Eternidad es Épica

𓇊Capítulo 7𓇊

Liam

El paisaje del lucero nocturno me cautiva durante el viaje de regreso a la academia, es un trayecto corto entre portales y lo será aún más cuando las rutas que el rey ya ordeno empezar a planear sean creadas.

Los Malow están más tranquilos con la decisión, yo también lo estoy un poco más... Aunque los nervios son algo inevitable, en menos de diez horas estaré en mi primera clase oficial y no es que no sepa lo que es estar en clase, pero las clases mínimas de preparación que se nos dio en el pueblo no se comparan a las de una academia real.

El cúmulo de alumnos regresando antes de que las rejas de seguridad cierren me causa gracia, si dan las diez se quedarán fuera de la academia. Según Reider una cosa es poder salir en cualquier momento, otra es regresar fuera de horarios. Los ascensores a las habitaciones está al tope y yo incapaz de compartir el aire impaciente con los demás, me acomodo en la recepción del ala a esperar que la congestión pase.

La noción del tiempo es nula disfrutando el videojuego del dispositivo, y no me percato de la soledad hasta que veo una cabellera rubia revuelta entrar en la sala silenciosa.

—Buenas noches, princesa —la saludo entrar al ascensor antes que alcance a cerrar la puerta.

—Mi nombre es Alice, —aclara sin mirarme.

La detallo y se ve cansada, el cabello está enmarañado por completo como si hubiera estado pasando muchas veces sus manos por él.

No me sorprende teniendo en cuenta que es la misma manía que su padre y tío.

Cosas de familia.

Su mano izquierda está vendada y con muestra de sangre, la sostienen contra su peño como muestra de que le duele. Su cabeza se recuesta en la pared del ascensor y respira pesadamente.

—¿Estás bien? —pregunto sin poder evitarlo.

—Perfectamente, ¿no lo parece?

Omito el repertorio que se crea en mi mente ante su grosería, respiro antes de hablarle de nuevo.

—Puedo pedirte algo, nada más es si quieres hacerlo... no es obligación o algo, únicamente un favor, digo... si tú haces favores —hablo mirándola.

El que sus ojos rojos queden fijos en mí me causa escalofrío arrepintiéndome de todo.

—Sé que es tu responsabilidad y de tu equipo ayudarnos a ubicarnos, pero me gustaría que nos ayudaras más. Quiero rendir bien, pero hay mucha historia que no conozco; se nos indicó que podíamos estudiar en las bibliotecas todo lo que no veremos en clases para así avanzar aún más, solo que ya sabes es mucho y estaría mejor si alguien nos ayuda, y más si alguien es la futura reina. —alago, buscando su favor.

—Hablaré con las chicas, lo más seguro es que acepten, nos vemos en la tarde de mañana para organizarnos mejor ¿Te parece? —concluye tranquila.

—Perfecto —sonrío agradeciendo.

La advertencia de que hemos llegado a mi piso hace que me acerque a la puerta.

—Alice, ¿Dónde estarás? —cuestiono antes de salir.

Según las chicas sus habitaciones están en el área más segura, no nos permitirán subir allí.

—Búscame —sentencia antes de cerrar la puerta con magia y darme una media sonrisa.

¿De verdad? Tiene que estar jodiendo.

Respiro repetidas veces buscando calmarme, en serio es muy odiosa.