Laurie (Theodore Laurence)

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Tipo: Romántico

P2

|LAURIE/THEODORE|

Mi viaje a Italia fue completamente desprevenido, y si alguien me preguntara si volvería a hacerlo; la respuesta sería un rotundo sí. Había llegado a Venecia con el corazón partido en más pedazos de los que podría contar, mi primera semana ahí fue casi tan nula que vagamente podía recordarla.

Mis recuerdos comenzaban desde el que había entrado a aquel salón de baile. Escucha a varias muchachos decir que la hija del Duque Vitori, estaba en busca de un marido y que ellos se ofrecían con gusto para tomar su mano; pues la joven señorita era el significado de la palabra belleza. Además, se dedicaba al arte por lo que se entendía, era una joven delicada y sofisticada. 

En el momento en que nuestras miradas se cruzaron, supe que aquella muchacha que me miraba desde el balcón debía ser la señorita Vitori. Se veía más que hermosa con ese vestido vaporoso color rosado pastel, con un corsé que se ceñía a la perfección a su cintura con un escote con forma de corazón y un costoso, pero elegante collar de diamantes en su cuello. 

La vi acercarse a mí, al mismo tiempo que varias señoritas me rodeaban. Pensaba en una manera de poder deshacerme de ellas, hasta que la acompañante de esa hermosa chica habló. Al parecer uno de los condes más guapos de Italia estaba en busca de una esposa, por lo que aquellas señoritas que estaban junto a mí, rápidamente me olvidaron y se fueron en busca del conde.

Lo que pasó después me causó mucha gracia, más la forma en que su amiga había explotado. Sin duda alguna, quería conocer mejor a (TN) Vitori. Desde ese día no me despegué de su lado, teníamos tantas cosas en común y también algunas diferencias, pues ella también buscaba su libertad por medio de la música.

Aquello que marcaba la diferencia entre ella y Jo, era que (TN) buscaba tener a alguien con quién disfrutar de aquella libertad.  Siempre decía que la música es una expresión de libertad como también de arte, lo que la hacía más maravillosa era que se podía compartir. 

Así fue como el tiempo fue pasando y cada día junto a (TN) era más asombroso que el anterior, para cuando llegó el carnaval. Yo ya estaba completamente enamorado de ella, de su forma de pensar, de ser, de sentir; yo suspiraba por (TN) Vitori y el miedo al rechazo me invadió de nuevo.

Tenía una relación igual o más cercana que con Jo. Por lo que quizás yo podría estar confundiendo sus reacciones, posiblemente ella solo estuviera siendo amable. Pero todas mis dudas murieron tras ese beso, en sus labios se extinguieron todas mis inseguridades. 

Me había reunido con el Duque Vitori para pedir la mano de (TN) en matrimonio. Por supuesto que el duque era la persona más feliz con que su hija se fuera a casar; además que ya contaba con su aprobación. Me dijo que desde que (TN) había llegado del baile se veía tan feliz y con cada salida que teníamos volvía con estrellas en los ojos. 

Todavía recuerdo cuando le pedí matrimonio. Organicé una cita muy romántica, aunque no importaba el plan, el paisaje de Venecia hacía que todo se viera más hermoso y creaba un ambiente romántico en sí.

Llegamos hasta un puente desde donde se podía ver el sol ocultándose tras el horizonte.

– Todo ha sido muy lindo – dijo ella sonriendo. 

– Tienes razón – dije fijando mis ojos en ella.

– Pero tengo la sensación de que esta no es una cita normal – dijo ella volteando a mirarme.

– Vuelves a tener razón, Sweetie– dije tomando su mano entre las mías– Dal momento in cui ti ho visto, ho pensato che la vita mi avesse dato una nuova opportunità per amare e così è stato.

One shots de Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora