurría el año 788 en Condere, Maude, una chica que provenía de una familia humilde de un pequeño pueblo cerca de la montaña Teide, llamado Sintra, se encontraba corriendo despavorida por las calles de aquel pueblo, siendo perseguida por su madre. Hasta unos minutos antes se le había comentado que estaba a punto de comprometerse con un chico de la familia más rica del pueblo, un chico que no conocía.
— Es imposible que me hayan hecho esto, ni siquiera tengo 18 años para comprometerme, —la chica que ahora se encontraba en el bosque hablando sola— pero claro, mi familia me detesta y tengo que hacer lo que ellos digan.
— ¿Y por qué no huyes? —una voz desconocida retumbó en la soledad del bosque, asustando a Maude.
— ¿Quién está ahí?
La chica de hermoso cabello rizado se agachó y tomó entre sus manos una pequeña vara, la sostuvo con fuerza, lista para defenderse.
— Una simple vara no me va a matar —la voz ahora se escucha con más claridad y provenía de un chico.
— No, pero puedo lastimarte y mucho.
— ¿Por qué estás tan segura?
— Tengo 4 hermanos hombres, sé defenderme.
— Vaya, tienes entonces todo mi respeto —de repente, frente a ella un chico alto con el cabello rubio se presentó.
— ¿Quién eres?
— No soy nadie. ¿Y tú?
— Igual.
— No creo eso, creo que eres una chica muy molesta.
— ¿Perdona?
— Llegaste gritando en medio del bosque, eso es bastante extraño.
— ¿Y qué haces tú en medio del bosque?
— Me relajo, me encanta que aquí lo único que logras escuchar es el movimiento de las hojas de los árboles con el viento.
— Eso suena raro.
— Entonces, ambos somos raros —el chico desde que apareció fue dando pequeños pasos hacía Maude, sin que ella se diera cuenta ya se encontraba a escasos centímetros de ella.
— ¿Cómo te llamas?
— Odel. Un gusto —extendió la mano.
— Soy Maude —ella aceptó el saludo.
— Hermoso nombre para una chica igual de hermosa como el amanecer.
— Supongo —dijo ella sonrojándose ante el comentario.
— ¿Y puedo saber sobre aquel chico con el que te vas a comprometer?
— No me voy a comprometer, pero mi familia al parecer ya arregló todo.
— ¿Y lo conoces?
— No, solo sé que es un niño rico.
— Tal vez sea yo.
— ¿Eres miembro de la familia Persal?
— No, pero no tendría problema alguno en comprometerme contigo.
El chico habló y miró detenidamente a Maure, ella se sorprendió ante sus palabras, pero de igual manera lo hizo ya que el chico había tomado su mano.
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El portal que nos unió
FantasyElla siempre vivió tras la sombra de su hermana, por más que se esforzara siempre era ignorada u olvidada y por eso la odiaba, pero eso cambió con la llegada de un par de chicos que no eran de su mundo. Eran de un mundo que conocía por relatos de su...