Narrador omnisciente
Un desierto, obvio ¿De tormenta? Bueno es... Diferente y no porque sus vientos sean tan fuertes que levanten torbellinos de arena o tormentas de lo mismo. El desierto tormenta es un lugar donde los rayos son monstruos.
El grupo de seis se apresura a entrar en el desierto, con la sola intensión de no perder la estrella llameante, y cuando no puedan verla, dejarán de saber en qué dirección avanzar, además de ser la señal de un ataque.
—La primera nube se está formando, preparen sus armas —avisa Alice deteniendo a todos y preparando sus dagas.
Las secuelas mentales de la prueba individual se dejan de lado, en línea recta se preparan para recibir el primer enemigo, cuando el relámpago se oye y el trono estruja los colores del cielo.
Estruendosas y grandes gárgolas se extienden en una cantidad casi triple al del grupo de jóvenes, las rocosas alas que exhiben para elevarse a ellos predisponen al grupo que internamente discute entre un plan conjunto o solo atacar.
—Nada de transformaciones, creamos una conexión elemental, hay que invocar el agua como método de dilución, así veremos los lugares en que protegen su corazón y solo será apuñalarlos. —explica Alice apresurada tomando la mano de Liam y Jeremy a su lado.
En un círculo tomado de las manos se concentran en el elemento y pronuncian la palabra agua en zulú.
El torrente se dispara a las gárgolas reteniendo un poco su apresurado paso y deja al descubierto el rastro de la zona corazón.
—¡Hay que apuñalar corazones! —exclama Alice llevando su daga al pecho de su novio, lo besa mientras esté mantiene el rostro consternado.
Al parecer ni dos meses son suficientes para acostumbrarse a los impulsos de la rubia.
Un puñal, por un lado, una espada por otro y hasta una flecha atraviesan los cuerpos de las bestias y en la mente de Jeremy llega una duda.
Liam tiene un grave problema con los inestables, incluso lo tuvo con Alice desde un principio y su colisión como pareja nunca le llegó a encajar. ¿Cómo es que han terminado juntos?
Aunque, viéndolos reír mientras pelean y se entregan enemigos el uno al otro, la pregunta pierde relevancia, tal vez solo son seres opuestos que se atraen.
Brandon jamás ha peleado tan ligero, cuando el segundo enemigo nace del rayo, lanza la idea clave. Las aves de piedra solo se pueden destruir así mismas, y su vuelo sincronizado puede perder ritmo si nuevas aves se le suman.
Cat besa el rostro de su novio tan sonoramente que luego ambos se avergüenzan sonrojándose, la prueba no podría estar yendo mejor.
—Mierda, ya no tengo más ideas y si sale otro monstruo echaré a correr —jadea Lucy, recuperándose de la quinta ronda de monstruos.
Serpientes de arena, caballos indomables, los insectos quemadura, de verdad parecía suficiente.
Excepto porque la estrella sigue avanzando. Alice jala a su amiga, dejando que se apoye en ella para continuar el camino, entre más rápido avancen tal vez podrían cruzar el desierto sin otro avistamiento de pelea.
Un grito de júbilo resuena entre todos al ver la zona delimitada y de nuevo su entusiasmo cae con el trueno a sus espaldas.
—No hay que ver qué es, corramos —lidera Liam tomando a Alice en su carrera por llegar a la barrera mágica.
El recorrido se da en colina y mucho antes de alcanzar el límite, la manada de aves negras se forma frente a ellos, transformándose en una oscura y mortal Sea, una diosa eternal creada en una de las tantas guerras, con el propósito de sacar los ojos de sus enemigos.
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Eternidad es Épica
FantasíaEternidad, universo de magia y epicidad por donde lo veas. En él, una princesa, cuyos padres solo le dieron el título, donde su interior es la cuna de seres que Eternidad no está preparada para conocer, vive rodeada de líos, Alice no ha crecido como...