— ¿Todavía tiene más información sobre los portales? —preguntó Simón conmocionado con lo que escuchaba.
— Sí, pero les digo que no la recuerdo.
— Mire, le diremos la verdad de nuestra visita. —Emmanuel se levantó del suelo y se colocó frente al señor Crawford— Mi nombre es Emmanuel Lederman.
— ¿Eres el hijo del rey Lederman? —preguntó el señor sin separar su mirada del príncipe.
— Es correcto. La razón por la que estamos interesados en la información que describe en sus libros es porque queremos encontrar el verdadero origen de los portales para darle fin a todos ellos y evitar una posible guerra interminable con los Fonseca.
El hombre mayor no podía esconder su rostro de sorpresa al escuchar lo que el mismísimo príncipe de Lederman le contaba, hasta hace unos minutos se encontraba en su aposento descansando mientras pensaba en que es lo iba a cenar en la noche y ahora se encuentra siendo parte de una misión por parte de la realiza.
— Perdón por mi expresión, es que solo no puedo creer que esto me esté pasando —dijo el señor al levantarse y comenzar a caminar de un lado al otro de la habitación.
— Pues hágase la idea porque necesitamos que nos diga el lugar exacto del hogar de esa señora —añadió el líder.
— Me encantaría, pero les digo que no lo recuerdo, tal vez si me apoyo de un mapa podría comenzar a recordar.
— ¡Tengo muchos mapas! —exclamó Simón.
— Perfecto, Simón, ayudarás al señor Crawford a marcar una posible zona en donde se encuentre el hogar de aquella señora, delimita lo más que puedas la zona —explicó el príncipe.
— Por supuesto. Señor, si me permite entrar a una habitación en donde pueda poner todos los mapas —el menor miró al señor esperando tener una mesa para trabajar.
— Ah, claro, en el cuarto de al lado, en el comedor. Y antes de que nos pongamos a trabajar, quiero agradecerles por interesarse en mi trabajo, después de esa caída pensé que moriría solo y sin que nadie reconociera todo mi trabajo, pero ustedes cambiaron esa idea por completo, por los que les pido que esta noche descansen en mi hogar.
— Señor, nos encantaría descansar aquí, ya que si no lo hubiera pedido nosotros se lo hubieras rogado ya que no tenían un lugar para descansar que no fuera el bosque —dijo Emmanuel.
— Nada que agradecer, el único inconveniente que veo es que sólo tengo una habitación disponible.
— Con un cuarto es más que suficiente —dijo Thelma emocionada.
Después de que el señor Crawford les mostró la habitación, el hombre bajó al comedor dispuesto a encontrar la ubicación exacta del hogar de la señora con la que había vivido dos meses. Por su parte, el equipo se dedicó a escombrar el lugar ya que se encontraba repleto de basura.
— Bien, empecemos a limpiar este cuarto —dijo Thelma mirando a los tres chicos.
— Será emocionante —dijo el príncipe.
— ¿Por qué? —preguntó ella.
— Será la primera vez que duerma con alguien aparte de Dante
— ¿Así que han pasado muchas noches juntos? —dijo Thelma sonando un poco curiosa de tema.
— Necesito más información sobre eso —añadió Alexander.
— Sí, hemos pasado tantas cosas juntos —expresó el príncipe mirando con ojos juguetones a su mejor amigo.
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El portal que nos unió
FantasyElla siempre vivió tras la sombra de su hermana, por más que se esforzara siempre era ignorada u olvidada y por eso la odiaba, pero eso cambió con la llegada de un par de chicos que no eran de su mundo. Eran de un mundo que conocía por relatos de su...