Los Fonseca

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Hace 120 años, Condere sin saberlo fue testigo del inicio de una familia que se volvería memorable por la crueldad de sus actos sin sentir alguna gota de arrepentimiento.

En una pequeña choza de ramas, hojas y lodo vivía una pequeña familia integrada por ambos padres y una menor, los tres eran felices a pesar de no contar con lo esencial para vivir. Su hogar estaba localizado en lo más alto de las montañas por lo que no tenían ningún pueblo cercano para abastecerse de lo básico, únicamente sobrevivía de lo que ellos cosechan y lograban construir, pero los padres no querían que su pequeña atravesará los mismos problemas que ellos vivieron por lo que tomaron la decisión de tomar sus cosas y empezar de cero en algún reino.

Al primer pueblo al que llegaron se vieron bien recibidos por la gente, por lo que no tardaron en conseguir una pequeña casa, el esposo consiguió empleo cuidando animales, mientras que la esposa se quedaba en casa cuidando de su hija. Los buenos momentos duraron solo 2 años, ya que tras un accidente en el que un compañero del señor murió, su patrón no encontró la razón por la que murió aquel hombre, la gente le exigía respuestas por lo que culpó al señor de eso.

El pueblo se volvió contra la familia y tuvieron que salir de allí, pero lo que no sabían era que las personas más influyentes de ese lugar le comunicaron a los pueblos de ese reino que no permitieran la entrada a la familia. Deambularon por el bosque semanas sin ningún alimento, hasta que llegaron al territorio de otro reino, la gente no sabía la razón por la que habían sido corridos de aquel lugar por lo que iniciaron de cero, sin embargo, su estadía en aquella aldea no duró más de 6 semanas puesto que la hija del matrimonio comenzó a desarrollar algunas manchas y ampollas en su cuerpo que eran visibles para todos.

En ese momento a cualquier señal de enfermedad las personas eran vetadas del poblado, solo los que podían pagar tenían la oportunidad de asistir con el médico de poblado, la familia no podía pagar ni una pieza de pan, por lo que se vieron en la necesidad de volver a buscar un nuevo lugar para vivir.

Sabían que en los demás pueblos de ese reino no los aceptarían, por lo que eligieron ir al último reino de Condere. Su sorpresa fue que aquel reino se encontraba en una crisis de salud horrible, al llegar vieron decenas de cuerpos amontonados esperando ser cremados, debido a eso los guardianes del reino tenían prohibido dejar entrar a personas que no vivieran en ese reino.

La familia pasó días rogando a los guardias que los dejaran entrar, pero al ver que no cambiarían de idea, los tres volvieron al bosque, una decisión que se volvería el final de una historia.

Tras una semana en el bosque, la menor comenzó a presentar signos de la enfermedad que habían visto en el último reino, pasaba horas llorando y con una temperatura corporal muy elevada, además de que pasaba horas vomitando. El tiempo no fue justo con ellos, pues la esposa fue contagiada por su hija.

El señor al ver como su única familia perdía contra la vida tomó lo poco que tenía en su poder y partió al reino más cercano en busca de algún remedio que le sirviera a su esposa e hija. En aquel reino las cosas seguían igual.

A su llegada logró escabullirse entre los guardias, estaba dispuesto hacer lo que fuera con tal de que su familia siguiera con vida. La gente del pueblo se comenzaba a reunir en el centro de la plaza, al parecer el rey diría unas palabras para su gente.

— Pueblo de Lederman, estamos pasando por tiempos difíciles. Ninguno de nosotros se esperaba que una enfermedad terminará con decenas de nosotros, pero justo ahora debemos unirnos, ser fuertes y esperar a que las personas que saben del tema logren encontrar un remedio útil. Por el momento les brindaremos algunas hierbas que ayudarán a que las personas afectadas vuelvan a su temperatura normal.

Esas palabras le dieron al señor un momento de esperanza. Se formó y esperó por más de 2 horas para que le dieran una de las hierbas que curaría a su familia. En cuanto las tuvo en sus manos corrió lo más que su cuerpo desnutrido pudo, pero lo que sus ojos vieron fue el fin.

Debajo de un árbol yacía su esposa abrazando a su hija, ambas habían dejado de respirar horas atrás.

El señor de inmediato pensó en la manera más sencilla en la que podrían estar con su familia, sin embargo, su deseo de pasar a la otra vida se vio interrumpida al ver como su hija sostenía la mano de su madre, esa imagen se convirtió en el motivante del señor para seguir con vida.

Debía seguir con vida para vengar la muerte de su familia. Los culpables habían sido los tres reinos y su gente, sino hubiera sido por ellos su familia estaría vida, disfrutando de la compañía del otro.

La ira se apoderó de aquel hombre y sabía a la perfección qué debía hacer.

3 después de eso, el señor una vez que se estableció en un pequeño pueblo de Lederman se volvió a casar con una chica, de ese matrimonio 8 niños llegaron al mundo. Esos niños nunca fueron criados en un pueblo como los demás, el señor se encargó de criar a su descendencia en las montañas, alejados de la gente que la habían arrebatado su vida.

Desde que los niños comenzaban a hablar, el padre les contaba cómo la gente de los reinos era mala y los odiaba por ser quién eran, de ahí que al volverse jóvenes cada integrante de la familia iba al pueblo y lograba lavarle el cerebro a un chico, una chica o un par de señores que al ver que el reino no hacía nada por ellos se volvían parte de la familia.

Así pasaron muchos años, hasta que el apellido Fonseca dejó de ser un simple apellido y se volvió una nueva monarquía en Condere, un poder que muchos temían o idolatraban, un poder con decenas de seguidores dispuestos a seguir las órdenes de la familia original.

Todos los seguidores esperaban el momento en el que los tres reinos caerían y suplicarían por su vida.

Tras 30 años, al fin los Fonseca se establecieron como un gran pueblo libre del yugo de cualquier familia real. Pero su idea no era simplemente crecer, sino que tenían planes para acabar con los reinos, por lo que por el resto de los años se veían en constantes peleas por territorios y pueblos. Al principio los Fonseca perdieron decenas de peleas, pero el tiempo los hizo más fuertes y con más ira y las batallas perdidas por los reinos iban en aumento.

Sabían que no podrían seguir peleando contra los reinos y ya, por lo que al enterarse de los portales vieron una oportunidad perfecta, conocían los Acuerdos Daria, pero sabían que nunca lograrían que alguien del otro mundo terminara casada con algún miembro de su familia real, por lo que pasaron muchos años ideando un plan.

Fue hasta que la llegada de una niña del otro mundo les abrió los ojos. Era simple, esperar a que la niña se volviera una joven en edad de matrimonio, escogerían a un hijo directo de la familia Fonseca y haría que la chica terminara enamorada de él y así podrían cruzar. Los últimos descendientes directos desde que cumplieron 5 años comenzaron un entrenamiento arduo para llegar e infiltrarse en la realeza, esperando que aquella chica se fijara en alguno de ellos.

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