Primera noche fuera

6 1 0
                                    

— Hijo, por favor, cuídate mucho.

— Lo haré madre y espero que mi padre mejore pronto.

— Sabes que él también quisiera que las cosas se solucionaran de otra manera.

— Pues sus palabras me indican otra cosa.

— Dante —la reina se acercó a ambos guardianes.

— No tiene que decir nada mi señora, protegeré con mi vida a su hijo.

— Te lo agradezco y espero que el joven Alexander haga lo mismo por la señorita Thelma.

— Lo haré mi señora —respondió Alexander.

— ¿Y a mí quién me cuida? —dijo Simón.

— Es momento de partir —dijo Emmanuel.

— Mi reina, le agradezco por su amabilidad en estos pocos días —la chico hizo una última reverencia.

— Espero que logren resolver la situación y puedas volver a tu hogar, pero ante todo, estoy agradecida por conocerte y que conozcan nuestro mundo.

— Lo mismo digo.

Y con esas palabras el equipo salió en busca del origen de los portales, recibiendo el apoyo por parte de todo el personal del castillo, siendo despedidos por múltiples comentarios de esperanza.

— Tu hijo acaba de salir.

— Bien —respondió el rey indiferente.

— Esperaba que lo despidieras.

— Me siento mal.

— Ambos sabemos que no es así, solo que no querías ver como nuestro hijo salía al mundo.

— ¿No entiendo cómo puede ser tan terco?

— Es un Lederman. Salió igual que su padre.

— Yo no soy así.

— Entonces cómo defines que el rey, a pesar de estar mal herido, no quiere ceder el reino a su hijo, aunque no sabe cuánto tiempo le queda.

— No soy tan viejo.

— No, pero esa herida hace que tu estado de salud empeore día con día.

— Solo quiero lo mejor para él.

— Pues he de admitir que me sorprendió un poco el que lo dejarás ir.

— Necesito que se de cuenta de lo difícil que es ser rey.

— Él lo sabe, le has dado un gran ejemplo con tu manera de gobernar.

— Solo espero que comprenda el funcionamiento del mundo y regrese pronto.

El equipo llevaba tan solo 5 kilómetros fuera del pueblo de Lederman, cuando Emmanuel, Simón y Thelma pararon al quedar encantados por los paisajes del lugar.

Lederman se ubica en la cima de una colina, por lo que al alejarse de las casas y quedar completamente solos con el bosque, al fin pudieron apreciar todo Condere, las múltiples montañas que gobernaban todo el lugar.

— Niños, no nos podemos detener por cualquier árbol bonito que vemos —dijo Dante.

— Pero, Dante, tienes que ver estos hermosos paisajes —dijo Emmanuel.

— Necesito dibujarlos.

— ¡No! Tenemos un plan. Simón.

— Claro jefe. Primero llegaremos a Teruel, pueblo perteneciente a Lederman, en donde investigaremos un poco sobre los portales, a pesar de haber leído todos los libros existentes dentro del castillo, en cada pueblo o región siempre existirá información adicional.

El portal que nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora