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Antes de empezar: la despedida de solteros si pasa en este fanfic, pero pues seria lo mismo que en la de la original (solo la despedida) así que no tiene caso ponerla

Rachel.

Cuatro trompetas militares resuenan en los cuatro palcos de la iglesia agigantando todo, forjandome mil nudos en la garganta.

El público se pone de pie al ver las dos filas de soldados perfectamente alineadas que se toman la iglesia con fusiles en el hombro, marchando hasta formar dos líneas que van desde el altar hasta la entrada siendo encabezados por Gauna.

—¡Bajen armas! —ordena logrando que obedezcan de forma masiva— ¡La milicia le rinde respeto al ex máximo jerarca Alex Morgan Davis, su ex esposa Sara Harts y a su hijo el ministro Christopher Morgan Harts!

Entran, pero a ninguno de los tres les puedo ver la cara.

—Es hora —indican.

Mis nervios no se apagan y termino concentrada en el ramo que me entregan «Nada malo va a pasar» Me digo mientras bajo esperando a que Maggie, Abby y Harry hagan su entrada arrastrando a Peyton en un carrito en tanto reparten pétalos hasta llegar al final.

Alexa sujeta el brazo de Patrick, Luisa el de Simón, Brenda el de Parker, Laila el de Stefan y Emma el de Tyler. Sam lo hace con mi madre sujetando un pequeño ramo entre sus manos.

Avanzan hasta el altar y me tomo un par de minutos antes de mi momento, antes de posarme en el inicio de la alfombra con el corazón galopando, son las seis de la tarde y varios faroles cuelgan a lo largo de iglesia como si estuvieran desafiando la gravedad estando quietos.

La milicia le rinde sus respetos al ex general Rick James Long y a la teniente Rachel James Mitchels.

Los soldados se posan firmes, el violonchelo inicia la melodía y sujeto con fuerza el brazo de mi padre cuando se da inicio a la primera estrofa de la canción con la que caminaré al altar.

Doy el primer paso sintiendo el peso de todos mis órganos mientras papá avanza volviéndose un mar de llanto, temblamos los dos y yo trato de contenerlo, pero sé que mis ojos están brillando presos de las lágrimas, por él, por mí, por todo. Veo como mis hijos están con la tía de Step, ha venido y se los han dejado, le tengo confianza, pero aun así quiero irme corriendo a cuidarlos yo.

—Siempre serás mi niña y una de las mejores medallas que me ha dado la vida —me dice— Si te falla, recuerda que papá te esperará con los brazos abiertos listo para llevarte a la playa.

Asiento con los pulmones ardiendo, todas mis amigas están llorando incluyendo mi madre y mis hermanas.

El espacio se va acabando mientras la presencia del coronel va quitando el peso de mis miedos, la angustia merma, mi corazón paso de galopar a correr envuelto en una nube de fuego. Alex está a su lado portando también el uniforme de gala.

Christopher me detalla bajando cuando papá se detiene, su loción me avasalla mientras se pone firme dedicando un saludo militar a Rick por tener un cargo más alto, pero a papá no le importa otra cosa que no sea quitar las lágrimas que le cubren el rostro.

—Dale todo el amor que le he dado yo desde que nació —le dice— No me la dañes, no me la lastimes porque te juro que no dudaré ni un segundo en venir por ella.

Dejo de temblar cuando el coronel me ofrece la mano enguantada que sujetó con firmeza.

—Una nueva familia nace a partir de hoy —habla el sacerdote— Y frente a este altar bendecimos esta unión ante los ojos de Dios.

FANFIC -Pecado Placenteros-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora