Magia
Disperso a los protectores después de bloquear sus collares y asegurar que no puedan salir del plano de magia, solo hay un hueco entre la corte que es por Danna con ella deberían haber estado nueve seres frente a mí.
Regreso a Itzan a su verdadero rostro y absorbo el hechizo de control que le puso mi madre. Mientras se libera, su cuerpo se doblega de dolor.
Canalizo toda la fuera que necesito para lo que haré mientras espero que reaccione.
—Voy a unificarme con Itzan —recuerdo la felicidad que denotaban mis palabras y el grito de emoción de mi madre celebrando que su hija se uniría a un chico.
Todo era más fácil antes.
Era lindo cuando solo era Alisa, la única mujer que podía decir algo sobre mí, mi única madre. Entonces no había indicios de guerra, no había pesadillas porque solo pensaba que me había abandonado y no sabía que en realidad quería matarme.
Itzan llora de rodillas, aspiro para no empezar a hacerlo igual y tiemblo mientras poso mi mano sobre su rostro.
Pone sobre su mano sobre la mía aferrándose al contacto, ambos nos aferramos a lo que transmite el sentirnos después de tanto tiempo.
—Perdón —dice y cierro los ojos al escuchar su tono de voz, ha vuelto a ser más grave, pero no deja de ser la voz que me da paz —quería protegerlos, solo quería protegerlos.
—¿Abandonándonos? —reclamo para sacar todo lo que tengo acumulado.
—No, yo no —intenta mirándome y lo interrumpo.
—Aslan se quedó esperándote, estuvo en el balcón de siempre, anhelando que regresaras como cada día que salías a una misión. No se movió de ahí hasta que tuve que rogárselo en medio del llanto. Así que no, no te atrevas a decir que no nos abandonaste.
—Ibas a ir a volver a Alhelí, arriesgándote a que elle te tomara, parecía que ibas a entregarte, no pude permitirlo. —la voz se le quiebra recordándolo.
—¿No podías permitirlo? ¿Pero si pudiste permitir que nos destruyera? Te dije, te dije que no me protegieras, que yo podía hacerlo mientras tú me acompañaras, pero te fuiste y tú, fuiste quien se entregó.
Me mira con el dolor marcado en todas sus facciones.
—Era sacrificarme a mí o a ti, sabes que te elegiría siempre.
—Pero yo no te pedí que te sacrificaras, te lo dije tantas veces y te di tanto poder para que esto nunca nos pasara; sin embargo, no te importo —le recuerdo los miles de conversaciones que tuvimos sobre eso.
Cuando descubres que tu madre te odia a tal punto de querer matarte, sabes que ese odio no solo va dirigido a ti, que intentara destruir cada cosa que ames y te dé felicidad, porque así sería más divertido.
Cuando yo lo descubrí, temí por absolutamente todo, porque, aunque ya había perdido muchas veces, aunque ya mi conciencia estaba llena de dolor, tenía a dos chicos durmiendo a mi lado, tres padres y una madre para acompañar cada una de mis decisiones. Una corte con mis mejores amigos, estaba en un lugar hermoso, lidiando con los pequeños problemas que traía el dirigir un reino o bueno un universo por completo.
Así que en perspectiva tenía mucho que podían quitar y llore con la sola idea, y cree estrategias, prepare a mi hijo para el día que tuviera que despedirme de él, probé la lealtad de mis amigos, deje que Valentia por fin hiciera de sus decisiones, aunque para ello tuviera que compartir mi cuerpo con el de ella. Fui la esposa más feliz, mientras le rogaba a mi esposo que me dejase cumplir las promesas de mi destino, porque son inamovibles y no quería que me arrebataran nada para cubrir esa deuda.
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Eternidad es Épica
FantasiEternidad, universo de magia y epicidad por donde lo veas. En él, una princesa, cuyos padres solo le dieron el título, donde su interior es la cuna de seres que Eternidad no está preparada para conocer, vive rodeada de líos, Alice no ha crecido como...