Eternidad es Épica

𓇊Capítulo 9𓇊

Liam

—¡Vamos Jeremy muévete! No llegaremos para el inicio del festival.

Se pasó todo el día leyendo y justo ahora le da por arreglarse obligándonos a llegar tarde. Deseo ir al festival rápido, estudie mucho para poder disfrutarlo y no sentirme fuera de lugar, no pretendo perder toda la trasnochada, Alice me enseño mucho de la cultura de la música y quiero demostrar que preste atención.

—Ya sé que estás ansioso por ver a Alice, pero tienes que esperar al lento de tu primo —anuncia Brandon riendo mientras juego en el dispositivo.

Ver a Alice, por supuesto.

¡No soy lento! —grita en defensa Jeremy

—Si lo eres tonto.

Tras una larguísima Jeremy se digna salir y caminamos directos a la feria, el auditorio de la academia está al tope. El escenario está listo, en las primeras filas están presentes las familias reales de Trimagic. Mientras que nosotros tenemos mejor vista desde atrás.

—Mira allí está Camile —señala Brandon a nuestra más reciente amiga y compañera de clase, que no le ha costado nada incluirse con nosotros.

—¡Ey! ¿Cómo están? ¿Por qué tardaron tanto? —habla señalando los asientos.

—Jeremy es un lento —respondo acusándolo con la mirada.

—Les presento a mi hermana Amelia —señala a una chica de cabello negro trenzado, con los ojos muy grises y la piel sonrojada.

La joven nos da la mano tímida, no se parecen mucho, pero no soy quién para juzgar. Las dos son hijas de la profesora Evelyn, la maestra de exploración mágica.

No he recibido mensajes de Alice, tomo la iniciativa y escribo para preguntar dónde está, pero ni siquiera le entran los mensajes.

Tal vez sea mejor que no venga.

Mientras las bandas se presentan antes de empezar, mi alma curiosa me hace recorrer con la mirada todo el auditorio, ubico a las chicas en las filas principales, y para mi desgracia ninguna cabellera rubia resulta ser la de Alice.

Vuelvo a detallar las primeras filas, todas las familias proyectan esa imagen de poder que cree uno solo son de película, juro que estoy observando a mi padre, enfoco la mirada y no encuentro más diferencias que los rasgos de la edad.

—¿Buscas a alguien entre la multitud? —interrumpe Camile.

—No, ese chico de allá se me parece mucho a alguien —señalo los asientos principales —el chico de cabello azulado y mandíbula marcada. —le especifico.

—¿A quién? Es el príncipe de Daimont el único heredero al trono.

Me hace gracia escuchar que es un príncipe y más compararlo con mi padre que no tenían nada que ver hablando de títulos.

—¿Qué es lo gracioso?

—Se me pareció a mi padre, no sé, físicamente —digo aun mirando a aquel príncipe de porte aburrido.

—Enséñame una foto de tu padre, no es posible que haya parecidos físicos con esa familia.

Calla, puede que nuestro linaje tenga hilos con la suya.

—No entiendo —opino extendiendo la pantalla del dispositivo buscando fotos de mi padre. —Mira, ¿a qué es guapo? —pregunto con una media sonrisa que se borra en cuanto Camile jala mi mano para acercar la pantalla a su rostro.

—Pero ¿Qué rayos te pasa? No es para tanto.

—¿Qué no es para tanto? ¿Acaso no estás viendo? No son parecidos, son idénticos —acusa con voz aún más dramática.