Eternidad es Épica

𓇊Capítulo 59𓇊

Magia

Hay una previa para que por fin haga lo último que me compete en este universo y es encarar a los Malow, los he mandado traer a su casa, porque me gusta ser poética.

Veo el rastro de mi hermana cuando persiguió el caos en control de mi cuerpo, es algo que nunca debió pasar. Pero que a Lyanna le pareció estupendo para darles ventaja de tomar mi poder.

No me gustan los números, ya lo dije y más cuando el tres está tan ligado a mi vida. Trillizos, tríadas y tres fuentes de poder, la base principal es uno de los poderes mayor conocidos y existentes en cualquier rincón del multiverso. La destrucción y la creación, la luz y la oscuridad, son elementos claves que forman las fuentes de poder: el caos, donde prima la oscuridad. La esperanza, que, aunque tiene como fundamento la luz, puede ser muy perjudicial y manipulada. Y la última fuente, la plenitud, donde ambas energías funcionan bien. Me gustaría definirme con una de las fuentes de poder, pero si hay lógica en todo esto, es obvio que las fuentes de poder existen porque son magia.

Y por algo ese es mi nombre.

Quería que las fuentes de poder estuvieran al control de seres que pudieran con ello, no que lo hicieran perfecto, pero sí que lo supieran administrar. Como diría Sombras, fui ingenua al pensar que mis hermanas podrían cambiar y valorar aquello, pero realmente me choca que esperen que las odie como ellas lo hacen conmigo.

Sí, soy una nena y no me importa aferrarme a la ingenuidad de la edad, aunque esta nueva era me dicté el crecer, hay promesas para mí que son inamovibles, principalmente aquella que me hice a mí misma.

Lou es el primero en conectar mirada conmigo, me odia de una forma que jamás voy a comprender. Él y Hank no eran los seres correctos para tener el poder, ¿de verdad esperaban que fingiera que sí?

—Todo lo que sucedió aquí, no fue mi culpa. No vengo a disculparme ni nada, por el contrario, creo que fui muy obvia, tenían una oportunidad, vivirían bien y en paz. Pero me declararon la guerra, con Hank no puedo hacer nada, fui condescendiente con Evelyn terminando su vida y con sus hijas iguales. Ahora tengo curiosidad de saber ¿Qué debería hacer con ustedes?

Brandon y Jeremy se han integrado como si también hubieran estado en cautiverio, lo que es ideal para poner las cosas en perspectiva.

—Si esperas que te jure lealtad y ruegue por seguir en esta mísera existencia, deberías sentarte —escupe Lou con grandeza.

—Bueno, al menos me invitas a sentar —me burlo acomodándome en uno de los muebles. —Gracias, continua.

Bufa queriendo acercarse, pero Mike lo devuelve delimitando mi espacio.

—Tomar mi vida y perdonar la de mis hijos —Laurens y Hunter hablan a la vez.

Me llevo las manos al pecho sonriendo por la iniciativa.

Lo han dicho con las mismas palabras.

No digo nada y solo los miro con la sonrisa, medio discuten entre ellos, pero sostienen la seguridad de que la vida de sus hijos está por encima de la de ellos.

—¿Tú no dirás nada? —miro a Loren enfadándolo.

—No tendrá a mi familia, prefiero que nos mates, a que nos controles —brama y tanto su esposa como su hija sueltan un grito de sorpresa.

—No, no, no lo escuche, tome mi vida, en cambio, de la de mis hijos, sé que es solo una, pero por le aseguro que Liam es un gran guerrero —Daisy se apresura abrazando su hija.

El desespero de su voz.

Sé que a mí nunca me tendrán de esta forma rogando por mis hijos, porque son míos y eso ya los hace invencibles, pero ver la fragilidad en el rostro de Daisy. El cómo las lágrimas le corren por la decepción de que su esposo los haya arrojado como carne, por un orgullo que ni siquiera tiene sentido, porque solo han sido palabras, jamás él ha sido centro en esta guerra.