𓇊Capítulo 40𓇊

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Alice

El color naranja y el color negro o vendría a ser el color fuego y la ausencia de color, la combinación perfecta, incluso en lo simple de un uniforme de dos las piezas. La cintura se me realza preciosamente.

—Desconcentrarás a todos los chicos —exclama Alexa sin controlable entusiasmo, es un aire de frescura para mí. —Aunque por su bien espero no miren de más, papá puede enojarse.

—¿Tú crees? —la miro con juicio y ella se ríe.

—Estoy segura de eso, menos mal diste por terminada esa relación con el rey Liam, y aún más me alegra que tus gustos hayan evolucionado.

¿Qué rayos?

—¿Cómo sabes de mi relación con Liam?

—La red, es sencillo encontrar cosas sobre ti.

—¿estuviste espiando mi vida? —me cruzo de brazos, indignada.

—Solo un poco, ¿Qué? —su expresión de inocencia es increíble —tengo derecho a saber de la vida de la mujer de mi padre.

—Ya lo hablamos, Alexa. —reitero mi amenaza —y para tu mala información no he cerrado mi ciclo con Liam, es más complicado de lo que parece en redes.

—¿Pero? —se encapricha indignada —¡Te mandé a Dream a eso! —exclama y empiezo a negar.

No me lo creo.

Mientras que Alexa tuvo una intensión, poco sutil, yo solo quería reunirme con mis amigas, el dolor de Alexandra por la traición de mi madre fue un cambio de perspectiva, un poco terminé justificando.

Me sentí bien sabiendo que las puedo tener de vuelta en mi vida, en parte nuestra reconciliación solo se trataba de mi perdón, cuando Liam me descubrió quería sentir la emoción de que me conociese. Anhelaba que su contacto me despertase todo lo que en el pasado encendiéndome algo que me hiciera decir "voy a perdonarlo".

No paso...

Entonces quise echarme atrás del proyecto como líder para evitar la rabia que me provocaría su cercanía.

—Cuando seas más mayor, ¿puedo estar en tu corte? Mi cabello negro lucirá mucho junto al tuyo rubio —murmura Alexa después de enmarcar todas las razones por las que obviamente terminaré con su padre.

—Primero crece, ya luego decides —digo simple.

Segurísima estoy que si le doy esperanzas no hay que se las quite luego.

—Ni que lo digas —me apoya Valentia.

—Prometo que, aunque seas mi madrastra, yo te trataré como la reina que eres —sigue hablando estupideces.

—Ya te advertí sobre eso —le recuerdo que debe dejar de creerse el cuentecillo de que le gusto a su padre, es como la cuarta vez en la última hora y me cancere yo primero de decírselo.

—Es que no puedo dejarte fantasear con la idea —se excusa y empieza a balbucear sus ensoñaciones de nuevo.

—Ya debo irme —me cruzo la chaqueta a juego del uniforme y la despeino al salir.

—Corre, ya no la soporto —ruega Valentia y me rio, pocas personas la sacan de quicio. —Ella es la primera en mi lista, claro que sí —me responde negando cansada.

Es divertido.

Me jala antes de que pueda escapar y me besa al cachete, despidiéndose de mí con el sobrenombre de "madri".

Deberías empezar debería empezar a tener miedo sobre la obsesión de ella, por lo menos de esta dramática familia ya puedo estar tranquila con Alec en el internado.

Eternidad es ÉpicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora