Mi historia

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El rostro furioso de Ivo aterró por unos instantes a los hombres de la familia Fonseca, al igual que verlo levitar en el aire. Lo siguiente que vieron era como enormes ramas provenientes de los árboles más cercanos a ellos se extendían como brazos y los atrapaban.

En cuestión de segundos la mitad de los hombres de Martin están inconscientes, esa fue la señal para que el equipo peleará, Dante con un golpe en el estómago derribó al chico que lo detenía y se fue directo hacia Martin, mientras que Alex se encargaba del hombre de apuntaba su espada contra Simón. Por su parte, Emmanuel era consciente de que era el momento de luchar cuerpo a cuerpo con su atacante.

Los siguientes minutos se volvieron una completa locura para la tranquilidad a la que estaba acostumbrada el bosque. Thelma se encontraba en la espalda de un hombre mientras sus dedos trataban de dejar varias marcas en el rostro de aquel tipo.

— Al fin tendré la oportunidad de matar a mi hermano —Martin miraba detenidamente a su hermano menor.

— No tendrás esa satisfacción.

Alex fue el primero en dar un paso contra su hermano, dos puñetazos fueron lanzados hacia el mayor de los Fonseca, el cual dio como respuesta un fuerte golpe en las costillas de Alexander, él no soportó estar más tiempo de pie provocando que cayera de rodillas, lo que le dio la oportunidad de derribar el cuerpo de su hermano mayor al suelo junto con él. Ahora los dos peleaban tirados en el suelo, lanzados patadas al aire, ambos estaban cansados y el dolor de los golpes se hacía cada vez más fuerte con el paso de la pelea.

El hermano menor trataba de ponerse de pie de nuevo, dándole la espalda a su hermano por un segundo, el cual él aprovechó para tomar empuñar una espada solitaria en la tierra.

— ¡Alexander!

Aquella arma cruzó la piel del vientre de Alex. La sonrisa perversa de Martin deslumbró el lugar hasta que Dante lo derribó con todo y espada. Thelma corrió de inmediato hacía su amigo, al acercarse colocó sus manos en la herida tratando de detener el sangrado, la herida no era muy grande pero era necesario que viera a un doctor y sería imposible encontrar un doctor en pleno bosque de Condere.

Como pudo, la chica arrancó un largo pedazo de su vestido y puso esa tela en la herida para disminuir el sangrado.

— ¿Cómo está? —preguntó agitado Emmanuel.

— Estoy bien —pronunció Alex.

— Claro que no estás bien, estás sangrando.

— Tienen que irse, estoy seguro que más hombres vendrán —insistió Emmanuel.

— Pero yo...

— Thelma, escúchame, vete con Ivo y llévense a Alex, en tu mundo encontrar la manera de salvarlo —el príncipe miraba directamente a los ojos de la chica.

— No voy a dejar este mundo —Alex trataba de ponerse de pie, pero el dolor de la herida era más fuerte.

— Alex, prometí mantenerte con vida y eso es lo que haré.

Emmanuel llamó a Ivo que hasta el momento ya se había encargado de la mitad de hombres que aún seguían de pie y le explicó el plan. Tomó entre sus brazos a Alex listo para avanzar junto con Thelma.

— ¡Regresa aquí! —Martin logró ver como la chica se comenzaba a alejar.

— ¿A dónde vas? —un golpe en la espalda por parte de Dante detuvo al mayor de los Fonseca.

— ¿Te crees tan bueno? —el chico se recuperó del golpe que lo había dejado por un segundo de rodillas.

— Lo soy.

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