Alice
Nunca hay nada, al final tener una red gigante de lectura no sirve porque nada de lo que quiero leer se encuentra en la red de mi planeta, menos en la de natura. El desespero que tengo va camino a convertirse en rabia y no sé qué más hacer para entender lo que está pasando.
—tal vez tomarte unos minutos para procesarlo todo, digo —comenta Valentia.
—¿Qué parte de no te metas en esto, no has entendido? —le recrimino enojada —además, no necesito procesar nada, mis abuelos se sacrificaron por mí, tal vez nadie puede saber que soy la guardiana unión. Tal vez justamente sea por eso que separaron los poderes, que tú te esforzaste por recuperar.
—No niego que tu hipótesis es buena, pero si es así ¿Qué vas a hacer?
Me temo que ella nunca va a entender mi rabia y odio, su pregunta es más de lo que puedo responder, no sé nada sobre la guardiana unión si es algo bueno, ¿por qué hay un grupo raro queriendo exponerla?
Valentia sigue haciendo preguntas que me aportan diferentes visiones, pero me da rabia reconocerlo, porque no soporto que me haya ocultado lo de las marcas, que haya usado a Liam y haya matado a dos personas en menos de doce horas.
Observo la carta de nuevo, ya se me sé contenido de memoria, quise ver al pasado, pero las marcas de sangre que no se van aún con el ungüento me recuerdan que soy un peligro.
El sonido mínimo que causan sus tacones me lleva a alerta máxima, maldigo la nula respuesta de mi cuerpo para transformarme y no me queda más que tomar un suéter de improviso para cubrirme.
—Madre —saludo en cuento su esbelta figura atraviesa la burbuja de mi habitación.
—¿sola? —pregunta buscando alguien en mi habitación.
—Por supuesto —aseguro recuperándome de la impresión.
Los guardias que están a su espalda cierran la cápsula quedándose fuera y observo a mi madre caminar alrededor de la habitación.
—¿Vas a decirme a qué vienes o inspeccionarás mi habitación?
Me ignora caminando a mi cama y empiezo a alterarme al notar como usa su magia para registrarlo todo.
—Estás invadiendo mi privacidad —suelto molesta.
—La vida de las princesas no es privada, no ante las inquisidoras —responde dirigiéndome la mirada.
—Entonces, vienes aquí como inquisidora. ¿Qué ese no era el trabajo de mi abuela?
La mención de la mujer que realmente me crio le cambia la expresión segura de mi madre, siempre ha sido un tema delicado y me gustaría saber por qué. La desafío con la mirada y pierdo mi concentración al sentir su tacto frío arrancándome el suéter.
—¿Qué hiciste?
Me suelto de su agarre acomodando las mangas de nuevo.
—No hice nada, solo he estado cansada.
—Esas marcas no salen por cansancio, Alice —asevera molesta.
—¿Qué es lo que te preocupa? ¿Qué pierda el control y vaya a por tu hijito adorado? —pregunto irónica, incapaz de controlar a mi lengua venenosa.
El miedo le tiñe el rostro y su mandíbula se tensa casi chirriando.
—¿a qué viniste?
Se toma unos minutos más de suspenso y se sienta el mueble acomodándose el perfecto vestido rosa entallado.
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Eternidad es Épica
FantasyEternidad, universo de magia y epicidad por donde lo veas. En él, una princesa, cuyos padres solo le dieron el título, donde su interior es la cuna de seres que Eternidad no está preparada para conocer, vive rodeada de líos, Alice no ha crecido como...